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jueves, 21 de marzo de 2024

Fortaleza de la amistad


 

En la batalla contra la enfermedad,
donde el cuerpo se debilita y se queja,
donde el ánimo se oscurece y se aleja,
la fortaleza de la amistad es nuestra lealtad.

Cuando el dolor nos invade con saña,
y la esperanza se esconde en la distancia,
la mano amiga, con su fuerza y su constancia,
nos sostiene, como un faro en la maraña.

Son los amigos el bálsamo en la aflicción,
con su presencia, consuelo y abrazo,
en su compañía encontramos el lazo,
que nos une más allá de la razón.

En el cálido refugio de su amor,
hallamos fuerzas para seguir adelante,
ante la adversidad, nos hacen gigantes,
y en la lucha, nos dan el mejor soñador.

Así, con la fortaleza de la amistad,
enfrentamos juntos cualquier embate,
porque sabemos que, unidos, somos fuertes,
y contra la enfermedad, triunfaremos en verdad.





domingo, 10 de marzo de 2024

Mar: Poesía sin fronteras



En la vastedad azul, donde el cielo abraza al mar,
se despiertan susurros en la brisa, danza sin cesar.
El sol se sumerge en aguas de plata y oro,
pintando el horizonte con colores que imploran.

Olas que acarician la playa con su canto,
historias secretas en cada grano de su encanto.
Arena que abraza mis pies con su suavidad,
testigo eterno de la danza de la inmensidad.

En el océano, un eco de misterios profundos,
un suspiro salado, como versos segundos.
Se deslizan barcos, como aves en vuelo,
navegantes del destino, persiguiendo su anhelo.

Reflejos plateados en la superficie serena,
un espejo que guarda secretos, alma plena.
En las profundidades, un reino de maravillas,
donde las criaturas danzan entre corales y orillas.

Oh, mar insondable, guardián de leyendas,
en tus aguas yace la memoria de muchas sendas.
Tu eco resuena en mi ser, como canción eterna,
una melodía que acaricia mi alma taciturna.

En la orilla, mis pensamientos se desatan,
como las olas que besan la arena, insensatas.
Mar, poema sin palabras, eterno suspiro,
en tu abrazo encuentro mi refugio y respiro.





lunes, 4 de septiembre de 2023

Poema al colibrí



En el jardín de flores multicolores,
Donde el sol besa pétalos con amor,
Surge un colibrí, joya de mil colores,
Un ser alado, de fragilidad y ardor.

En su plumaje danzan los reflejos,
Del arcoíris atrapado en su ser,
Y en su vuelo, trinos y gracejos,
La naturaleza se hace canción de placer.

Sus alas aletean como suspiros,
De un poeta enamorado y soñador,
Mientras el colibrí, entre sus giros,
Roba el néctar con delicadeza y fervor.

Oh, colibrí, embajador de la primavera,
En tu presencia, el tiempo se detiene,
Eres poesía en forma verdadera,
Un regalo de la naturaleza que entretiene.

Tu vida breve, un suspiro en el aire,
Nos recuerda la fragilidad de la vida,
Pero también, con tu vuelo sin par,
Nos enseñas que en la belleza reside.

En tu honor, este canto sencillo te ofrezco,
A ti, colibrí, mensajero de los sueños,
Que con tu gracia y encanto mereces,
Ser eternamente admirado en estos versos.






 

viernes, 21 de julio de 2023

Día de tranquilidad


En la vorágine del tiempo que vuela sin piedad,
un día de tranquilidad me has regalado,
un remanso de paz en la tempestad,
un instante de calma en lo agitado.

El mundo gira sin cesar, implacable,
susurros y gritos, ruido ensordecedor,
mas hoy encuentro un espacio amable,
donde el silencio es mi mejor cantor.

En medio del caos y la confusión,
hallé en tu gesto un soplo de serenidad,
un refugio donde reponer la emoción,
y en el presente, encontrar la verdad.

Es un día especial, mi corazón sonríe,
te agradezco, día de tranquilidad,
por regalarme momentos donde el alma se nutre,
y la esperanza renace con claridad.

Así, en esta pausa fugaz que me has dado,
me encuentro conmigo y la eternidad,
agradezco al tiempo por haber pasado,
y celebro la paz en esta realidad.

