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domingo, 10 de marzo de 2024

Mar: Poesía sin fronteras



En la vastedad azul, donde el cielo abraza al mar,
se despiertan susurros en la brisa, danza sin cesar.
El sol se sumerge en aguas de plata y oro,
pintando el horizonte con colores que imploran.

Olas que acarician la playa con su canto,
historias secretas en cada grano de su encanto.
Arena que abraza mis pies con su suavidad,
testigo eterno de la danza de la inmensidad.

En el océano, un eco de misterios profundos,
un suspiro salado, como versos segundos.
Se deslizan barcos, como aves en vuelo,
navegantes del destino, persiguiendo su anhelo.

Reflejos plateados en la superficie serena,
un espejo que guarda secretos, alma plena.
En las profundidades, un reino de maravillas,
donde las criaturas danzan entre corales y orillas.

Oh, mar insondable, guardián de leyendas,
en tus aguas yace la memoria de muchas sendas.
Tu eco resuena en mi ser, como canción eterna,
una melodía que acaricia mi alma taciturna.

En la orilla, mis pensamientos se desatan,
como las olas que besan la arena, insensatas.
Mar, poema sin palabras, eterno suspiro,
en tu abrazo encuentro mi refugio y respiro.





domingo, 30 de julio de 2023

Soñando vacaciones



 

En la brisa cálida del verano dorado,

En el corazón, un sueño anhelado,

Se despierta la ilusión y la emoción,

Soñando con las vacaciones, mi pasión.


Una playa de arena blanca me llama,

Sus olas acarician la orilla, bailando con calma,

El mar azul se extiende hasta el infinito,

Invitándome a sumergirme en su abrazo bendito.


El cielo pintado con tonos de ocaso,

Mientras el sol se despide con un beso abrasador,

Palmeras mecen sus hojas con suavidad,

Y el aroma a sal y coco me embriaga en su bondad.


Un refugio en la montaña también puedo hallar,

Rodeado de bosques, la naturaleza me abraza,

El murmullo del río me canta una dulce canción,

Y el canto de aves es música para mi corazón.


En mis sueños, recorro ciudades desconocidas,

Descubro culturas, sabores y coloridas vidas,

Calles empedradas llenas de historia y tradición,

 Monumentos que admiramos con gran emoción.


Amigos nuevos encuentro en cada esquina,

Risas compartidas, alegría sin medida,

El tiempo se detiene en esta mágica danza,

Y la amistad florece, como flor en bonanza.


En mi sueño, no hay límites ni fronteras,

Solo la libertad de explorar sin espera,

El mundo se convierte en mi lienzo a pintar,

Con los colores del amor, la paz y el soñar.


Y cuando despierto, mi corazón sonríe,

Porque sé que algún día estos sueños viviré,

Las vacaciones llegarán, y por fin partiré,

Hacia ese mundo de ensueño, que tanto soñé.




jueves, 13 de julio de 2023

Baños de Ola


 

En la playa del Sardinero, acariciada por el mar,
se despiertan memorias de un siglo singular.
Un viaje en el tiempo, hacia el siglo XIX,
donde el esplendor y la elegancia se hacen raíz.

Las olas danzan al compás de la nostalgia,
mientras los visitantes admiran con algarabía
los trajes típicos que en el pasado brillaron,
en la época dorada que tanto nos emocionaron.

Las damas ataviadas con vestidos vaporosos,
sedas y encajes envuelven sus cuerpos hermosos.
Sus sombreros de amplias alas, elegantes y finos,
cubren sus rostros con misterios y destinos.

Los caballeros galantes, con trajes impecables,
pasean por la arena, demostrando ser intachables.
Sus sombreros altivos, su porte distinguido,
hacen suspirar a las damas en un eterno olvido.

El Sardinero se llena de magia y esplendor,
un remanso de historia que nos invita a soñar.
En cada ola que rompe en la orilla arenosa,
se escucha el eco de un tiempo que siempre se añora.

Los susurros del pasado se alzan en el viento,
y nos transportan a un tiempo sin sufrimiento.
Nos maravillamos ante aquellos tiempos idos,
donde el glamour y la belleza ya eran olvido.

Así, en la playa del Sardinero, la historia revive,
en un baño de ola que el tiempo no esquiva.
Rememoramos con asombro y deleite sin igual,
la época dorada que el siglo XIX nos legó en su caudal.

viernes, 23 de junio de 2023

Noche de San Juan


 

En la mágica noche de San Juan,
bajo el hechizo del fuego y el mar,
se despiertan los sueños y la pasión,
en el abrazo eterno de la oscuridad.

