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martes, 12 de septiembre de 2023

Comienzo al colegio


 

En el alba de la infancia, temprano y risueño,
Emprendo el camino hacia el colegio, pequeño,
Mis libros en la mochila, mi corazón latiendo,
La aventura comienza, nuevos conocimientos buscando.

Los lápices afilados, cuadernos por estrenar,
Mis sueños y esperanzas, dispuestos a brillar,
El uniforme impecable, los zapatos bien pulidos,
Comienza esta jornada, de aprendizajes compartidos.

El timbre resuena, anuncia el comienzo del día,
Los pasos en el pasillo, la emoción nos guía,
Profesores amables, compañeros por conocer,
El colegio es un mundo, por explorar y aprender.

Las aulas se llenan de risas y de preguntas,
De historias compartidas y de dulces juntas,
Cada día es un reto, una nueva lección,
En este viaje incierto hacia la educación.

Aprenderé matemáticas, ciencias y poesía,
Historia, geografía, y toda sabiduría,
Forjaré amistades, construiré mi destino,
En este comienzo al colegio, mi alma se hace camino.

Con esfuerzo y valentía, avanzaré sin cesar,
Superando obstáculos que en mi camino están,
Porque el colegio es el sendero hacia mi porvenir,
Un lugar donde mis sueños pueden florecer y seguir.

Así, en este comienzo, con lápiz y papel,
Escribiré mi historia, con esfuerzo y fe
El colegio me espera, y yo le abro mi mente,
Comienza esta travesía, emocionante y valiente.





sábado, 13 de mayo de 2023

En el jardín de mi alma


 

En el jardín de mi alma florece el amor,
un fuego eterno que arde con fervor.
Susurra al viento versos de pasión,
una melodía dulce, una dulce canción.

En tus ojos encuentro el infinito,
un universo de sueños compartidos.
Tu sonrisa ilumina mis días,
en cada latido siento que me guías.

Eres la luz que alumbra mi sendero,
la razón por la que respiro, espero.
En tus brazos encuentro mi refugio,
un abrazo cálido, sincero y seguro.

Tu voz, un susurro que calma mi mente,
me envuelve en ternura, dulce y ardiente.
Tus palabras, versos que acarician mi ser,
me elevan al cielo, me hacen renacer.

Eres mi musa, mi fuente de inspiración,
la razón por la que escribo con pasión.
En cada verso te nombro, te amo,
en cada estrofa te adoro, te reclamo.

Eres el poema que nunca termina,
una historia de amor que siempre fascina.
En cada palabra encuentro el amor eterno,
un sentimiento puro, sincero y tierno.

En esta poesía te entrego mi corazón,
mi alma desnuda, mi declaración.
Eres mi amor, mi razón de existir,
juntos, en versos, para siempre vivir.

lunes, 21 de enero de 2019

Quiero



Quiero el consuelo de tu carne
un beso de amor anhelo de tus labios
una palabra minúscula
que se abrace a las sombras
en el libérame del ensueño
anhelo el yo de las tardes
que se abrazan en tus ojos
quiero tus dedos salados
en esta ausencia flotante
donde los arboles de siempre
se divinizan en el minúsculo tatuaje
de tu sombra que palpita
gozosa en mis brazos
en este simulacro de oraciones
donde tu parecido y el mío
llenan de tibieza el arcén del crepúsculo
luego existimos entre la realidad
y la prueba humedecida de tus ojos.

Abel Sandoval Ormeño

viernes, 18 de enero de 2019

La abadesa



Por el jardín paseaba la Abadesa
Leyendo una oración de su breviario
Sus ojos eran de un azul turquesa,
Su tez como el marfil de su rosario.

Así cruzaba la divina obsesa,
Defendida de un mal imaginario,
Por aquel corazón que su pureza
Bordara en su bendito escapulario.

Junto a la hoja sagrada que leía,
Tierna recordación, simbolizada
En una seca flor la entristecía.

Cesó su labio de moverse en rezo,
Su pena se vertió cristalizada,
Y en la cruz y en la flor puso su beso.

Abel Alarcón


viernes, 7 de abril de 2017

Para empezar el día




Vamos a trabajar
el pan de este poema.
Hay que traer un poco de alegría;
que cada quien tome su cesta.
La noche gira sobre la esperanza
y desgasta sus párpados la estrella.
Surgen las graves letanías del trigo
por los labios abiertos de la tierra.
La espiga se desnuda sobre el aire
y el agua suelta sus cadenas.
Con un poco de esfuerzo y de ternura
vamos a trabajar
el pan de este poema.




jueves, 19 de enero de 2017

El maestro



Mi mentor era un viejo de ojos claros y vivos
que al llegar los exámenes a su terminación,
pronunciaba un discurso de muchos adjetivos,
y alcanzaba del pueblo una gran ovación.

Mientras cura y alcalde cobraban sin retrasos
y en duros relucientes la nómina mensual,
el maestro cambiaba sus haberes escasos
por viandas, en la tienda del cacique rural.