Que cada día pueda ser como este,
donde el sosiego sea mi compañía,
y que la tranquilidad sea mi este,
en cada paso de mi vida, día tras día.

 

sábado, 17 de junio de 2023

Un poquito de Esperanza



En un mundo sumido en sombras de tristeza,
donde el corazón parece perder la certeza,
un rayo de luz brilla con fuerza y esplendor,
un poquito de esperanza, un nuevo amanecer.

Entre las grietas de la desesperación,
surge una brisa suave, llena de emoción,
es la dulce melodía de un sueño renacido,
un poquito de esperanza, el camino compartido.

En cada latido, en cada respiración,
late la promesa de una mejor situación,
los sueños despiertan y empiezan a florecer,
un poquito de esperanza, la fe en renacer.

No importa cuán oscuro parezca el panorama,
la esperanza se eleva como llama en la llama,
un abrazo cálido que nos invita a creer,
un poquito de esperanza, el amor que ha de vencer.

Que este poema sea un recordatorio constante,
de que siempre hay esperanza en cada instante,
por más difícil que parezca el caminar,
un poquito de esperanza nos ayudará a avanzar.

Así que mantén viva la llama en tu ser,
permite que la esperanza vuelva a florecer,
y verás cómo el mundo cambia de color,
con un poquito de esperanza, un nuevo resplandor.


 

viernes, 26 de mayo de 2023

Atardecer mágico y cotidiano


 Hoy un día rutinario como otro cualquiera,

donde el sol en su esplendor se alzaba en el cielo,
el destino me regaló un tesoro singular,
un atardecer sublime que abrazó mi corazón.

El tiempo transcurría sin grandes sorpresas,
las horas se sucedían sin mucho alboroto,
mas cuando la tarde se acercó al ocaso,
un lienzo de colores pintó el horizonte.

El sol se despidió con un último destello,
sus rayos dorados se fundieron en el paisaje,
las nubes, pinceladas de tonos cálidos,
danzaban en el firmamento con gracia y coraje.

El cielo se tiñó de tonos rosados y anaranjados,
como si un pintor celestial hubiera dejado su huella,
los árboles y las aves, testigos privilegiados,
se rindieron al hechizo de esta escena tan bella.

El viento susurraba melodías al oído,
mientras las estrellas tímidas asomaban,
la ciudad se cubría con un manto de quietud,
y mi alma se llenaba de paz, sin más palabras.

En ese instante mágico, mi corazón sonreía,
pues la belleza de la vida se revelaba en el cielo,
un atardecer común se volvía extraordinario,
y mis penas y preocupaciones quedaban en desvelo.

Hoy, al mirar atrás, en este poema encarnado,
me doy cuenta de que la vida es un regalo constante,
cada día, en su sencillez, puede esconder la maravilla,
un atardecer lindo como este, un momento radiante.

Así que celebremos la cotidianidad con gratitud,
y dejemos que los atardeceres nos inspiren a soñar,
porque incluso en los días más simples y rutinarios,
la belleza del mundo nunca dejará de asombrar.


viernes, 3 de marzo de 2017

La luna



La luna que miramos desde el Tíber
o aquí, bajo la noche de los astros,
es única y común. Ritos y magias
de antiguos sacerdotes que oficiaban
orgullosos misterios, la coronan
de fórmulas y flores fenecidas,
de jóvenes efebos que salmodian
olvidadas canciones, para siempre.
Estas cosas pasaron. Son ahora
mientras veo la luna y no comprendo
qué estoy haciendo aquí, por qué es tan triste
contemplar esa luz, si se está solo.

miércoles, 18 de enero de 2017

Como el primer poema



Como el primer poema
Quebrando
El blanco de la página y la vida
Tantos años atrás,

Como el primer amor
Que por completo
Fue pasto del olvido y se mantiene
Tan sólo en un rincón de la memoria,

Como el primer amigo,
Como el primer regalo,
Como el primer encuentro
Con el rumor del mar,
Así quisiera
Volver a hallar momentos
De goce inesperado, de esa mágica luz
Que llega al corazón
Y sin remedio,
Cuando menos lo esperas, te deslumbra.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Puedo verte



Veo tu sentimiento
a través del cristal de tu ventana,
que abriste en la mañana
para ver salir el sol.

