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martes, 29 de agosto de 2023

Canta, canta Ruiseñor



En el bosque oculto bajo el manto estrellado,
Un ruiseñor solitario canta con pasión,
Sus trinos melodiosos en la noche callada,
Son versos de amor y lamentos de corazón.

Sus notas susurran secretos al viento,
Historias de amores perdidos y hallados,
En cada trillar hay un dulce lamento,
Que al alma sensible deja conmovidos.

Plumas doradas reflejan la luna,
Mientras su canto inunda el aire sereno,
Un eco de emociones que sube y se eleva,
Como un río de sentimiento, puro y pleno.

Oh, ruiseñor, poeta de la oscuridad,
Tu voz es un regalo, una joya en la noche,
A través de tus cantos, siento claridad,
Y en tu música, encuentro mi derroche.

Canta, pequeño ruiseñor, canta sin temor,
Tu poesía alivia las almas cansadas,
Eres un recordatorio de que el amor es el motor,
Y en cada trino, hay esperanza renovada.





lunes, 10 de julio de 2023

Lirio silvestre



 

En la pradera de sueños y verdor,
donde el viento susurra con dulzura,
nace un lirio, humilde y seductor,
una joya que cautiva con ternura.

En su tallo erguido y esbelto,
se alza con gracia y sin arrogancia,
sus pétalos blancos, un encanto suelto,
que danzan al compás de la fragancia.

Lirio silvestre, tesoro del campo,
con tu pureza y delicadeza,
inspiras versos y tejes un tramo,
de poesía que emana con belleza.

En tu sereno y modesto resplandor,
reflejas la humildad de la naturaleza,
y en cada pétalo, un suspiro de amor,
una esencia que embriaga con sutileza.

Eres un regalo de la madre tierra,
un testigo mudo de la vida en su esencia,
con tu presencia, la tristeza se destierra,
y se abraza la esperanza y la paciencia.

Lirio silvestre, símbolo de pureza,
con tu elegancia sencilla y cautivante,
mi pluma se rinde ante tu belleza,
y te convierte en un poema palpitante.

Que tus días sean eternos, lirio querido,
y que sigas engalanando el paisaje,
con tu gracia y encanto florecido,
inspirando sueños en cada viaje.

¡Oh lirio silvestre, tesoro incomparable!,
con tu simpleza conquistas los corazones,
y en cada verso, en cada palabra inmarcesible,
mi alma te celebra con fervor y emociones.

miércoles, 28 de junio de 2023

Caballos salvajes


 

En las vastas llanuras donde el viento se desata,
donde la tierra se extiende en una danza infinita,
surgen seres de gracia y fuerza desbordante,
caballos salvajes, espíritus indomables.

Sus crines al viento ondean con gallardía,
mientras sus pezuñas golpean el suelo con energía,
libres en su galope, en su estampa majestuosa,
son símbolos de libertad y de pasión ardorosa.

Sus ojos reflejan la pureza de la naturaleza,
su mirada profunda despierta la fortaleza,
saben que su destino es correr sin ataduras,
ser guardianes de la esencia que perdura.

En sus cuerpos musculosos late la vida enérgica,
y en cada paso que dan, desafían la lógica,
son dueños de su destino, sin jinete ni brida,
caballos salvajes, la esencia misma de la vida.

Bajo el sol radiante, en el crepúsculo dorado,
se desplazan con gracia, como hojas al viento llevadas,
su galope retumba en las noches estrelladas,
serenatas de libertad, en la oscuridad susurradas.

Oh, caballos salvajes, sin fronteras ni barreras,
sois la esencia de la fuerza que fluye en nuestras venas,
en vuestra estampa valiente encontramos esperanza,
inspiración para seguir adelante, sin tregua ni tardanza.

En vuestra estampa poderosa, encontramos nuestra voz,
el grito de rebelión contra cualquier yugo feroz,
sois símbolos de coraje, de nobleza y de amor,
caballos salvajes, eternos en nuestro corazón.

Que vuestra estampa se mantenga siempre en libertad,
que vuestro galope sea la melodía de la eternidad,
caballos salvajes y libres, jamás os rindáis,
vuestra esencia perdurará mientras el mundo exista en paz.

domingo, 4 de junio de 2023

Roble Milenario


Oh roble milenario, testigo del tiempo,
con tu majestuoso porte y tu tronco eterno.
Has visto pasar siglos y sigues en tu lugar,
eres un símbolo de fuerza y sabiduría sin igual.

