Create your own banner at mybannermaker.com!
Mostrando entradas con la etiqueta noche. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta noche. Mostrar todas las entradas

jueves, 25 de abril de 2024

Silencio nocturno


En el silencio de la noche,
se escuchan susurros del alma,
palabras mudas que danzan
entre sombras y estrellas.

El susurro del viento
acaricia la piel del silencio,
mientras la luna derrama su luz
sobre los secretos más profundos.

En la quietud de la noche,
se encuentran los sueños perdidos,
los anhelos susurrados
y los corazones afligidos.

Cada estrella en el cielo
es un destello de esperanza,
guiando el camino de los perdidos
hacia la calma de la madrugada.

En el silencio de la noche,
se encuentran las respuestas,
los suspiros que buscan consuelo
y la paz que anhela el alma.






 


jueves, 23 de noviembre de 2023

Deseos en el firmamento


 

Entre las estrellas de la noche danzan,
mis deseos se elevan como cometas brillantes.
Anhelos profundos, como océanos sin fin,
navegan en el firmamento de mi ser.

Deseo la suave caricia del viento,
que acaricie mis sueños con ternura.
Que la luna derrame su luz plateada,
iluminando caminos de esperanza oscura.

Anhelo la risa que llena el silencio,
como un río que fluye en calma eterna.
Que la dicha me abrace con sus brazos cálidos,
tejiendo momentos en la tela del alma.

Deseo la fortaleza de las montañas,
firmeza que desafía vientos huracanados.
Que la adversidad sea solo un susurro lejano,
ante la fortaleza de mis sueños anhelados.

Anhelo la libertad de las aves en vuelo,
sin cadenas que aprisionen su esencia.
Que mis anhelos desplieguen alas doradas,
alcanzando horizontes más allá de la conciencia.

Deseo la paz que emana del ocaso,
cuando el sol se despide con colores tiernos.
Que la serenidad envuelva mi ser,
como un manto suave en los momentos internos.

Anhelo la comprensión en miradas,
un lenguaje sin palabras, profundo y claro.
Que la empatía florezca como jardín de primavera,
tejiendo puentes entre corazones a lo largo.

Mis deseos, susurros del alma,
se entrelazan con el universo en danza.
Que cada estrella sea un testigo silente,
de los anhelos que mi corazón lanza.





sábado, 18 de noviembre de 2023

En el silencio de mi alma


 


En el silencio de mi alma,
donde los suspiros danzan,
se teje un verso callado,
un poema apasionado.

Entre sombras y recuerdos,
se esconde el misterio,
una historia que susurra,
en el rincón más sincero.

Las palabras son susurros,
que el viento apenas roza,
pintando versos secretos,
en la paleta de la noche hermosa.

En el lienzo de la quietud,
se dibujan sueños y anhelos,
como estrellas que destellan,
en el firmamento de mis anhelos.

La luna, confidente silente,
observa mis pensamientos,
mientras las estrellas titilan,
en un poema de sentimientos.

En el silencio de mi alma,
se entrelazan emociones,
como hilos de luz tenue,
tejiendo sutiles canciones.

Cada latido es una nota,
cada suspiro, una melodía,
en el concierto eterno,
de la vida que se desliza.

Así en la calma profunda,
donde el eco es eternidad,
mi alma susurra al universo,
un poema de amor y verdad.





miércoles, 9 de agosto de 2023

Lágrimas de San Lorenzo



Bajo el manto nocturno de estrellas brillantes,
Las Perseidas descienden en danza celestial,
Lágrimas de San Lorenzo, destellos errantes,
En el firmamento, su baile es magistral.

El augurio de agosto, la noche suspira,
Meteoros fugaces trazan surcos de luz,
Como lágrimas divinas que el cielo tira,
Cautivan corazones, despiertan la virtud.

San Lorenzo, patrón de las noches estrelladas,
Derramó sus lágrimas en la bóveda azul,
Regalando un espectáculo de almas aladas,
Que se eleva en lo alto, en un sueño de luz.

Cada estrella  fugaz es un sueño cumplido,
Un deseo lanzado al infinito sin fin,
En la oscuridad, un deseo compartido,
Las lágrimas de San Lorenzo, un regalo divino.

Bajo el éter nocturno, sus lágrimas caen,
Un ballet luminoso en la bóveda celeste,
Maravilla efímera que el corazón sostiene,
Las Perseidas, destellos que nunca se detienen.