Veo tu pasión
a través del ojal de tu vestuario,
que escogiste del armario
para lucirlo hoy.

Veo tu amor
a través de tus escritos,
que los haces tan bonitos
para que los lea yo.

A través de las cosas
yo a ti, puedo verte,
porque eres tú mi suerte
y porque eres mi razón.




jueves, 1 de diciembre de 2016

Me dediqué a quererte




No estoy triste porque ya te vas
pues me dediqué a quererte,
unidos y abrazados más y más
haciendo nuestro amor más fuerte.

Acaricie tus suaves manos
y bien besé tus tiernos labios
contemplé tus lindos ojos negros
y vi contigo el pasar de los años.

Me entregué a tu terso cuerpo
me dediqué a quererte,
y ese fue mi gran acierto:
estar contigo hasta la muerte.


martes, 29 de noviembre de 2016

Lágrima




Nació en mí, de mis sentimientos,
de mi felicidad o de mis tormentos,
como nace el pájaro, como nace la flor,
como nace el odio o como nace el amor.

Surgió así tan instantánea, tan de repente,
al meditar las cosas que pasan por mi mente,
quizá el pensar alguna idea loca
se apresuró a surgir, hasta llegar a mi boca.

El sabor que tenía era entre dulce y salada,
mas no emergió sola, muy pronto acompañada
de otras, que parecían dirigir una cascada
que brotaron de mis ojos, sin decirme nada.

Lágrima de amor, lágrima de alegría,
lágrima de tristeza o de melancolía,
si no estuvieras conmigo, mi alma gritaría
pues eres desahogo para esta vida mía.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Cosas de mujer




Fui de niña feliz
creciendo silvestre en mi sexo
sin envidias de penes
sin electras en mi espalda
Fui sabia en infancia
pero hube de crecer
y supe de “cosas de mujeres”,
tacitas de café, miedos, no debes,
pañuelos y bordados.
Y aprendí a llorar y eché nalgas. 
“Haz hijos pero no libros –se me dijo-.
Cría en vez de crear”.
Supe entonces que “mujer que sabe latín
ni consigue marido
ni tiene buen fin.”
Y asentí. Y aquí estoy
dando vida sin vivir
entre “buenos días mi amor”,
libretas de taquigrafía y
trastes sucios en la cocina.
Madre satisfecha aquí estoy
sorda a las miles de abortantes
que mueren en el país.
Cumplida ciudadana
escupo a los niños que sólo llevan
el apellido de la madre.
en fin
soy la entumecida
dejándome hablar
a cambio de hablarles 
y ser.

martes, 1 de marzo de 2016

Sostiene en una mano...




SOSTIENE en una mano 
las miradas 
y en la otra 
hambre de insomnios 
en jauría

Extiende el giro
si el tacto la reclama
duerme con las serpientes 
para incendiar su escorzo
y demostrar que existe

De puntas sobre el miedo
busca un nombre
que los contenga a todos
para que al detenerse
ilumine su pelvis y disuelva
sus torvos precursores

Y cuando sus muñecas
arrojan sus arpones al nadir
del escenario
se enjuga las facciones 
y agradece
en requiebre 
los aplausos

En tanto alguien que guarda
acaso la mitad 
de una sonrisa
se aleja lentamente
como Judas contando sus monedas

domingo, 28 de febrero de 2016

Me visto para la luna...




Me visto para la luna
que influye sobre mi único enamorado.
Me visto y salgo a su encuentro
deslizándome por entre las ruinas
que el sol ha hecho visibles durante el día,
escalo para lograr un encuentro
y canto mi miedo a los ríos salvajes
que crecen bulliciosos mientras fluye la noche.
Es el triunfo de lo invisible sobre lo visible,
es el grito el que subyace:
yo, siempre yo
y la desconocida yo.

Me visto para la luna
que influye sobre mi único enamorado.
Como Endimión, yo también la espero.









sábado, 27 de febrero de 2016

De golpe...




De golpe
me estremezco como si siete grados
bajo cero
sacudiesen el tedio sin contar para nada
con mi visión del mundo
y de la explotación.

Pero los lapiceros, las sandalias,
lo que me habría gustado ser piloto...

y ahora llegas tú
con veinticinco mil maneras de acariciar mis dedos
aunque no estés de acuerdo con lo que yo
pensé
del precio de la pina y la última decisión
que ha tomado el gobierno.