Tus ramas se extienden como brazos al viento,
acariciando el cielo con su verdor frondoso.
Tus hojas danzan al compás de la naturaleza,
susurrando historias antiguas con su dulce grandeza.

En tu sombra se resguardan aves y pequeños seres,
encuentran refugio en tu manto de raíces fuertes.
Eres un oasis en medio del bullicio y el caos,
donde la calma y la paz encuentran su espacio.

Tu tronco rugoso cuenta historias del pasado,
guarda secretos y recuerdos en su corteza arrugada.
Has sobrevivido a tormentas y tempestades,
has enfrentado la adversidad con valentía y entereza.

Oh roble milenario, eres un faro en la oscuridad,
una señal de que la vida sigue su curso con tenacidad.
Tu presencia nos inspira a seguir adelante,
a ser fuertes  como tú, sin importar el desafío constante.

Que tu grandeza perdure por generaciones,
que tu ejemplo nos guíe en nuestras acciones.
Oh roble milenario, te rendimos homenaje,
por tu eterna fortaleza y tu incansable coraje.


 

sábado, 20 de mayo de 2023

Amanecer junto al mar


En el horizonte se alza el sol radiante,
mientras las olas acarician la arena brillante.
El mar se extiende en su vasta inmensidad,
como un lienzo azul de pura tranquilidad.

El amanecer despierta con su esplendor,
pintando el cielo con tonos de amor.
Las aves danzan en un vuelo sin cesar,

mientras la brisa marina las hace suspirar.

 La arena dorada se calienta bajo mis pies,

mientras contemplo el mar, tan lleno de mies.
El murmullo de las olas es mi canción,
una melodía suave que acaricia mi corazón.

En el aire se mezclan aromas salados,
mientras las gaviotas cantan sus trinos alados.
El sol va en ascenso, iluminando el mar,
creando destellos que parecen danzar.

En este momento mágico, la paz me invade,
siento que mi alma se llena de felicidad.
El amanecer junto al mar es un regalo,
un tesoro que guardo en mi memoria, sin igual.

Y así, me quedo aquí, absorto en la belleza,
de este espectáculo divino que la naturaleza me ofrece.
En cada amanecer junto al mar encuentro mi ser,
y renuevo mi espíritu en cada nuevo amanecer.

viernes, 19 de mayo de 2023

Mirando las estrellas


Bajo el manto nocturno, en un mar de oscuridad,
me encuentro absorto, contemplando sin cesar,
las estrellas que brillan con su eterna majestuosidad,
y en su danza celeste, mi alma se pone a vagar.

Cada punto de luz, un destello de esperanza,
un mensaje silente de infinitos sueños,
me invita a volar, a romper la añoranza,
y perderme en el universo, entre versos risueños.

Las estrellas me cuentan historias de amor y pasión,
de guerras cósmicas y destinos entrelazados,
sus destellos narran la grandeza de la creación,
y en mi pecho, despiertan sentimientos olvidados.

En su brillo intenso, encuentro la inspiración,
para tejer versos que describan su esplendor,
pues cada estrella es un poema en constelación,
una melodía en el firmamento, un canto al amor.

Así que me sumerjo en la noche estrellada,
con mi pluma y mi voz, como guías en el camino,
y en cada verso plasmado, una historia es contada,
una poesía que nace, en el rastro de un destino.

Las estrellas me envuelven con su magia y misterio,
y en su brillo infinito encuentro paz y consuelo,
poesía mirando las estrellas, un encuentro etéreo,
donde las palabras se unen al universo en desvelo.

domingo, 14 de mayo de 2023

Domingo de primavera



Domingo de primavera,
el sol brilla en el cielo,
las aves cantan alegres,
y el aire es un dulce consuelo.

Las flores florecen radiantes,
en los jardines y praderas,
y el verde intenso de los árboles,
anima todas las esferas.

El mundo parece más vivo,
en esta hermosa estación,
y en mi alma hay una paz,
que viene de la creación.

Domingo de primavera,
todo es bello y placentero,
y mi corazón se llena,
de un amor puro y sincero.

Que este día de primavera,
sea una muestra del amor,
que nos regala la naturaleza,
y nos llena de color.

sábado, 19 de enero de 2019

Pascua


Elevó, adusto, el sacerdote anciano
de ácimo pan la nítida blancura;
trazo el signo de un símbolo su mano
y consumo la mística figura.