El sabía retórica, y sabía latines.
Si cualquiera moría por aquellos confines,
él era fatalmente el fúnebre orador.

A pesar de su celo y labor constante,
por mambí lo tuvieron y dejaron cesante
cuando vino Laureano Sanz de gobernador. 

miércoles, 18 de enero de 2017

Como el primer poema



Como el primer poema
Quebrando
El blanco de la página y la vida
Tantos años atrás,

Como el primer amor
Que por completo
Fue pasto del olvido y se mantiene
Tan sólo en un rincón de la memoria,

Como el primer amigo,
Como el primer regalo,
Como el primer encuentro
Con el rumor del mar,
Así quisiera
Volver a hallar momentos
De goce inesperado, de esa mágica luz
Que llega al corazón
Y sin remedio,
Cuando menos lo esperas, te deslumbra.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Puedo verte



Veo tu sentimiento
a través del cristal de tu ventana,
que abriste en la mañana
para ver salir el sol.

Veo tu pasión
a través del ojal de tu vestuario,
que escogiste del armario
para lucirlo hoy.

Veo tu amor
a través de tus escritos,
que los haces tan bonitos
para que los lea yo.

A través de las cosas
yo a ti, puedo verte,
porque eres tú mi suerte
y porque eres mi razón.




jueves, 1 de diciembre de 2016

Me dediqué a quererte




No estoy triste porque ya te vas
pues me dediqué a quererte,
unidos y abrazados más y más
haciendo nuestro amor más fuerte.

Acaricie tus suaves manos
y bien besé tus tiernos labios
contemplé tus lindos ojos negros
y vi contigo el pasar de los años.

Me entregué a tu terso cuerpo
me dediqué a quererte,
y ese fue mi gran acierto:
estar contigo hasta la muerte.


viernes, 26 de agosto de 2016

Viento de ayer




¿Es tu hija, verdad? la he conocido 
por la estrellas fugaz que hay en sus ojos, 
la cabeza inclinada y la madera, 
tan tuya, de mirar lleno de asombro. 

¿Es tu hija, verdad? lo han presentido 
-¡desde tan hondo- 
unos vientos callados que dormían 
bajo las aguas quietas, en el pozo 
de los tiempos perdidos, donde guardo 
las hojas que cayeron 
de los sauces remotos. 

Tiene luz en la frente 
-tu misma luz-. Y el gesto melancólico. 
Tiene el cuello tan frágil como tú lo tenías 
y en el pelo los mismos 
pájaros locos. 
Tiene un viento de ayer entre los dedos, 
y en el rostro... 
tu firma escrita 
con otra sangre 
que no conozco.



miércoles, 4 de mayo de 2016

Aquí, la puerta abierta...




Aquí, la puerta abierta,
unos gatos que muerden basuras y esperanzas
—esta marejadilla sin plata que arrasar—
y aquí suelo dejarme,
sentada hacia la lluvia
sin apenas decirte lo mucho,
sin tu forma de hablarme socavada en el gesto.
Ni voy reconociendo
desmantelados signos de la tarde tan larga.

Pero es que sin tu risa
soy capaz de extenderme satisfecha en la noche
y soy capaz de tanta soledad.

Ya sé que somos dos.
Podríamos herirle los ojos a los puentes
aunque duele este número,
—herirlos gravemente,
definitivamente—
y luego avanzaríamos hasta donde los cisnes,
hacia aquella ventana que sugieren las olas,
hasta donde los cisnes poseyeron a Leda,
allí te besaría un vez más
donde se descomponen tu pasado y el mío.

Es tan roja,
tan roja,
la forma de morir de algunas tardes.





viernes, 29 de abril de 2016

Tríptico de la noche (I)




Oh noche! ¡Oh noche! Detén a los paseantes 
con el rumor de aurora de tus astros extasiados.

El amor es la razón de tus árboles dormidos, 
del silencio que corre por tus venas aurorales 
porque en ti las bocas son nidos 
y las palabras aves que pronuncian tu mensaje.

¡Oh noche! Detén a los paseantes 
que surgieron como una onda física, 
como un axioma en flor. 
Deténlos en la aurora de sus besos, 
perfílalos de umbral contra el silencio,
que sea eterno el ángulo que dibujan sus deseos. 
¡Oh noche! Tú que tienes el valor del día 
y que escondes en tu índole un sol nuevo.

Tú puedes contra el tiempo revivir en verdes pinos, 
azular el espacio detenido en una huella, 
hacer que el lecho vibre con un ópalo... 
¡Oh noche! Tú que puedes detener a los amantes, 
detén a estos viajeros que han llegado sin aliento. 
Son ellos los viajeros que ayer partieron desde un beso 
y que ahora se pasean por un nimbo sin designios. 
Ahora sus pupilas centellean, cruzan sus espadas 
para quedar impresas en panoplia eternizada. 
Ellos tienen un secreto que compartir contigo, 
un secreto que un pensil de instinto ha levantado. 
¡Oh noche! Detén a los amantes 
con el rumor de aurora de tus astros extasiados.