Si es demasiado tarde
para conmemorar un día
cualquiera
de la vida
o lamentar los dos algún suceso
tú propones cantar —en francés, por ejemplo
«je ne suis jamáis seul»
y yo te voy queriendo
aunque luego no es
nada
tan sencillo.


jueves, 8 de enero de 2015

CASTILLA



El ciego sol se estrella 
en las duras aristas de las armas, 
llaga de luz los petos y espaldares 
y flamea en las puntas de las lanzas.

El ciego sol, la sed y la fatiga. 
Por la terrible estepa castellana, 
al destierro, con doce de los suyos, 
—polvo, sudor y hierro— el Cid cabalga.

Cerrado está el mesón a piedra y lodo... 
Nadie responde.  Al pomo de la espada 
y al cuento de las picas, el postigo 
va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa!

A los terribles golpes, 
de eco ronco, una voz pura, de plata 
y de cristal, responde... Hay una niña 
muy débil y muy blanca, 
en el umbral.  Es toda 
ojos azules; y en los ojos, lágrimas. 
Oro pálido nimba 
su carita curiosa y asustada.

«¡Buen Cid!  Pasad... El rey nos dará muerte, 
arruinará la casa 
y sembrará de sal el pobre campo 
que mi padre trabaja... 
Idos.  El Cielo os colme de venturas... 
En nuestro mal, ioh Cid!, no ganáis nada».

Calla la niña y llora sin gemido... 
Un sollozo infantil cruza la escuadra 
de feroces guerreros, 
y una voz inflexible grita: «¡En marcha!»

El ciego sol, la sed y la fatiga. 
Por la terrible estepa castellana, 
al destierro, con doce de los suyos 
—polvo, sudor y hierro—, el Cid cabalga.

                                                                               Manuel Machado


sábado, 1 de marzo de 2014

"Romance del enamorado y la muerte"



Un sueño soñaba anoche, 
soñito del alma mía, 
soñaba con mis amores 
que en mis brazos los tenía. 
Vi entrar señora tan blanca 
muy más que la nieve fría. 
-¿Por dónde has entrado, amor? 
¿Cómo has entrado, mi vida? 
Las puertas están cerradas, 
ventanas y celosías. 
- No soy el amor, amante: 
la Muerte que Dios te envía 
- ¡Ay Muerte tan rigurosa, 
déjame vivir un día! 
¡Un día no puede ser, 
una hora tienes de vida!

Muy de prisa se calzaba, 
más de prisa se vestía: 
ya se va para la calle, 
en donde su amor vivía. 
- ¡Ábreme la puerta, blanca, 
ábreme la puerta niña! 
- ¿Cómo te podré yo abrir 
si la ocasión no es venida? 
Mi padre no fue al palacio 
mi madre no está dormida. 
- Si no me abres esta noche, 
ya no me abrirás, querida: 
la Muerte me está buscando, 
junto a ti vida sería. 
- Vete bajo la ventana 
donde labraba y cosía, 
te echaré cordón de seda 
para que subas arriba, 
y si el cordón no alcanzare 
mis trenzas añadiría. 
La fina seda se rompe; 
la Muerte que allí venía: 
- Vamos, el enamorado 
que la hora ya está cumplida.

jueves, 27 de febrero de 2014

El día que me quieras



El día que me quieras tendrá más luz que junio; 
la noche que me quieras será de plenilunio, 
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo 
sus inefables cosas, 
y habrá juntas más rosas 
que en todo el mes de mayo. 

Las fuentes cristalinas 
irán por las laderas 
saltando cristalinas 
el día que me quieras. 

El día que me quieras, los sotos escondidos 
resonarán arpegios nunca jamás oídos. 
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras 
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras. 

Cogidas de la mano cual rubias hermanitas, 
luciendo golas cándidas, irán las margaritas 
por montes y praderas, 
delante de tus pasos, el día que me quieras... 
Y si deshojas una, te dirá su inocente 
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente! 

Al reventar el alba del día que me quieras, 
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras, 
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos, 
florecerán las místicas corolas de los lotos. 

El día que me quieras será cada celaje 
ala maravillosa; cada arrebol, miraje 
de "Las Mil y una Noches"; cada brisa un cantar, 
cada árbol una lira, cada monte un altar. 

