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viernes, 31 de mayo de 2024

Latido del Corazón


 

En el silencio de la noche oscura,
resuena un eco suave y constante,
un susurro cálido, casi imperceptible,
que guarda secretos en cada instante.

Es el latido de tu corazón,
una melodía que nunca cesa,
un ritmo eterno, una canción,
que en mis sueños siempre besa.

Con cada palpitar, me envuelves,
me hablas de tus miedos y anhelos,
me cuentas historias sin palabras,
de un amor que no tiene celos.

Tus latidos son como estrellas,
brillando en la inmensidad del cielo,
guías de mi alma perdida,
luces que calman mi desvelo.

En el vaivén de tu pecho,
encuentro mi refugio y hogar,
una danza rítmica y serena,
que alivia todo mi pesar.

El latido de tu corazón,
es un mar de paz y esperanza,
un faro en la tormenta,
una promesa que nunca cansa.

Y así, en cada latido,
me pierdo y me encuentro,
en el compás de tu vida,
en el susurro de tu aliento.

Eres la melodía constante,
el latir que da sentido,
a este amor inmenso,
que en tu pecho está esculpido.






jueves, 30 de mayo de 2024

La Espera


En el umbral de un instante perpetuo,
donde el tiempo se disuelve en un suspiro,
se alza la figura de la espera, silenciosa y firme,
como un guardián en la penumbra del anhelo.

Las horas, en su lento y constante avanzar,
tejen hilos invisibles de incertidumbre,
y cada tic-tac resuena en el eco profundo
de un corazón que palpita en la quietud.

La espera, con su manto de paciencia,
abraza la esperanza y el desasosiego,
dos caras de una misma moneda,
jugando en la frontera difusa del deseo.

En el laberinto de pensamientos errantes,
navegan sueños de futuros posibles,
y la mente, en su danza incansable,
construye y desmantela castillos de cristal.

Pero la espera no es inerte ni vana,
es el crisol donde se forjan los sueños,
un espacio de reflexión y crecimiento,
donde el alma se encuentra a sí misma.

Así, en la calma de este tiempo suspendido,
se halla la belleza de lo impredecible,
y en el susurro de lo que está por venir,
la promesa de un mañana revelado.

Y cuando finalmente se disipa el velo
de la espera, y la realidad se hace presente,
se comprende que en ese interludio silencioso,
se cultivaron las semillas de un destino nuevo.


 

miércoles, 29 de mayo de 2024

El Primer Poema



En el principio, sin versos ni rima,
cuando el silencio gobernaba el aire,
nació un susurro, leve, sin cesar,
que en la penumbra empezó a danzar.

Era un murmullo de hojas y viento,
un canto tímido en el firmamento,
una chispa de luz en la oscuridad,
la semilla de toda humanidad.

No había reglas ni estructuras fijas,
ni métrica que el alma aprisionara,
solo un deseo de expresar el mundo,
de contar los secretos más profundos.

Las palabras, libres, como aves al vuelo,
se unieron en un abrazo sin miedo,
y de ese encuentro mágico y eterno
nació el primer poema del universo.

Hablaba de estrellas y de mariposas,
de ríos que susurran cosas hermosas,
de un sol que besa la mañana tierna,
y de la luna, guardiana de la noche eterna.

Cada estrofa, un latido del cosmos,
cada verso, un eco de lo profundo,
y en el corazón de aquel poema inicial
la esencia pura de lo universal.

Así, en el principio, sin forma ni nombre,
en un rincón secreto del tiempo y el espacio,
nació el arte de tejer palabras en oro,
y el primer poema halló su trono.








 

martes, 28 de mayo de 2024

Vivir Soñando



 


Entre las sombras de la noche oscura,
donde el silencio susurra sin cesar,
se alza un sueño, brillante y pura,
que invita a la vida a despertar.

Camino en senderos de estrellas fugaces,
donde los deseos al viento se van,
buscando en el cielo mil y un enlaces,
que unen el alma con el mañana.

Vivir soñando es volar sin alas,
navegar mares sin final ni fin,
abrazar la vida en todas sus galas,
y hallar en cada día un nuevo confín.

En el jardín de los sueños despiertos,
las flores cantan su himno de paz,
y los corazones, libres y ciertos,
danzan al ritmo de un eterno compás.

Que nunca cese el afán de soñar,
ni la esperanza de un mundo mejor,
pues en el sueño se aprende a amar,
y a tejer con hilos de luz y color.

Así, entre susurros y claros reflejos,
vivo soñando en un eterno existir,
pues en cada sueño encuentro espejos
donde se mira mi alma al latir.