Plegose en el altar velo liviano
Y ante el pueblo, en beatifica postura,
Fulguró el sol flamante y soberano
De la enorme custodia, su hermosura.

Un torrente de luz bañó las naves;
Hubo explosión de gloria en el himnario;
Surgieron del armonio notas graves;

Cuando entre el humo undívago del ascua
Del coro voló un ave al campanario,
La campana mayor repicó a pascua.

Abel Alarcón




lunes, 2 de mayo de 2016

Tríptico de la noche (II)



Cuantos vienen a mirarte te miran desde un solio de egoísmo 
bajo el cual una cisterna brota que embrida a los astros.

No pueden suponer que el día nace de tus sombras, 
el día que concede su luz a cualquier hombre 
y que también nos sirve para odiarnos.

En ti yo encuentro los semblantes más amados, 
el de una ciudad que invierte sus tejados en el agua 
y el de un puente de salud sobre dolencias pálidas. 
(Recuerdo como aludes de agua fresca, 
viejos recuerdos donde las diarias preocupaciones crean fútiles regatas.)

Por eso a ti recurro, ¡oh noche!, para impetrar tu sombra, 
tu mano enguantada de negro, tu dominó de olvido, 
porque ellos, los paseantes que ahora llegan de la mano,
puedan quedar prendidos como jíbaros de espuma 
al primitivo silencio de tus astros extasiados. 
¡Oh emblema nupcial! ¡Oh dulce acorde transpirado! 
La noche tiene ahora escudo de armas como reina, 
dos miradas, dos alientos, dos palabras que el silencio crispa
en un augurio de cemento eternizado.



lunes, 7 de marzo de 2016

LA PRIMAVERA



(Tonadilla pastoril)

Ya alegra la campiña
la fresca primavera;
el bosque y la pradera
renuevan su verdor.
Con silbo de las ramas
los árboles vecinos
acompañan los trinos
del dulce ruiseñor.
Este es el tiempo, Silvio,
el tiempo del amor.

Escucha cual susurra
el arroyuelo manso;
al sueño y al descanso
convida su rumor.
¡Qué amena está la orilla!
¡Qué clara la corriente!
¿Cuándo exhaló el ambiente
más delicioso olor?
Este es el tiempo, Silvio,
el tiempo del amor.

Más bulla y más temprana
alumbra ya la aurora;
el sol los campos dora
con otro resplandor.
Desnúdanse los montes
del duro y triste hielo,
y vístese ya el cielo
de más vario color.
Este es el tiempo, Silvio,
el tiempo del amor.

Las aves se enamoran,
los peces, los ganados,
y aun se aman enlazados
el árbol y la flor.
Naturaleza toda,
cobrando nueva vida,
aplaude la venida
de mayo bienhechor.
Este es el tiempo, Silvio,
el tiempo del amor.






domingo, 5 de abril de 2015

El geólogo


Aquí hubo un mar hace un millón de años.
El hombre no lo sabe, más la piedra se acuerda.
Pártela: hay un cangrejo en sus entrañas,
Todo de piedra ya, forma magnífica
Que se negó a ser polvo.
Ante el peñasco y el guijarro, piensa
Que acaso fueron seres dolorosos,
Sangre y pulmones palpitantes.
Entre la ciega roca
Y el trémolo extasiado de la salamandra
Tan sólo hay tiempo.


jueves, 1 de enero de 2015

SOLEDADES


 Árboles, plantas —¡mi campo!—,
con vuestro secreto inmenso,
de magníficas latencias
y de implicaciones lleno,
acudidme, habladme.  Dadme,
aguas, vuestro limpio espejo
para que yo al fin me vea,
que he vivido siempre huyendo
de mí mismo, y ya no sé
lo que soy ni lo que quiero!...

  Ayudad a que me encuentre,
que me he perdido, disperso
en la vida de los otros,
sin vivir... Dadme mi cuerpo,
que gasté en brazos de tantas
que no amé.  Mis pobres nervios,
al placer y los dolores
de los demás siempre tensos...

  Mis manos, que acariciaron
con afán todo lo bello,
sin hacer jamás su presa...

  Mis pies, que al azar corrieron
por travesías sin rumbo
y callejas de un momento...

