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viernes, 6 de septiembre de 2024

Ventana al Mundo


 

Una ventana al mundo se abre,
un cuadro de vida enmarcado,
donde el sol pinta sus matices
y la luna deja sus trazos dorados.

El cristal vibra con el susurro
del viento que canta sus historias,
de mares lejanos y cielos profundos,
de montañas que guardan memorias.

Los pájaros cruzan, libres y altos,
en un vuelo que no conoce fronteras,
dibujando caminos invisibles
en la luz de la mañana primera.

Un niño mira con ojos de asombro,
sus manos tocando el borde del cielo,
soñando con mundos que aún no conoce,
con promesas de futuros sin duelo.

La lluvia dibuja su ritmo suave
en el cristal que tiembla y danza,
cada gota un eco de risas y llantos,
una sinfonía de esperanza.

La ventana es un portal silencioso,
un umbral hacia lo desconocido,
un reflejo de todo lo que somos,
y un sueño de lo que aún no hemos sido.

Se asoma el alma, curiosa y ligera,
dejando atrás las sombras y el miedo,
y encuentra en el vasto horizonte
un rincón para volar en el tiempo.

jueves, 1 de agosto de 2024

Vida Cotidiana


 

En el alba tímida despierta el día,

se deshilachan sueños de la noche fría.

Las calles bostezan bajo un sol naciente,

y la ciudad murmura su canción silente.


Café humeante, ritual mañanero,

un sorbo de vida en un mundo pasajero.

La prisa en los pasos, rutina constante,

en el vaivén diario de un ritmo vibrante.


El reloj, dictador de horas y minutos,

marca el compás de todos los asuntos.

Risas y llantos, trabajo y descanso,

se tejen en el lienzo de un tiempo manso.


En la esquina, el panadero amasa sus sueños,

fragancias de harina, de viejos empeños.

Niños que corren tras un balón,

mientras el sol juega con su fulgor.


La tarde se tiñe de un dorado tenue,

sombra y luz bailan, en un vaivén perenne.

Los ecos del día se desvanecen lentos,

y la calma regresa con sus alientos.


La cena en familia, el calor del hogar,

el suave murmullo del amor sin cesar.

Palabras compartidas, miradas sinceras,

la vida se vive en estas pequeñas esferas.


La noche despliega su manto estrellado,

y en cada hogar se encuentra un legado.

En lo cotidiano, en lo simple y verdadero,

reside la magia de un mundo entero.


Así transcurre la vida, día tras día,

un ciclo eterno de rutina y poesía.

En lo sencillo se halla la esencia,

la vida cotidiana, en toda su presencia.









miércoles, 19 de junio de 2024

Desde mi ventana


 

Desde mi ventana veo el mundo despertar,
las luces del alba teñir el cielo de coral,
el murmullo suave de un río cantar,
el susurro del viento, su eterna señal.

Veo rostros anónimos, historias sin contar,
la risa de los niños, la prisa sin parar,
las huellas en la arena que el mar va a borrar,
el vuelo de los pájaros que sueñan con llegar.

Las flores en el jardín se abren sin cesar,
sus colores vivos comienzan a brillar,
una danza de mariposas en el aire al azar,
el tiempo que se detiene, el momento a contemplar.

Desde mi ventana, el sol se eleva sin vacilar,
dando vida y calor a este día por comenzar,
las sombras se disipan, la noche va a descansar,
la esperanza renace con cada rayo de luz que va a brotar.

La ciudad despierta, su ritmo va a acelerar,
los ecos de la vida empiezan a resonar,
pero aquí, en mi ventana, me permito soñar,
con un mundo sin prisa, donde el alma puede volar.

Desde mi ventana, un refugio sin igual,
un rincón de calma en medio del vendaval,
un lugar donde el corazón puede hallar,
la paz y la belleza en lo cotidiano, sin igual.

Y así, cada mañana, en este rincón celestial,
observo y celebro la vida, su milagro tan vital,
porque desde mi ventana, con su vista sin par,
descubro la poesía en cada detalle, en cada despertar.






domingo, 18 de junio de 2023

A través de la ventana


 

Mirando a través de la ventana,
donde el mundo se despliega,
la poesía encuentra su morada,
y mi alma se llena de riqueza.

Las hojas bailan con el viento,
susurran historias al oído,
los colores pintan el firmamento,
en un lienzo celestial tejido.