Que el sol ilumine cada deseo,
y la luna cobije mi soñar,
pues en cada paso, en cada paseo,
vivir soñando es la forma de amar.








domingo, 26 de mayo de 2024

Mi Linda Lanzarote


En el Atlántico azul te encuentras,
Lanzarote, tierra de sol y lava,
donde el viento canta historias antiguas
y el mar susurra en sus playas doradas.

Tus paisajes de fuego, de roca y ceniza,
son lienzos pintados por la naturaleza,
con volcanes dormidos que guardan secretos
y viñedos que crecen en arena negra.

Tus cielos nocturnos, llenos de estrellas,
son espejos del alma, reflejo del tiempo,
donde el silencio se vuelve melodía
y el alma se llena de paz y contento.

Jardín de Cactus, obra de arte,
donde la vida florece entre espinas,
y Timanfaya, con su corazón ardiente,
nos recuerda el poder de la tierra viva.

Tus pueblos blancos, como Haría y Teguise,
con sus calles estrechas y sus plazas tranquilas,
guardan la esencia de una vida sencilla,
donde el sol y la calma son la mejor compañía.

Oh, Lanzarote, isla de encanto,
eres un poema escrito en lava y mar,
una joya oculta en el océano inmenso,
un suspiro de belleza que jamás se va.

Que nunca falte tu brisa en mi rostro,
ni tus paisajes en mis sueños presentes,
porque en ti encontré un rincón del paraíso,
mi linda Lanzarote, siempre en mi mente.






 

viernes, 24 de mayo de 2024

Canto del riachuelo


En la orilla del riachuelo,
donde el sol brilla en primavera,
danza el agua, como un velo,
tejiendo sueños, tan ligera.

Cantan los pájaros, sus trinos,
melodía de la vida nueva,
y en los verdes campos divinos,
el viento susurra y renueva.

El riachuelo, serpenteante,
canta una canción serena,
su murmullo, siempre constante,
abraza la luz que lo llena.

Los cerezos en flor se inclinan,
sobre el espejo cristalino,
sus pétalos caen y se combinan,
con el fluir dulce y divino.

La vida despierta en su cauce,
una sinfonía de colores,
y el agua, que nunca se encauce,
refleja todos sus amores.

Así, en la paz de la mañana,
con el sol que todo ilumina,
el riachuelo canta y engalana,
la eterna danza que fascina.

Un canto de esperanza y vida,
del renacer que trae la estación,
en el riachuelo se anida,
una eterna y dulce canción.








miércoles, 22 de mayo de 2024

En el silencio de la ciudad


En el silencio de la ciudad,
donde el bullicio ha cedido,
las luces titilan tímidas,
sombras se deslizan sin ruido.

Calles vacías, ecos lejanos,
resuenan pasos fantasmales,
susurran historias olvidadas,
de amores y dramas ancestrales.

Faroles velan con luz tenue,
el manto de la noche urbana,
cubre sueños y desvelos,
guardando secretos con gana.

El viento murmura entre árboles,
besando hojas con dulzura,
mientras la luna observa quieta,
la danza de la noche pura.

En el silencio de la ciudad,
se revela un mundo escondido,
donde el alma halla paz,
y el corazón, su latido.






 

A una Mariquita


Pequeña joya del prado,
delicada y escarlata,
pintas de negro bordado,
que en la hoja te desatas.

Vuelas libre en la mañana,
como un punto que se eleva,
de la flor a la ventana,
danza tierna que se nieva.

Entre pétalos y sueños,
recorres tu breve viaje,
sin pensar en los pequeños,
obstáculos de tu paisaje.

Sol de mediodía brilla,
en tu armadura tan frágil,
eres la vida sencilla,
un milagro diminuto y ágil.

Mariquita, mensajera,
de la suerte y la alegría,
tu presencia siempre espera,
el alma que se extravía.

 

domingo, 19 de mayo de 2024

Amor entre almas


Entre tú y yo, un suspiro,
un puente de silencios y voces,
un mar de anhelos y susurros,
donde el tiempo se hace eterno.

Tus ojos encuentran los míos,
y en ese instante, el mundo desaparece.
Un latido, un murmullo,
entre tú y yo, el universo crece.

No hacen falta palabras,
solo miradas que hablan sin cesar.
Entre tú y yo, un idioma secreto,
un lenguaje que solo el alma sabe interpretar.

Caminamos por sendas invisibles,
donde el amor dibuja su trazo.
Entre tú y yo, no hay límites,
solo un infinito abrazo.

Tu risa, mi melodía,
mis manos, tu refugio.
Entre tú y yo, una sinfonía,
un eco de amor en cada murmullo.

La distancia se disuelve,
el tiempo pierde su rigor.
Entre tú y yo, solo existe
la pureza de este amor.