  Pero dadme antes mi alma,
que hasta aquí fue sólo un eco
de otras almas, ebria siempre
de músicas y de besos.

  Decidme quién soy, estrellas,
y a cuál de vosotras puedo
llamar mía... Descifrad
vuestra eterna queja, vientos
y tú, luna, a cuya luz
prestada endeché mis versos.

  Decidme, en fin, la verdad;
decidme. Pero ¿qué espero?

  ¡Si por no estar nunca solo
vuestras soledades pueblo,
e, insaciable de palabras,
que habléis aún vosotros sueño!



viernes, 14 de marzo de 2014

Adam



Árbol de Sangre riega la mañana 
por donde gime la recién parida. 
Su voz deja cristales en la herida 
y un gráfico de hueso en la ventana. 

Mientras la luz que viene fija y gana 
blancas metas de fábula que olvida 
el tumulto de venas en la huida 
hacia el turbio frescor de la manzana, 

Adam sueña en la fiebre de la arcilla 
un niño que se acerca galopando 
por el doble latir de su mejilla. 

Pero otro Adán oscuro está soñando 
neutra luna de piedra sin semilla 
donde el niño de luz se irá quemando.


Federico García Lorca

viernes, 28 de febrero de 2014

Rima III



Sacudimiento extraño 
que agita las ideas, 
como huracán que empuja 
las olas en tropel. 

Murmullo que en el alma 
se eleva y va creciendo 
como volcán que sordo 
anuncia que va a arder. 

Deformes siluetas 
de seres imposibles; 
paisajes que aparecen 
como al través de un tul. 

Colores que fundiéndose 
remedan en el aire 
los átomos del iris 
que nadan en la luz. 

Ideas sin palabras, 
palabras sin sentido; 
cadencias que no tienen 
ni ritmo ni compás. 

Memorias y deseos 
de cosas que no existen; 
accesos de alegría, 
impulsos de llorar. 

Actividad nerviosa 
que no halla en qué emplearse; 
sin riendas que le guíen, 
caballo volador. 

Locura que el espíritu 
exalta y desfallece, 
embriaguez divina 
del genio creador... 
Tal es la inspiración. 

Gigante voz que el caos 
ordena en el cerebro 
y entre las sombras hace 
la luz aparecer. 

Brillante rienda de oro 
que poderosa enfrena 
de la exaltada mente 
el volador corcel. 

Hilo de luz que en haces 
los pensamientos ata; 
sol que las nubes rompe 
y toca en el zenít. 

Inteligente mano 
que en un collar de perlas 
consigue las indóciles 
palabras reunir. 

Armonioso ritmo 
que con cadencia y número 
las fugitivas notas 
encierra en el compás. 

Cincel que el bloque muerde 
la estatua modelando, 
y la belleza plástica 
añade a la ideal. 

Atmósfera en que giran 
con orden las ideas, 
cual átomos que agrupa 
recóndita atracción. 

Raudal en cuyas ondas 
su sed la fiebre apaga, 
oasis que al espíritu 
devuelve su vigor... 
Tal es nuestra razón. 

Con ambas siempre en lucha 
y de ambas vencedor, 
tan sólo al genio es dado 
a un yugo atar las dos.

Gustavo Adolfo Bécquer

lunes, 17 de febrero de 2014

Agua


Hay países que yo recuerdo 
como recuerdo mis infancias. 
Son países de mar o río, 
de pastales, de vegas y aguas. 
Aldea mía sobre el Ródano, 
rendida en río y en cigarras; 
Antilla en palmas verdi-negras 
que a medio mar está y me llama; 
¡roca lígure de Portofino, 
mar italiana, mar italiana! 

Me han traído a país sin río, 
tierras-Agar, tierras sin agua; 
Saras blancas y Saras rojas, 
donde pecaron otras razas, 
de pecado rojo de atridas 
que cuentan gredas tajeadas; 
que no nacieron como un niño 
con unas carnazones grasas, 
cuando las oigo, sin un silbo, 
cuando las cruzo, sin mirada. 

Quiero volver a tierras niñas; 
llévenme a un blando país de aguas. 
En grandes pastos envejezca 
y haga al río fábula y fábula. 
Tenga una fuente por mi madre 
y en la siesta salga a buscarla, 
y en jarras baje de una peña 
un agua dulce, aguda y áspera. 