Las hogueras iluminan el camino,
mientras las sombras bailan al compás,
los corazones laten al ritmo divino,
y los deseos se elevan sin cesar.

En el firmamento brillan las estrellas,
testigos silenciosos de esta comunión,
donde los deseos se vuelven centellas,
y se enciende el fuego de la ilusión.

Las olas del mar susurran secretos,
la brisa acaricia nuestra piel,
la noche de San Juan es el reflejo,
de nuestros anhelos ser fiel.

Amigos y amantes se encuentran,
bajo la noche que todo lo puede,
unidos en un abrazo que trasciende,
mientras la magia envuelve sus vidas.

Y en medio de la noche de ensueño,
la hoguera se consume lentamente,
llevarse consigo lo viejo y lo añejo,
renovando esperanzas y mente.

Que tus chispas de pasión y alegría,
iluminen nuestras vidas sin cesar,
y en esta mágica noche de poesía,
dejemos que los sueños nos hagan volar.

¡Oh noche de San Juan, dulce compañera,
en tu abrazo encontramos la libertad!
Que tus hechizos  nos llenen de quimeras,
y vivamos eternamente en tu felicidad.


En ésta noche mágica os deseo toda la felicidad amigos.

viernes, 28 de febrero de 2014

Rima II


Saeta que voladora 
cruza, arrojada al azar, 
y que no se sabe dónde 
temblando se clavará; 

hoja que del árbol seca 
arrebata el vendaval, 
sin que nadie acierte el surco 
donde al polvo volverá; 

gigante ola que el viento 
riza y empuja en el mar, 
y rueda y pasa, y se ignora 
qué playa buscando va; 

luz que en cercos temblorosos 
brilla, próxima a expirar, 
y que no se sabe de ellos 
cuál el último será; 

eso soy yo, que al acaso 
cruzo el mundo sin pensar 
de dónde vengo ni a dónde 
mis pasos me llevarán.

Gustavo Adolfo Bécquer

sábado, 22 de febrero de 2014

Caracol



En la playa he encontrado un caracol de oro 
macizo y recamado de las perlas más finas; 
Europa le ha tocado con sus manos divinas 
cuando cruzó las ondas sobre el celeste toro. 

He llevado a mis labios el caracol sonoro 
y he suscitado el eco de las dianas marinas, 
le acerqué a mis oídos y las azules minas 
me han contado en voz baja su secreto tesoro. 

Así la sal me llega de los vientos amargos 
que en sus hinchadas velas sintió la nave Argos 
cuando amaron los astros el sueño de Jasón; 

y oigo un rumor de olas y un incógnito acento 
y un profundo oleaje y un misterioso viento... 
(El caracol la forma tiene de un corazón.)


Rubén Darío

miércoles, 19 de febrero de 2014

Canción de pescadoras



Niñita de pescadores 
que con viento y olas puedes, 
duerme pintada de conchas, 
garabateada de redes. 

Duerme encima de la duna 
que te alza y que te crece, 
oyendo la mar-nodriza 
que a más loca mejor mece. 

La red me llena la falda 
y no me deja tenerte, 
porque si rompo los nudos 
será que rompo tu suerte... 

Duérmete mejor que lo hacen 
las que en la cuna se mecen, 
la boca llena de sal 
y el sueño lleno de peces. 

Dos peces en las rodillas, 
uno plateado en la frente, 
y en el pecho, bate y bate, 
otro pez incandescente...


Gabriela Mistral

lunes, 17 de febrero de 2014

Agua


Hay países que yo recuerdo 
como recuerdo mis infancias. 
Son países de mar o río, 
de pastales, de vegas y aguas. 
Aldea mía sobre el Ródano, 
rendida en río y en cigarras; 
Antilla en palmas verdi-negras 
que a medio mar está y me llama; 
¡roca lígure de Portofino, 
mar italiana, mar italiana! 

Me han traído a país sin río, 
tierras-Agar, tierras sin agua; 
Saras blancas y Saras rojas, 
donde pecaron otras razas, 
de pecado rojo de atridas 
que cuentan gredas tajeadas; 
que no nacieron como un niño 
con unas carnazones grasas, 
cuando las oigo, sin un silbo, 
cuando las cruzo, sin mirada. 

Quiero volver a tierras niñas; 
llévenme a un blando país de aguas. 
En grandes pastos envejezca 
y haga al río fábula y fábula. 
Tenga una fuente por mi madre 
y en la siesta salga a buscarla, 
y en jarras baje de una peña 
un agua dulce, aguda y áspera. 

Me venza y pare los alientos 
el agua acérrima y helada. 
¡Rompa mi vaso y al beberla 
me vuelva niñas las entrañas!