El día que me quieras, para nosotros dos 
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.


Amado Nervo

miércoles, 26 de febrero de 2014

De invierno



En invernales horas, mirad a Carolina. 
Medio apelotonada, descansa en el sillón, 
envuelta con su abrigo de marta cibelina 
y no lejos del fuego que brilla en el salón. 

El fino angora blanco junto a ella se reclina, 
rozando con su hocico la falda de Aleçón, 
no lejos de las jarras de porcelana china 
que medio oculta un biombo de seda del Japón. 

Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño: 
entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris; 
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño 

como una rosa roja que fuera flor de lis. 
Abre los ojos; mírame con su mirar risueño, 
y en tanto cae la nieve del cielo de París.

Rubén Darío

Coloquio de los centauros


En la isla en que detiene su esquife el argonauta 
del inmortal Ensueño, donde la eterna pauta 
de las eternas liras se escucha ?isla de oro 
en que el tritón elige su caracol sonoro 
y la sirena blanca va a ver el sol? un día 
se oye el tropel vibrante de fuerza y de harmonía. 

Son los Centauros. Cubren la llanura. Les siente 
la montaña. De lejos, forman són de torrente 
que cae; su galope al aire que reposa 
despierta, y estremece la hoja del laurel-rosa. 

Son los Centauros. Unos enormes, rudos; otros 
alegres y saltantes como jóvenes potros; 
unos con largas barbas como los padres-ríos; 
otros imberbes, ágiles y de piafantes bríos, 
y robustos músculos, brazos y lomos aptos 
para portar las ninfas rosadas en los raptos. 

Van en galope rítmico, Junto a un fresco boscaje, 
frente al gran Océano, se paran. El paisaje 
recibe de la urna matinal luz sagrada 
que el vasto azul suaviza con límpida mirada. 
Y oyen seres terrestres y habitantes marinos 
la voz de los crinados cuadrúpedos divinos. 

QUIRÓN 

Calladas las bocinas a los tritones gratas, 
calladas las sirenas de labios escarlatas, 
los carrillos de Eolo desinflados, digamos 
junto al laurel ilustre de florecidos ramos 
la gloria inmarcesible de las Musas hermosas 
y el triunfo del terrible misterio de las cosas. 
He aquí que renacen los lauros milenarios; 
vuelven a dar su lumbre los viejos lampadarios; 
y anímase en mi cuerpo de Centauro inmortal 
la sangre del celeste caballo paternal. 

RETO 

Arquero luminoso, desde el Zodíaco llegas; 
aun presas en las crines tienes abejas griegas; 
aun del dardo herakleo muestras la roja herida 
por do salir no pudo la esencia de tu vida. 
¡Padre y Maestro excelso! Eres la fuente sana 
de la verdad que busca la triste raza humana: 
aun Esculapio sigue la vena de tu ciencia; 
siempre el veloz Aquiles sustenta su existencia 
con el manjar salvaje que le ofreciste un día, 
y Herakles, descuidando su maza, en la harmonía 
de los astros, se eleva bajo el cielo nocturno... 

QUIRÓN 

La ciencia es flor del tiempo: mi padre fue Saturno. 

ABANTES 

Himnos a la sagrada Naturaleza; al vientre 
de la tierra y al germen que entre las rocas y entre 
las carnes de los árboles, y dentro humana forma, 
es un mismo secreto y es una misma norma, 
potente y sutilísimo, universal resumen 
de la suprema fuerza, de la virtud del Numen. 

QUIRÓN 

¡Himnos! Las cosas tienen un ser vital; las cosas 
tienen raros aspectos, miradas misteriosas; 
toda forma es un gesto, una cifra, un enigma; 
en cada átomo existe un incógnito estigma; 
cada hoja de cada árbol canta un propio cantar 
y hay un alma en cada una de las gotas del mar; 
el vate, el sacerdote, suele oír el acento 
desconocido; a veces enuncia el vago viento 
un misterio; y revela una inicial la espuma 
o la flor; y se escuchan palabras de la bruma; 
y el hombre favorito del Numen, en la linfa 
o la ráfaga encuentra mentor ?demonio o ninfa. 

