Bajo el sol de Santander, el viento sur danza,
La bahía se encrespa, suavemente abraza la esperanza.
Su aroma salado nos embriaga, nos hace felices,
Enamorados de esta tierra, de sus mares y raíces.
En el paraíso norteño nos sentimos,
Bajo cielos claros, el amor se requiere.
La bahía nos acoge con sus brazos amplios,
Y en sus atardeceres anaranjados nos perdemos.
Los rayos dorados pintan el horizonte,
Una paleta de colores que nos confronte.
Enamorados de la vida, de cada instante,
Santander nos regala amor y paz constante.
Con el viento sur como nuestro fiel testigo,
Recorremos caminos, sin fin, sin abrigo.
Santander, joya del Cantábrico, te admiramos,
En cada atardecer, en cada sueño, te amamos.