Me venza y pare los alientos 
el agua acérrima y helada. 
¡Rompa mi vaso y al beberla 
me vuelva niñas las entrañas!


Gabriela Mistral


domingo, 16 de febrero de 2014

Che 1997


Lo han cubierto de afiches /de pancartas

de voces en los muros

de agravios retroactivos

de honores a destiempo

lo han transformado en pieza de consumo

en memoria trivial

en ayer sin retorno

en rabia embalsamada



han decidido usarlo como epilogo

como última thule de la inocencia vana

como anejo arquetipo de santo o satanás

y quizás han resuelto que la única forma

de desprenderse de él

o dejarlo al garete

es vaciarlo de lumbre

convertirlo en un héroe

de mármol o de yeso

y por lo tanto inmóvil

o mejor como mito

o silueta o fantasma

del pasado pisado

sin embargo los ojos incerrables del che

miran como si no pudieran no mirar

asombrados tal vez de que el mando no entienda

que treinta años después sigue bregando

dulce y tenaz por la dicha del hombre


Mario Benedetti

viernes, 14 de febrero de 2014

Ahora todo está claro


Cuando el presidente, cualquier presidente 
se preocupa tanto 
por los derechos humanos 

parece evidente que en ese caso 
derecho no significa facultad 
o atributo 
o libre albedrío 
sino diestro 
o antizurdo 
o flanco opuesto al corazón 
lado derecho en fin 

en consecuencia 
¿no sería hora 
de que iniciáramos 
una amplia campaña internacional 
por los izquierdos humanos?

Mario Benedetti

jueves, 13 de febrero de 2014

A la izquierda del roble


No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
en el que uno puede sentirse árbol o prójimo
siempre y cuando se cumpla un requisito previo.
Que la ciudad exista tranquilamente lejos.

El secreto es apoyarse digamos en un tronco
y oír a través del aire que admite ruidos muertos
cómo en Millán y Reyes galopan los tranvías.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico siempre ha tenido
una agradable propensión a los sueños
a que los insectos suban por las piernas
y la melancolía baje por los brazos
hasta que uno cierra los puños y la atrapa.

Después de todo el secreto es mirar hacia arriba
y ver cómo las nubes se disputan las copas
y ver cómo los nidos se disputan los pájaros.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
ah pero las parejas que huyen al Botánico
ya desciendan de un taxi o bajen de una nube
hablan por lo común de temas importantes
y se miran fanáticamente a los ojos
como si el amor fuera un brevísimo túnel
y ellos se contemplaran por dentro de ese amor.

Aquellos dos por ejemplo a la izquierda del roble
(también podría llamarlo almendro o araucaria
gracias a mis lagunas sobre Pan y Linneo)
hablan y por lo visto las palabras
se quedan conmovidas a mirarlos
ya que a mí no me llegan ni siquiera los ecos.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero es lindísimo imaginar qué dicen
sobre todo si él muerde una ramita
y ella deja un zapato sobre el césped
sobre todo si él tiene los huesos tristes
y ella quiere sonreír pero no puede.

Para mí que el muchacho está diciendo
lo que se dice a veces en el Jardín Botánico

ayer llegó el otoño
el sol de otoño
y me sentí feliz
como hace mucho
qué linda estás
te quiero
en mi sueño
de noche
se escuchan las bocinas
el viento sobre el mar
y sin embargo aquello
también es el silencio
mírame así
te quiero
yo trabajo con ganas
hago números
fichas
discuto con cretinos
me distraigo y blasfemo
dame tu mano
ahora
ya lo sabés
te quiero
pienso a veces en Dios
bueno no tantas veces
no me gusta robar
su tiempo
y además está lejos
vos estás a mi lado
ahora mismo estoy triste
estoy triste y te quiero
ya pasarán las horas
la calle como un río
los árboles que ayudan
el cielo
los amigos
y qué suerte
te quiero
hace mucho era niño
hace mucho y qué importa
el azar era simple
como entrar en tus ojos
dejame entrar
te quiero
menos mal que te quiero.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero puedo ocurrir que de pronto uno advierta
que en realidad se trata de algo más desolado
uno de esos amores de tántalo y azar
que Dios no admite porque tiene celos.

Fíjense que él acusa con ternura
y ella se apoya contra la corteza
fíjense que él va tildando recuerdos
y ella se consterna misteriosamente.