FOLO 

El biforme ixionida comprende de la altura, 
por la materna gracia, la lumbre que fulgura, 
la nube que se anima de luz y que decora 
el pavimento en donde rige su carro Aurora, 
y la banda de Iris que tiene siete rayos 
cual la lira en sus brazos siete cuerdas, los mayos 
en la fragante tierra llenos de ramos bellos, 
y el Polo coronado de cándidos cabellos. 
El ixionida pasa veloz por la montaña 
rompiendo con el pecho de la maleza huraña 
los erizados brazos, las cárceles hostiles; 
escuchan sus orejas los ecos más sutiles: 
sus ojos atraviesan las intrincadas hojas 
mientras sus manos toman para sus bocas rojas 
las frescas bayas altas que el sátiro codicia; 
junto a la oculta fuente su mirada acaricia 
las curvas de las ninfas del séquito de Diana; 
pues en su cuerpo corre también la esencia humana 
unida a la corriente de la savia divina 
y a la salvaje sangre que hay en la bestia equina. 
Tal el hijo robusto de Ixión y de la Nube. 

QUIRÓN 

Sus cuatro patas bajan; su testa erguida sube. 

ORNEO 

Yo comprendo el secreto de la bestia. Malignos 
seres hay y benignos. Entre ellos se hacen signos 
de bien y mal, de odio o de amor, o de pena 
o gozo: el cuervo es malo y la torcaz es buena. 

QUIRÓN 

Ni es la torcaz benigna, ni es el cuervo protervo: 
son formas del Enigma la paloma y el cuervo. 

ASTILO 

El Enigma es el soplo que hace cantar la lira. 

NESO 

¡El Enigma es el rostro fatal de Deyanira! 
MI espalda aun guarda el dulce perfume de la bella; 
aun mis pupilas llaman su claridad de estrella. 
¡Oh aroma de su sexo! ¡O rosas y alabastros! 
¡Oh envidia de las flores y celos de los astros! 

QUIRÓN 

Cuando del sacro abuelo la sangre luminosa 
con la marina espuma formara nieve y rosa, 
hecha de rosa y nieve nació la Anadiomena. 
Al cielo alzó los brazos la lírica sirena, 
los curvos hipocampos sobre las verdes ondas 
levaron los hocicos; y caderas redondas, 
tritónicas melenas y dorsos de delfines 
junto a la Reina nueva se vieron. Los confines 
del mar llenó el grandioso clamor; el universo 
sintió que un nombre harmónico sonoro como un verso 
llenaba el hondo hueco de la altura; ese nombre 
hizo gemir la tierra de amor: fue para el hombre 
más alto que el de Jove; y los númenes mismos 
lo oyeron asombrados; los lóbregos abismos 
tuvieron una gracia de luz. ¡VENUS impera! 
Ella es entre las reinas celestes la primera, 
pues es quien tiene el fuerte poder de la Hermosura. 
¡Vaso de miel y mirra brotó de la amargura! 
Ella es la más gallarda de las emperatrices; 
princesa de los gérmenes, reina de las matrices, 
señora de las savias y de las atracciones, 
señora de los besos y de los corazones. 

EURITO 

¡No olvidaré los ojos radiantes de Hipodamia! 

HIPEA 

Yo sé de la hembra humana la original infamia. 
Venus anima artera sus máquinas fatales; 
tras sus radiantes ojos ríen traidores males; 
de su floral perfume se exhala sutil daño; 
su cráneo obscuro alberga bestialidad y engaño. 
Tiene las formas puras del ánfora, y la risa 
del agua que la brisa riza y el sol irisa; 
mas la ponzoña ingénita su máscara pregona: 
mejores son el águila, la yegua y la leona. 
De su húmeda impureza brota el calor que enerva 
los mismos sacros dones de la imperial Minerva; 
y entre sus duros pechos, lirios del Aqueronte, 
hay un olor que llena la barca de Caronte. 

ODITES 

Como una miel celeste hay en su lengua fina; 
su piel de flor aun húmeda está de agua marina. 
Yo he visto de Hipodamia la faz encantadora, 
la cabellera espesa, la pierna vencedora; 
ella de la hembra humana fuera ejemplar augusto; 
ante su rostro olímpico no habría rostro adusto; 
las Gracias junto a ella quedarían confusas, 
y las ligeras Horas y las sublimes Musas 
por ella detuvieran sus giros y su canto. 