Así en agosto, en noches de oscuridad serena,
Las lágrimas de San Lorenzo cruzan el velo,
Un poema cósmico que la noche enmarca,
Y en cada alma atenta, deja su destello.







 

lunes, 7 de agosto de 2023

En el silencio de la noche


 

En el silencio de la noche profunda,

donde las estrellas titilan con esmero,

mi alma despierta y en sueños se hunde,

navegando en el misterio sincero.


La luna derrama su luz plateada,

sobre los sueños que yacen en reposo,

cual secretos guardados en la alborada,

en el lienzo del cielo quedan expuestos.


Susurros nocturnos acarician el viento,

melodías de silencio en la oscuridad,

mis pensamientos encuentran su asiento,

y el mundo real se desvanece en verdad.


En este instante de quietud y calma,

el corazón late al compás del universo,

mis anhelos y deseos forman una trama,

tejiendo en el alma un sentimiento intenso.


Oh, noche callada, eres mi confidente,

escuchas los suspiros que en mí residen,

en tu abrazo encuentro mi ser latente,

y en tus sombras mis anhelos deciden.


Así, en el silencio, encuentro mi refugio,

donde los sueños y la realidad se entrelazan,

tejiendo el lienzo de un mundo sin castigo,

donde el alma encuentra paz y esperanza.


En el silencio de la noche, soy libre,

navegando en los confines de mi mente,

descubriendo lo que el día no descifre,

soñando despierto, eternamente.


Que en cada noche en que reine el silencio,

pueda hallar la luz que mi camino alumbre,

y que este poema perdure como un credo,

del ser que en la noche encuentra su cumbre.






viernes, 23 de junio de 2023

Noche de San Juan


 

En la mágica noche de San Juan,
bajo el hechizo del fuego y el mar,
se despiertan los sueños y la pasión,
en el abrazo eterno de la oscuridad.

Las hogueras iluminan el camino,
mientras las sombras bailan al compás,
los corazones laten al ritmo divino,
y los deseos se elevan sin cesar.

En el firmamento brillan las estrellas,
testigos silenciosos de esta comunión,
donde los deseos se vuelven centellas,
y se enciende el fuego de la ilusión.

Las olas del mar susurran secretos,
la brisa acaricia nuestra piel,
la noche de San Juan es el reflejo,
de nuestros anhelos ser fiel.

Amigos y amantes se encuentran,
bajo la noche que todo lo puede,
unidos en un abrazo que trasciende,
mientras la magia envuelve sus vidas.

Y en medio de la noche de ensueño,
la hoguera se consume lentamente,
llevarse consigo lo viejo y lo añejo,
renovando esperanzas y mente.

Que tus chispas de pasión y alegría,
iluminen nuestras vidas sin cesar,
y en esta mágica noche de poesía,
dejemos que los sueños nos hagan volar.

¡Oh noche de San Juan, dulce compañera,
en tu abrazo encontramos la libertad!
Que tus hechizos  nos llenen de quimeras,
y vivamos eternamente en tu felicidad.


En ésta noche mágica os deseo toda la felicidad amigos.

jueves, 15 de enero de 2015

GERINELDOS, EL PAJE



Del color del lirio tiene Gerineldos 
dos grandes ojeras; 
del color del lirio, que dicen locuras 
de amor de la reina.

        Al llegar la tarde, 
        pobre pajecillo, 
        con labios de  rosa, 
        con ojos de idilio; 
        al llegar la noche, 
        junto a los macizos 
        de arrayanes, vaga, 
        cerca del castillo.

        Cerca del castillo, 
        vagar vagamente 
        la reina le ha visto. 
        De sedas cubierto, 
        sin armas al cinto, 
        con alma de nardo, 
        con talle de lirio.



viernes, 14 de marzo de 2014

Adam



Árbol de Sangre riega la mañana 
por donde gime la recién parida. 
Su voz deja cristales en la herida 
y un gráfico de hueso en la ventana. 

Mientras la luz que viene fija y gana 
blancas metas de fábula que olvida 
el tumulto de venas en la huida 
hacia el turbio frescor de la manzana, 

Adam sueña en la fiebre de la arcilla 
un niño que se acerca galopando 
por el doble latir de su mejilla. 