Para mí que el muchacho está diciendo
lo que se dice a veces en el Jardín Botánico

vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
sólo de a ratos parecía
que iba a vivir
que iba a vencernos
pero los dos fuimos tan fuertes
que lo dejamos sin su sangre
sin su futuro
sin su cielo
un niño muerto
sólo eso
maravilloso y condenado
quizá tuviera una sonrisa
como la tuya
dulce y honda
quizá tuviera un alma triste
como mi alma
poca cosa
quizá aprendiera con el tiempo
a desplegarse
a usar el mundo
pero los niños que así vienen
muertos de amor
muertos de miedo
tienen tan grande el corazón
que se destruyen sin saberlo
vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
y qué verdad dura y sin sombra
qué verdad fácil y qué pena
yo imaginaba que era un niño
y era tan sólo un niño muerto
ahora qué queda
sólo queda
medir la fe y que recordemos
lo que pudimos haber sido
para él
que no pudo ser nuestro
qué más
acaso cuando llegue
un veintitrés de abril y abismo
vos donde estés
llevale flores
que yo también iré contigo.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
que sólo despierta con la lluvia.

Ahora la última nube a resuelto quedarse
y nos está mojando como alegres mendigos.

El secreto está en correr con precauciones
a fin de no matar ningún escarabajo
y no pisar los hongos que aprovechan
para nadar desesperadamente.

Sin prevenciones me doy vuelta y siguen
aquellos dos a la izquierda del roble
eternos y escondidos en la lluvia
diciéndose quién sabe qué silencios.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico
aquí se quedan sólo los fantasmas.

Ustedes pueden irse.
Yo me quedo.



Mario Benedetti


La canción desesperada

Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy. 
El río anuda al mar su lamento obstinado. 

Abandonado como los muelles en el alba. 
Es la hora de partir, oh abandonado! 

Sobre mi corazón llueven frías corolas. 
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos! 

En ti se acumularon las guerras y los vuelos. 
De ti alzaron las alas los pájaros del canto. 

Todo te lo tragaste, como la lejanía. 
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio! 

Era la alegre hora del asalto y el beso. 
La hora del estupor que ardía como un faro. 

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, 
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio! 

En la infancia de niebla mi alma alada y herida. 
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! 

Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo. 
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio! 

Hice retroceder la muralla de sombra, 
anduve más allá del deseo y del acto. 

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí, 
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto. 

Como un vaso albergaste la infinita ternura, 
y el infinito olvido te trizó como a un vaso. 

Era la negra, negra soledad de las islas, 
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos. 

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta. 
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro. 

Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme 
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos! 

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto, 
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido. 

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas, 
aún los racimos arden picoteados de pájaros. 

Oh la boca mordida, oh los besados miembros, 
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados. 

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo 
en que nos anudamos y nos desesperamos. 

Y la ternura, leve como el agua y la harina. 
Y la palabra apenas comenzada en los labios. 

Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo, 
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio! 

Oh, sentina de escombros, en ti todo caía, 
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron! 

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste. 
De pie como un marino en la proa de un barco. 

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes. 
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo. 

Pálido buzo ciego, desventurado hondero, 
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! 

Es la hora de partir, la dura y fría hora 
que la noche sujeta a todo horario. 

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa. 
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros. 

Abandonado como los muelles en el alba. 
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos. 

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo. 

Es la hora de partir. Oh abandonado!


Pablo Neruda

martes, 11 de febrero de 2014

20 Poemas de amor ( Poema 9 )


Ebrio de trementina y largos besos, 
estival, el velero de las rosas dirijo, 
torcido hacia la muerte del delgado día, 
cimentado en el sólido frenesí marino. 

Pálido y amarrado a mi agua devorante 
cruzo en el agrio olor del clima descubierto, 
aún vestido de gris y sonidos amargos, 
y una cimera triste de abandonada espuma. 

Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única, 
lunar, solar, ardiente y frío, repentino, 
dormido en la garganta de las afortunadas 
islas blancas y dulces como caderas frescas. 

Tiembla en la noche húmeda mi vestido de besos 
locamente cargado de eléctricas gestiones, 
de modo heroico dividido en sueños 
y embriagadoras rosas practicándose en mí. 

Aguas arriba, en medio de las olas externas, 
tu paralelo cuerpo se sujeta en mis brazos 
como un pez infinitamente pegado a mi alma 
rápido y lento en la energía subceleste.


Pablo Neruda