Ahora empezó, Ruelas, tu vida... (Fue su vida
un morir de deseos atropellados y un
matarse de embriagueces de mil suertes, según
era su sed... Corrió tras la escondida
agua nunca probada y siempre oída.)
Mientras tú duermes, vela la Humanidad tu sueño
(diría Rueda, un vate campesino, risueño
y panteísta ... ). Yo, religioso, confío
en otro reino fuera de este Mundo. Es el mío
también; es el de todos los que adoran el Arte,
cuyo palacio tiene que estar en otra parte...
Hasta luego, Ruelas. A pesar de lo feo,
del mal y de la muerte, quiero creer, y creo.