Pero otro Adán oscuro está soñando 
neutra luna de piedra sin semilla 
donde el niño de luz se irá quemando.


Federico García Lorca

viernes, 28 de febrero de 2014

Amor eterno


Podrá nublarse el sol eternamente; 
Podrá secarse en un instante el mar; 
Podrá romperse el eje de la tierra 
Como un débil cristal. 
¡todo sucederá! Podrá la muerte 
Cubrirme con su fúnebre crespón; 
Pero jamás en mí podrá apagarse 
La llama de tu amor.


Gustavo Adolfo Bécquer

jueves, 27 de febrero de 2014

El día que me quieras



El día que me quieras tendrá más luz que junio; 
la noche que me quieras será de plenilunio, 
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo 
sus inefables cosas, 
y habrá juntas más rosas 
que en todo el mes de mayo. 

Las fuentes cristalinas 
irán por las laderas 
saltando cristalinas 
el día que me quieras. 

El día que me quieras, los sotos escondidos 
resonarán arpegios nunca jamás oídos. 
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras 
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras. 

Cogidas de la mano cual rubias hermanitas, 
luciendo golas cándidas, irán las margaritas 
por montes y praderas, 
delante de tus pasos, el día que me quieras... 
Y si deshojas una, te dirá su inocente 
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente! 

Al reventar el alba del día que me quieras, 
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras, 
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos, 
florecerán las místicas corolas de los lotos. 

El día que me quieras será cada celaje 
ala maravillosa; cada arrebol, miraje 
de "Las Mil y una Noches"; cada brisa un cantar, 
cada árbol una lira, cada monte un altar. 

El día que me quieras, para nosotros dos 
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.


Amado Nervo

miércoles, 26 de febrero de 2014

Dormir


¡Yo lo que tengo, amigo, es un profundo 
deseo de dormir!... ¿Sabes?: el sueño 
es un estado de divinidad. 
El que duerme es un dios... Yo lo que tengo, 
amigo, es gran deseo de dormir. 

El sueño es en la vida el solo mundo 
nuestro, pues la vigilia nos sumerge 
en la ilusión común, en el océano 
de la llamada «Realidad». Despiertos 
vemos todos lo mismo: 
vemos la tierra, el agua, el aire, el fuego, 
las criaturas efímeras... Dormidos 
cada uno está en su mundo, 
en su exclusivo mundo: 
hermético, cerrado a ajenos ojos, 
a ajenas almas; cada mente hila 
su propio ensueño (o su verdad: ¡quién sabe!) 

Ni el ser más adorado 
puede entrar con nosotros por la puerta 
de nuestro sueño. Ni la esposa misma 
que comparte tu lecho 
y te oye dialogar con los fantasmas 
que surcan por tu espíritu 
mientras duermes, podría, 
aun cuando lo ansiara, 
traspasar los umbrales de ese mundo, 
de tu mundo mirífico de sombras. 

¡Oh, bienaventurados los que duermen! 
Para ellos se extingue cada noche, 
con todo su dolor el universo 
que diariamente crea nuestro espíritu. 
Al apagar su luz se apaga el cosmos. 

El castigo mayor es la vigilia: 
el insomnio es destierro 
del mejor paraíso... 

Nadie, ni el más feliz, restar querría 
horas al sueño para ser dichoso. 
Ni la mujer amada 
vale lo que un dormir manso y sereno 
en los brazos de Aquel que nos sugiere 
santas inspiraciones. .. 
«El día es de los hombres; mas la noche, 
de los dioses», decían los antiguos. 

No turbes, pues, mi paz con tus discursos, 
amigo: mucho sabes; 
pero mi sueño sabe más... ¡Aléjate! 
No quiero gloria ni heredad ninguna: 
yo lo que tengo, amigo, es un profundo 
deseo de dormir...


Amado Nervo

De invierno



En invernales horas, mirad a Carolina. 
Medio apelotonada, descansa en el sillón, 
envuelta con su abrigo de marta cibelina 
y no lejos del fuego que brilla en el salón. 

El fino angora blanco junto a ella se reclina, 
rozando con su hocico la falda de Aleçón, 
no lejos de las jarras de porcelana china 
que medio oculta un biombo de seda del Japón. 

Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño: 
entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris; 
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño 

como una rosa roja que fuera flor de lis. 
Abre los ojos; mírame con su mirar risueño, 
y en tanto cae la nieve del cielo de París.

Rubén Darío

Catulle Mendés


Puede ajustarse al pecho coraza férrea y dura; 
puede regir la lanza, la rienda del corcel; 
sus músculos de atleta soportan la armadura... 
pero el busca en las bocas rosadas leche y miel. 

Artista, hijo de Capua, que adora la hermosura, 
la carne femenina prefiere su pincel; 
y en el recinto oculto de tibia alcoba oscura 
agrega mirto y rosas a su triunfal laurel. 

Canta de los oaristis el delicioso instante, 
los besos y el delirio de la mujer amante, 
y en sus palabras tiene perfume, alma, color. 

Su ave es la venusina, la tímida paloma. 
Vencido hubiera en Grecia, vencido hubiera en Roma, 
en todos los combates del arte o del amor.


Rubén Darío

Despertar


Dormimos, soñé la Tierra 
del Sur, soñé el Valle entero, 
el pastal, la viña crespa, 
y la gloria de los huertos. 
¿Qué soñaste tú mi Niño 
con cara tan placentera? 

Vamos a buscar chañares 
hasta que los encontremos, 
y los guillaves prendidos 
a unos quioscos del infierno. 
El que más coge convida 
a otros dos que no cogieron. 
Yo no me espino las manos 
de niebla que me nacieron. 
Hambre no tengo, ni sed y 
sin virtud doy o cedo. 
¿A qué agradecerme así 
fruto que tomo y entrego?


Gabriela Mistral

martes, 25 de febrero de 2014

Desolación



La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde 
me ha arrojado la mar en su ola de salmuera. 
La tierra a la que vine no tiene primavera: 
tiene su noche larga que cual madre me esconde. 

El viento hace a mi casa su ronda de sollozos 
y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito. 
Y en la llanura blanca, de horizonte infinito, 
miro morir intensos ocasos dolorosos. 

¿A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido 
si más lejos que ella sólo fueron los muertos? 
¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto 
crecer entre sus brazos y los brazos queridos! 

Los barcos cuyas velas blanquean en el puerto 
vienen de tierras donde no están los que no son míos; 
sus hombres de ojos claros no conocen mis ríos 
y traen frutos pálidos, sin la luz de mis huertos. 

Y la interrogación que sube a mi garganta 
al mirarlos pasar, me desciende, vencida: 
hablan extrañas lenguas y no la conmovida 
lengua que en tierras de oro mi pobre madre canta. 

Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa; 
miro crecer la niebla como el agonizante, 
y por no enloquecer no encuentro los instantes, 
porque la noche larga ahora tan solo empieza. 

Miro el llano extasiado y recojo su duelo, 
que viene para ver los paisajes mortales. 
La nieve es el semblante que asoma a mis cristales: 
¡siempre será su albura bajando de los cielos! 

Siempre ella, silenciosa, como la gran mirada 
de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa; 
siempre, como el destino que ni mengua ni pasa, 
descenderá a cubrirme, terrible y extasiada.


Gabriela Mistral

lunes, 24 de febrero de 2014

Amiga, no te mueras...




AMIGA, no te mueras.
Óyeme estas palabras que me salen ardiendo,
y que nadie diría si yo no las dijera.

Amiga, no te mueras.

Yo soy el que te espera en la estrellada noche.
El que bajo el sangriento sol poniente te espera.

Miro caer los frutos en la tierra sombría.
Miro bailar las gotas del rocío en las hierbas.

En la noche al espeso perfume de las rosas,
cuando danza la ronda de las sombras inmensas.

Bajo el cielo del Sur, el que te espera cuando
el aire de la tarde como una boca besa.

Amiga, no te mueras.

Yo soy el que cortó las guirnaldas rebeldes
para el lecho selvático fragante a sol y a selva.
El que trajo en los brazos jacintos amarillos.
Y rosas desgarradas. Y amapolas sangrientas.

El que cruzó los brazos por esperarte, ahora.
El que quebró sus arcos. El que dobló sus flechas.

Yo soy el que en los labios guarda sabor de uvas.
Racimos refregados. Mordeduras bermejas.

El que te llama desde las llanuras brotadas.
Yo soy el que en la hora del amor te desea.