HIPEA 

Ella la causa fuera de inenarrable espanto: 
por ella el ixionida dobló su cuello fuerte. 
La hembra humana es hermana del Dolor y la Muerte. 

QUIRÓN 

Por suma ley un día llegará el himeneo 
que el soñador aguarda: Cenis será Ceneo; 
claro será el origen del femenino arcano: 
la Esfinge tal secreto dirá a su soberano. 

CLITO 

Naturaleza tiende sus brazos y sus pechos 
a los humanos seres; la clave de los hechos 
conócela el vidente; Homero con su báculo, 
en su gruta Deifobe, la lengua del Oráculo. 

CAUMANTES 

El monstruo expresa un ansia del corazón del Orbe, 
en el Centauro el bruto la vida humana absorbe, 
el sátiro es la selva sagrada y la lujuria, 
une sexuales ímpetus a la harmoniosa furia. 
Pan junta la soberbia de la montaña agreste 
al ritmo de la inmensa mecánica celeste; 
la boca melodiosa que atrae en Sirenusa 
es de la fiera alada y es de la suave musa; 
con la bicorne bestia Pasifae se ayunta, 
Naturaleza sabia formas diversas junta, 
y cuando tiende al hombre la gran Naturaleza, 
el monstruo, siendo el símbolo, se viste de belleza. 

GRINEO 

Yo amo lo inanimado que amó el divino Hesiodo. 

QUIRÓN 

Grineo, sobre el mundo tiene un ánima todo. 

GRINEO 

He visto, entonces, raros ojos fijos en mí: 
los vivos ojos rojos del alma del rubí; 
los ojos luminosos del alma del topacio 
y los de la esmeralda que del azul espacio 
la maravilla imitan; los ojos de las gemas 
de brillos peregrinos y mágicos emblemas. 
Amo el granito duro que el arquitecto labra 
y el mármol en que duermen la línea y la palabra... 

QUIRÓN 

A Deucalión y a Pirra, varones y mujeres 
las piedras aun intactas dijeron: "¿Qué nos quieres?" 

LÍCIDAS 

Yo he visto los lemures florar, en los nocturnos 
instantes, cuando escuchan los bosques taciturnos 
el loco grito de Atis que su dolor revela 
o la maravillosa canción de Filomela. 
El galope apresuro, si en el boscaje miro 
manes que pasan, y oigo su fúnebre suspiro. 
Pues de la Muerte el hondo, desconocido Imperio, 
guarda el pavor sagrado de su fatal misterio. 

ARNEO 

La Muerte es de la Vida la inseparable hermana. 

QUIRÓN 

La Muerte es la victoria de la progenie humana. 

MEDÓN 

¡La Muerte! Yo la he visto. No es demacrada y mustia 
ni ase corva guadaña, ni tiene faz de angustia. 
Es semejante a Diana, casta y virgen como ella; 
en su rostro hay la gracia de la núbil doncella 
y lleva una guirnalda de rosas siderales. 
En su siniestra tiene verdes palmas triunfales, 
y en su diestra una copa con agua del olvido. 
A sus pies, como un perro, yace un amor dormido. 

AMICO 

Los mismos dioses buscan la dulce paz que vierte. 

QUIRÓN 

La pena de los dioses es no alcanzar la Muerte. 

EURITO 

Si el hombre ?Prometeo? pudo robar la vida, 
la clave de la muerte serále concedida. 

QUIRÓN 

La virgen de las vírgenes es inviolable y pura. 
Nadie su casto cuerpo tendrá en la alcoba obscura, 
ni beberá en sus labios el grito de la victoria, 
ni arrancará a su frente las rosas de su gloria... 

* * * 

Mas he aquí que Apolo se acerca al meridiano. 
Sus truenos prolongados repite el Oceano. 
Bajo el dorado carro del reluciente Apolo 
vuelve a inflar sus carrillos y sus odres Eolo. 
A lo lejos, un templo de mármol se divisa 
entre laureles-rosa que hace cantar la brisa. 
Con sus vibrantes notas de Céfiro desgarra 
la veste transparente la helénica cigarra, 
y por el llano extenso van en tropel sonoro 
los Centauros, y al paso, tiembla la Isla de Oro.


Rubén Darío