Gabriela Mistral


domingo, 16 de febrero de 2014

Adiós


En costa lejana 
y en mar de Pasión, 
dijimos adioses 
sin decir adiós. 
Y no fue verdad 
la alucinación. 
Ni tú la creíste 
ni la creo yo, 
«y es cierto y no es cierto» 
como en la canción. 
Que yendo hacia el Sur 
diciendo iba yo: 
«Vamos hacia el mar 
que devora al Sol». 
Y yendo hacia el Norte 
decía tu voz: 
«Vamos a ver juntos 
donde se hace el Sol». 
Ni por juego digas 
o exageración 
que nos separaron 
tierra y mar, que son 
ella, sueño y el 
alucinación. 
No te digas solo 
ni pida tu voz 
albergue para uno 
al albergador. 
Echarás la sombra 
que siempre se echó, 
morderás la duna 
con paso de dos... 
Para que ninguno, 
ni hombre ni dios, 
nos llame partidos 
como luna y sol; 
para que ni roca 
ni viento errador, 
ni río con vado 
ni árbol sombreador, 
aprendan y digan 
mentira o error 
del Sur y del Norte, 
del uno y del dos!


Gabriela Mistral

Como árboles



Quién hubiera dicho
que estos poemas de otros
iban a ser
míos

después de todo hay hombres que no fui
y sin embargo quise ser
si no por una vida al menos por un rato
o por un parpadeo

en cambio hay hombres que fui
y ya no soy ni puedo ser
y esto no siempre es un avance
a veces es una tristeza

hay deseos profundos y nonatos
que prolongué como coordenadas
hay fantasías que me prometi
y desgraciadamente no he cumplido
y otras que me cumplí sin prometérmelas

hay rostros de verdad
que alumbraron mis fábulas
rostros que no vi más pero siguieron
vigilándome desde
la letra en que los puse

hay fantasmas de carne otros de hueso
también hay los de lumbre y corazón
o sea cuerpos en pena almas en júbilo
que vi o toqué o simplemente puse
a secar
a vivir
a gozar
a morirse
pero además está lo qe advertí de lejos

yo también escuché una paloma
que era de otros diluvios
yo tambén destrocé un paraíso
que era de otras infancias
yo también gemí un sueño
que era de otros amores

asi pues
desde este misterioso confín de la existencia
los otros me ampararon como árboles
con nidos o sin nidos
poco importa
no me dieron envidia sino frutos

esos otros están
aqui

sus poemas
son mentiras de a puño
son verdades piadosas

están aqui
rodeándome
juzgandome
con las pobres palabras que les di

hombres que miran tierra y cielo
a través de la niebla
o sin sus anteojos
también a mí me miran
con la pobre mirada que les di

son otros que están fuera de mi reino
claro
pero además
estoy en ellos

a veces tienen lo que nunca tuve
a veces aman lo que quise amar
a veces odian lo que estoy odiando

de pronto me parecen lejanos
tan remotos
que me dan vértigo y melancolía
y los veo minados por un duelo sin llanto
y otras veces en cambio
los presiento tan cerca
que miro por sus ojos
y toco por sus manos
y cuando odian me alegro de su rencor
y cuando aman me arrimo a su alegría

quién hubiera dicho
que estos poemas míos
iban a ser
de otros.

Mario Benedetti


Chau número tres



Te dejo con tu vida 
tu trabajo 
tu gente 
con tus puestas de sol 
y tus amaneceres. 

Sembrando tu confianza 
te dejo junto al mundo 
derrotando imposibles 
segura sin seguro. 

Te dejo frente al mar 
descifrándote sola 
sin mi pregunta a ciegas 
sin mi respuesta rota. 

Te dejo sin mis dudas 
pobres y malheridas 
sin mis inmadureces 
sin mi veteranía. 

Pero tampoco creas 
a pie juntillas todo 
no creas nunca creas 
este falso abandono. 

Estaré donde menos 
lo esperes 
por ejemplo 
en un árbol añoso 
de oscuros cabeceos. 

Estaré en un lejano 
horizonte sin horas 
en la huella del tacto 
en tu sombra y mi sombra. 

Estaré repartido 
en cuatro o cinco pibes 
de esos que vos mirás 
y enseguida te siguen. 

Y ojalá pueda estar 
de tu sueño en la red 
esperando tus ojos 
y mirándote.

Mario Benedetti

Canje


Es importante hacerlo

quiero que me relates
tu último optimismo
yo te ofrezco mi última
confianza

aunque sea un trueque
mínimo

debemos cotejarnos
estás sola
estoy solo
por algo somos prójimos

la soledad también
puede ser
una llama.