El aire de la tarde cimbra las ramas altas.
Ebrio, mi corazón. bajo Dios, tambalea.

El río desatado rompe a llorar y a veces
se adelgaza su voz y se hace pura y trémula.

Retumba, atardecida, la queja azul del agua.
Amiga, no te mueras!

Yo soy el que te espera en la estrellada noche,
sobre las playas áureas, sobre las rubias eras.

El que cortó jacintos para tu lecho, y rosas.
Tendido entre las hierbas yo soy el que te espera!

Pablo Neruda

sábado, 22 de febrero de 2014

Anoche cuando dormía




                                                                Anoche cuando dormía 
soñé ¡bendita ilusión! 
que una fontana fluía 
dentro de mi corazón. 
Dí: ¿por qué acequia escondida, 
agua, vienes hasta mí, 
manantial de nueva vida 
en donde nunca bebí? 

Anoche cuando dormía 
soñé ¡bendita ilusión! 
que una colmena tenía 
dentro de mi corazón; 
y las doradas abejas 
iban fabricando en él, 
con las amarguras viejas, 
blanca cera y dulce miel. 

Anoche cuando dormía 
soñé ¡bendita ilusión! 
que un ardiente sol lucía 
dentro de mi corazón. 
Era ardiente porque daba 
calores de rojo hogar, 
y era sol porque alumbraba 
y porque hacía llorar. 

Anoche cuando dormía 
soñé ¡bendita ilusión! 
que era Dios lo que tenía 
dentro de mi corazón.

Antonio Machado



      

viernes, 21 de febrero de 2014

1964


Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. 
Ya no compartirás la clara luna 
ni los lentos jardines. Ya no hay una 
luna que no sea espejo del pasado, 

cristal de soledad, sol de agonías. 
Adiós las mutuas manos y las sienes 
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes 
la fiel memoria y los desiertos días. 

Nadie pierde (repites vanamente) 
sino lo que no tiene y no ha tenido 
nunca, pero no basta ser valiente 

para aprender el arte del olvido. 
Un símbolo, una rosa, te desgarra 
y te puede matar una guitarra. 

II 

Ya no seré feliz. Tal vez no importa. 
Hay tantas otras cosas en el mundo; 
un instante cualquiera es más profundo 
y diverso que el mar. La vida es corta 

y aunque las horas son tan largas, una 
oscura maravilla nos acecha, 
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha 
que nos libra del sol y de la luna 

y del amor. La dicha que me diste 
y me quitaste debe ser borrada; 
lo que era todo tiene que ser nada. 

Sólo que me queda el goce de estar triste, 
esa vana costumbre que me inclina 
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.


Jorge Luis Borges

jueves, 20 de febrero de 2014

Cantos escolares. Los niños mártires de Chapultepec




?Como renuevos cuyos aliños 
un cierzo helado destruye en flor 
así cayeron los héroes niños 
ante las balas del invasor. 

?Fugaz como un sueño, el plazo 
fue, de su infancia ideal; 
mas los durmió en su regazo 
la Gloria, madre inmortal. 

Pronto la patria querida 
sus vidas necesitó, 
y uno tras otro la vida 
sonriendo le entregó. 

En la risueña colina 
del Bosque, uno de otro en pos 
cayeron, con la divina 
majestad de un joven dios. 

¿Quién, después que de tan pía 
oblación contar oyó, 
a la Patria negaría 
la sangre que ella le dio? 

Niñez que hallaste un calvario 
de la vida en el albor: 
que te sirva de sudario 
la bandera tricolor. 

Y que canten tus hazañas 
cielo y tierra sin cesar, 
el cóndor de las montañas 
y las ondas de la mar...


Amado Nervo

miércoles, 19 de febrero de 2014

Azrael



Azrael, abre tu ala negra, y honda, 
cobíjeme su palio sin medida, 
y que a su abrigo bienechor se esconda 
la incurable tristeza de mi vida. 

Azrael, ángel bíblico, ángel fuerte, 
ángel de redención, ángel sombrío, 
ya es tiempo que consagres a la muerte 
mi cerebro sin luz: altar vacío... 

Azrael, mi esperanza es una enferma; 
ya tramonta mi fe; llegó el ocaso, 
ven, ahora es preciso que yo duerma... 
¿Morir..., dormir..., dormir...? ¡Soñar acaso!



                                                                     Amado Nervo