Veinte pares de ojos curiosos,
caminan por la calle con anhelo,
sus sueños, sueños luminosos,
se entrelazan en un solo vuelo.

El sol acaricia mi rostro,
me regala un beso cálido,
mientras las nubes dan su alboroto,
creando formas en el cielo líquido.

Los pájaros cantan en coro,
su melodía embriaga el aire,
la naturaleza es un tesoro,
un regalo para quienes saben mirar.

Pero mi mirada se posa en lo humano,
en cada historia que se despliega,
cada gesto, cada paso, cada mano,
es un poema que el corazón entrega.

Poesía en el ajetreo de la ciudad,
en las miradas que se encuentran,
en el amor que se hace eternidad,
y en los sueños que no se detienen.

Así, mirando a través de la ventana,
la poesía encuentra su voz,
y en cada palabra que se entrama,
el mundo se convierte en un jardín veloz.

Porque la vida es poesía en movimiento,
un verso eterno que se renueva,
y al contemplarla con ojos atentos,
la ventana se vuelve mi pluma y mi cueva.

sábado, 1 de marzo de 2014

"Romance del enamorado y la muerte"



Un sueño soñaba anoche, 
soñito del alma mía, 
soñaba con mis amores 
que en mis brazos los tenía. 
Vi entrar señora tan blanca 
muy más que la nieve fría. 
-¿Por dónde has entrado, amor? 
¿Cómo has entrado, mi vida? 
Las puertas están cerradas, 
ventanas y celosías. 
- No soy el amor, amante: 
la Muerte que Dios te envía 
- ¡Ay Muerte tan rigurosa, 
déjame vivir un día! 
¡Un día no puede ser, 
una hora tienes de vida!

Muy de prisa se calzaba, 
más de prisa se vestía: 
ya se va para la calle, 
en donde su amor vivía. 
- ¡Ábreme la puerta, blanca, 
ábreme la puerta niña! 
- ¿Cómo te podré yo abrir 
si la ocasión no es venida? 
Mi padre no fue al palacio 
mi madre no está dormida. 
- Si no me abres esta noche, 
ya no me abrirás, querida: 
la Muerte me está buscando, 
junto a ti vida sería. 
- Vete bajo la ventana 
donde labraba y cosía, 
te echaré cordón de seda 
para que subas arriba, 
y si el cordón no alcanzare 
mis trenzas añadiría. 
La fina seda se rompe; 
la Muerte que allí venía: 
- Vamos, el enamorado 
que la hora ya está cumplida.

viernes, 21 de febrero de 2014

CONTINÚA EL MISMO ASUNTO


Feliciano me adora y le aborrezco;
Lisardo me aborrece y yo le adoro;
por quien no me apetece ingrato, lloro,
y al que me llora tierno, no apetezco:

a quien más me desdora, el alma ofrezco;
a quien me ofrece víctimas, desdoro;
desprecio al que enriquece mi decoro
y al que le hace desprecios enriquezco;

si con mi ofensa al uno reconvengo,
me reconviene el otro a mí ofendido
y al padecer de todos modos vengo;

pues ambos atormentan mi sentido;
aquéste con pedir lo que no tengo
y aquél con no tener lo que le pido.

Sor Juana Inés de la Cruz

A un gato



No son más silenciosos los espejos 
ni más furtiva el alba aventurera; 
eres, bajo la luna, esa pantera 
que nos es dado divisar de lejos. 
Por obra indescifrable de un decreto 
divino, te buscamos vanamente; 
más remoto que el Ganges y el poniente, 
tuya es la soledad, tuyo el secreto. 
Tu lomo condesciende a la morosa 
caricia de mi mano. Has admitido, 
desde esa eternidad que ya es olvido, 
el amor de la mano recelosa. 
En otro tiempo estás. Eres el dueño 
de un ámbito cerrado como un sueño.