¡

viernes, 4 de marzo de 2016

Utopía



Si pudiera de golpe
arrinconar olvidos y semanas
junto a los nidos de agua
de mi secreta cáscara.

Si lograra arrojar
en las islas neutrales
las cenizas que muerden el árbol y las lágrimas,
y pudiera dejar que una ecuación rotunda
insertase su atmósfera de pétalo
en cada pabellón desamparado;
empapada de estrenos sobre un licor tardío
bebería las notas
de un festival de espigas y de vuelos.

Pero apenas soy sangre
que retumba en los muros
de la piel cotidiana,
y en mis hombros fatales
amamanto a una araña de sal
que desvaría.



jueves, 3 de marzo de 2016

La mentira



A veces vivo un poco,
y ostento la evidencia
como un coleccionista.

Algún trofeo
rutila en las escarchas de mi nombre
y emerge la que era
en el engaño del verbo flagelado.

Mi intemperie
descansa un instante
en el pedestal de hierba de sus ojos,
hasta volver,
crucificada,
a la oración unitaria de la casa.





miércoles, 2 de marzo de 2016

Aquí, la puerta abierta...





Aquí, la puerta abierta,
unos gatos que muerden basuras y esperanzas
—esta marejadilla sin plata que arrasar—
y aquí suelo dejarme,
sentada hacia la lluvia
sin apenas decirte lo mucho,
sin tu forma de hablarme socavada en el gesto.
Ni voy reconociendo
desmantelados signos de la tarde tan larga.

Pero es que sin tu risa
soy capaz de extenderme satisfecha en la noche
y soy capaz de tanta soledad.

Ya sé que somos dos.
Podríamos herirle los ojos a los puentes
aunque duele este número,
—herirlos gravemente,
definitivamente—
y luego avanzaríamos hasta donde los cisnes,
hacia aquella ventana que sugieren las olas,
hasta donde los cisnes poseyeron a Leda,
allí te besaría un vez más
donde se descomponen tu pasado y el mío.

Es tan roja,
tan roja,
la forma de morir de algunas tardes.





lunes, 29 de febrero de 2016

Una mujer en la ventana...




Una mujer en la ventana,
incierta como luna navegando por el mar,
princesas destronadas que inventan historias
de reyes rojos, y mujeres sueño con labios
muertos, donde crecen las manos de los árboles.
Una niña del miedo llorando en el acantilado
mientras contempla a una ahogada.

Sólo esto vi en una noche múltiple y
dolorosa, donde un arlequín sin manos,
sin pies, volvía a colocarse entre mi sombra y el día.
Sueños desde el acantilado donde vive la iguana,
del que ya te he hablado,
y en el que he decidido insistir.


domingo, 28 de febrero de 2016

Me visto para la luna...




Me visto para la luna
que influye sobre mi único enamorado.
Me visto y salgo a su encuentro
deslizándome por entre las ruinas
que el sol ha hecho visibles durante el día,
escalo para lograr un encuentro
y canto mi miedo a los ríos salvajes
que crecen bulliciosos mientras fluye la noche.
Es el triunfo de lo invisible sobre lo visible,
es el grito el que subyace:
yo, siempre yo
y la desconocida yo.

Me visto para la luna
que influye sobre mi único enamorado.
Como Endimión, yo también la espero.









sábado, 27 de febrero de 2016

De golpe...




De golpe
me estremezco como si siete grados
bajo cero
sacudiesen el tedio sin contar para nada
con mi visión del mundo
y de la explotación.

Pero los lapiceros, las sandalias,
lo que me habría gustado ser piloto...

y ahora llegas tú
con veinticinco mil maneras de acariciar mis dedos
aunque no estés de acuerdo con lo que yo
pensé
del precio de la pina y la última decisión
que ha tomado el gobierno.

Si es demasiado tarde
para conmemorar un día
cualquiera
de la vida
o lamentar los dos algún suceso
tú propones cantar —en francés, por ejemplo
«je ne suis jamáis seul»
y yo te voy queriendo
aunque luego no es
nada
tan sencillo.


domingo, 22 de noviembre de 2015

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.





Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, 
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


Pablo Neruda


lunes, 22 de junio de 2015

Como el primer poema




Como el primer poema
Quebrando
El blanco de la página y la vida
Tantos años atrás,

Como el primer amor
Que por completo
Fue pasto del olvido y se mantiene
Tan sólo en un rincón de la memoria,

Como el primer amigo,
Como el primer regalo,
Como el primer encuentro
Con el rumor del mar,
Así quisiera
Volver a hallar momentos
De goce inesperado, de esa mágica luz
Que llega al corazón
Y sin remedio,
Cuando menos lo esperas, te deslumbra.