                                                                         Mario Benedetti

sábado, 15 de febrero de 2014

Cada ciudad puede ser otra


Los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Jaime Sabines

Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren

el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos

cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
unos es el rostro del amor

y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros

y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amo


                                                                          Mario Benedetti

Buenos días, Gabriel


Tres poetas en uno / semillero 
de tantos más / tu ánima insumisa 
se topó con la muerte en su pesquisa 
y la puso a cuidar tu invernadero 
especialista en empezar de cero 
detonaste la bomba de la risa 
sin Dios, sin espejismos y sin prisa 
perro viejo / filósofo / ingeniero 

fiel a tu gente / a Amparo / y a ti mismo 
a pesar de tus ráfagas de triste 
te encaraste jovial con el abismo 

hombre en medio del mundo y hombre a solas 
junto al mar fuiste humilde y escribiste 
simplemente / las olas son las olas.


Mario Benedetti

Botella al mar



Pongo estos seis versos en mi botella al mar 
con el secreto designio de que algún día 
llegue a una playa casi desierta 
y un niño la encuentre y la destape 
y en lugar de versos extraiga piedritas 
y socorros y alertas y caracoles.


Mario Benedetti

viernes, 14 de febrero de 2014

Artigas


Se las arregló para ser contemporáneo de quienes nacieron
medio siglo después de su muerte
creó una justicia natural para negros zambos indios y
criollos pobres
tuvo pupila suficiente como para meterse en camisa de once
varas
y cojones como para no echarle la culpa a los otros

así y todo pudo articularnos un destino
inventó el éxodo esa última y seca prerrogativa del albedrío

tres años antes que naciera marx
y ciento cincuenta antes de que roñosos diputados la
convirtieran en otro expediente demorado
borroneó una reforma agraria que aún no ha conseguido el
homenaje catastral

lo abandonaron lo jodieron lo etiquetaron
pero no fue por eso que se quedó para siempre en tierra
extraña
por algo nadie quiere hurgar en su silencio de viejo firme
no fue tosco como la valleja ni despótico como oribe ni astuto
como rivera
fue sencillamente un tipo que caminó delante de su gente
fue un profeta certero que no hizo públicas sus profecías
pero se amargó profundamente con ellas

acaso imaginó a los futurísimos choznos de quienes
inauguraban el paisito
esos gratuitos herederos que ni siquiera iban a tener la
disculpa del coraje
y claro presintió el advenimiento de estos ministros alegóricos
estos conductores sin conducta estos proxenetas del
recelo estos tapones de la historia
y si decidió quedarse en curuguaty
no fue por terco o por necio o resentido
sino como una forma penitente e insomne de instalarse en su
bien ganado desconsuelo.

Mario Benedetti


Amor de tarde


Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

Mario Benedetti


Allende



Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama
porque el hombre de la paz era una fortaleza

para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar más para seguir matando
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza

para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa
una armada una hueste una brigada
tuvieron que creer que era otro ejército
pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo
y tenía en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios más tanques más rencores
más bombas más aviones más oprobios
porque el hombre del paz era una fortaleza

para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.


Mario Benedetti

jueves, 13 de febrero de 2014

De que se ríe?


(Seré curioso)

En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible

vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple

seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

de su ventana
se ve la playa
pero se ignoran
los cantegriles

tienen sus hijos
ojos de mando
pero otros tienen
mirada triste

aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse

los estudiantes
y los obreros
ponen los puntos
sobre las íes

por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

usté conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países

ustedes duros
con nuestra gente
por qué con otros
son tan serviles

cómo traicionan
el patrimonio
mientras el gringo
nos cobra el triple

cómo traicionan
usté y los otros
los adulones
y los seniles

por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

aquí en la calle
sus guardias matan
y los que mueren
son gente humilde

y los que quedan
llorando de rabia
seguro piensan
en el desquite

allá en la celda
sus hombres hacen
sufrir al hombre
y eso no sirve

después de todo
usté es el palo
mayor de un barco
que se va a pique

seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe.


Mario Benedetti

Perdón


Quiero pedirte perdon 
por esta decepción 
de no poder amarte 
con todo mi corazón 
no puedo creer 
que aquel amor 
que me quisiste dar 
acabara con nuestra amistad 
de esa manera tan brutal 
Llegaste a mi pensamiento 
y un poco más que eso 
pero nunca tocaste 
adentro de mi pecho... 
Me duele decir 
que me quisiste 
pues desgraciadamente 
yo nunca lo hice... 
pero en mi recuerdo 
siempre serás 
aquella persona 
que me dio su amistad 
pero desgraciadamente 
trato de llegar a más.