Jorge Luis Borges


viernes, 14 de febrero de 2014

Artigas


Se las arregló para ser contemporáneo de quienes nacieron
medio siglo después de su muerte
creó una justicia natural para negros zambos indios y
criollos pobres
tuvo pupila suficiente como para meterse en camisa de once
varas
y cojones como para no echarle la culpa a los otros

así y todo pudo articularnos un destino
inventó el éxodo esa última y seca prerrogativa del albedrío

tres años antes que naciera marx
y ciento cincuenta antes de que roñosos diputados la
convirtieran en otro expediente demorado
borroneó una reforma agraria que aún no ha conseguido el
homenaje catastral

lo abandonaron lo jodieron lo etiquetaron
pero no fue por eso que se quedó para siempre en tierra
extraña
por algo nadie quiere hurgar en su silencio de viejo firme
no fue tosco como la valleja ni despótico como oribe ni astuto
como rivera
fue sencillamente un tipo que caminó delante de su gente
fue un profeta certero que no hizo públicas sus profecías
pero se amargó profundamente con ellas

acaso imaginó a los futurísimos choznos de quienes
inauguraban el paisito
esos gratuitos herederos que ni siquiera iban a tener la
disculpa del coraje
y claro presintió el advenimiento de estos ministros alegóricos
estos conductores sin conducta estos proxenetas del
recelo estos tapones de la historia
y si decidió quedarse en curuguaty
no fue por terco o por necio o resentido
sino como una forma penitente e insomne de instalarse en su
bien ganado desconsuelo.

Mario Benedetti


Ahora todo está claro


Cuando el presidente, cualquier presidente 
se preocupa tanto 
por los derechos humanos 

parece evidente que en ese caso 
derecho no significa facultad 
o atributo 
o libre albedrío 
sino diestro 
o antizurdo 
o flanco opuesto al corazón 
lado derecho en fin 

en consecuencia 
¿no sería hora 
de que iniciáramos 
una amplia campaña internacional 
por los izquierdos humanos?

Mario Benedetti

jueves, 13 de febrero de 2014

¿Qué les queda a los jóvenes?



¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.

Mario Benedetti

lunes, 10 de febrero de 2014

20 Poemas de amor ( Poema 5




Para que tú me oigas 
mis palabras 
se adelgazan a veces 
como las huellas de las gaviotas en las playas. 

Collar, cascabel ebrio 
para tus manos suaves como las uvas. 

Y las miro lejanas mis palabras. 
Más que mías son tuyas. 
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras. 

Ellas trepan así por las paredes húmedas. 
Eres tú la culpable de este juego sangriento. 

Ellas están huyendo de mi guarida oscura. 
Todo lo llenas tú, todo lo llenas. 

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, 
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza. 

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte 
para que tú las oigas como quiero que me oigas. 

El viento de la angustia aún las suele arrastrar. 
Huracanes de sueños aún a veces las tumban. 

Escuchas otras voces en mi voz dolorida. 
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. 
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme. 
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia. 

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras. 
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas. 

Voy haciendo de todas un collar infinito 
para tus blancas manos, suaves como las uvas.


Pablo Neruda

20 Poemas de amor ( Poema 4 )



Es la mañana llena de tempestad 
en el corazón del verano. 

Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, 
el viento las sacude con sus viajeras manos. 

Innumerable corazón del viento 
latiendo sobre nuestro silencio enamorado. 

Zumbando entre los árboles, orquestal y divino, 
como una lengua llena de guerras y de cantos. 

Viento que lleva en rápido robo la hojarasca 
y desvía las flechas latientes de los pájaros. 

Viento que la derriba en ola sin espuma 
y sustancia sin peso, y fuegos inclinados. 

Se rompe y se sumerge su volumen de besos 
combatido en la puerta del viento del verano.


Pablo Neruda

jueves, 26 de diciembre de 2013

En un trozo de papel




En un trozo de papel 
con un simple lapicero 
yo tracé una escalerita, 
tachonada de luceros. 

Hermosas estrellas de oro. 
De plata no había ninguna. 
Yo quería una escalera 
para subir a la Luna. 

Para a subir a la Luna 
y secarle sus ojitos, 
no me valen los luceros, 
como humildes peldañitos. 

¿Será porque son dorados 
en un cielo azul añil? 
Sólo sé que no me sirven 
para llegar hasta allí. 

Estrellitas y luceros, 
pintados con mucho amor, 
¡quiero subir a la Luna 
y llenarla de color!



sábado, 30 de junio de 2012

Ojitos de miope




Con esos mismos ojos miras a través
de la ventana, y ves el movimiento
efímero y eterno.
Con esos mismos ojos desnudaste
el cuerpo y sus prodigios,
el paisaje estelar.
Te sirvieron como peces,
te abrieron los caminos.
Mira como miran las distancias,
cómo observan el amor.
Despertaron tu sed,
demudaron tu silencio.
Son expresivos como cuencas de estrellas
y aunque los encierres con cristales
mirarán, mirarán,
mirarán
toda la vida.