Es un lazo indestructible,
un lazo de sueños compartidos.
Entre tú y yo, lo imposible
se hace real, se hace vivido.

Entre tú y yo, el mundo se calla,
el viento guarda silencio,
y en el centro de todo,
nuestros corazones laten al unísono.







 

sábado, 18 de mayo de 2024

Tarde de sábado


 

Entre susurros de árboles y cielos rojizos,
la tarde se despliega en calma, un lienzo infinito.
Las sombras alargadas abrazan el suelo,
mientras el sol, perezoso, se acurruca en el horizonte.

Niños ríen en el parque, ecos de alegría,
mientras las hojas caen en una danza suave,
el viento las guía con un toque ligero,
susurrando secretos que solo el crepúsculo entiende.

El aroma a tierra húmeda se eleva,
tras la breve caricia de la lluvia pasajera.
Las flores, con sus pétalos perlados,
inclinan sus cabezas, agradeciendo el rocío.

El bullicio de la semana se desvanece,
dejando espacio al murmullo de conversaciones lentas,
a las miradas compartidas bajo el sol menguante,
y al abrazo sereno de una noche que se avecina.

En esta tarde de sábado, todo parece pausarse,
el tiempo se estira en un suspiro prolongado.
Es el momento de sueños y reflexiones,
de encontrar la paz en la simplicidad del instante.

viernes, 17 de mayo de 2024

La Abeja


 

Pequeña obrera del día,
con tu zumbido de oro,
vuela en el campo, gira,
busca el néctar en su tesoro.

En cada flor un misterio,
cada pétalo un rincón,
de dulces susurros etéreos,
y polen en su sazón.

Eres guardiana del verde,
del ciclo eterno y sereno,
sin tu danza, se pierde
el fruto, el pan, y el renuevo.

En la colmena el orden,
la vida en comunión,
trabajas sin desorden,
en constante devoción.

No hay descanso en tu vuelo,
ni en la noche ni en el día,
tu labor es un anhelo,
de la naturaleza, poesía.

De flor en flor viajas ligera,
tejiendo hilos invisibles,
en un jardín sin frontera,
con tus labores infatigables.

Abeja, símbolo de esfuerzo,
del trabajo y la unidad,
tu zumbido es un verso,
en la canción de la eternidad.

Pequeña, pero grandiosa,
tu misión es vital,
en tu danza armoniosa,
reside la esencia floral.








jueves, 16 de mayo de 2024

Contemplando en mi Interior


 

En el silencio profundo de mi ser,
donde el mundo exterior se desvanece,
me adentro en un viaje sin fin ni regreso,
buscando el eco de mi voz interna.

Cada latido, un susurro de secretos,
cada respiro, un verso por descubrir,
y en la penumbra de mis pensamientos,
danzan las sombras de lo que fui y seré.

Cierro los ojos para ver con claridad,
más allá de la carne y los huesos,
donde reside la esencia, la verdad,
en un rincón del alma, quieto y sereno.

Las dudas se disipan como neblina,
dejando espacio a la luz incandescente,
que ilumina el sendero de mi conciencia,
revelando la pureza de mi existencia.

Es un diálogo sin palabras ni sonidos,
un encuentro con lo eterno y lo efímero,
donde convergen mis anhelos y miedos,
en un abrazo que trasciende el tiempo.

Contemplo en mi interior el vasto universo,
un reflejo de estrellas en mi ser finito,
y en esa inmensidad encuentro mi paz,
donde la esencia de lo humano y lo divino se unen.

En este santuario de introspección,
me reconozco, me acepto, me amo,
y desde este rincón sagrado de mi ser,
renazco, listo para enfrentar el mundo.






martes, 14 de mayo de 2024

El sonido del viento


Susurra el viento en las colinas,
como un cuento antiguo en la brisa fina.
Baila entre hojas, su canto entona,
melodía eterna que nunca abandona.

Acaricia el rostro, suave y callado,
un beso etéreo, dulce y alado.
En los campos verdes, juega y corre,
entre susurros, su fuerza ahorra.

Las ramas tiemblan, susurros lentos,
secreta charla de viejos vientos.
En la noche fría, su voz retumba,
un eco lejano que al alma tumba.

Trae historias de tierras distantes,
de mares vastos y montañas gigantes.
Es testigo mudo del paso del tiempo,
guardián eterno del viejo templo.

El viento canta, llora y ríe,
cambia su tono según se guíe.
A veces grita con furia intensa,
otras murmura con calma inmensa.

Es maestro de mil melodías,
un coro libre de armonías.
Con su voz, el mundo despierta,
un suspiro del alma, abierto y alerta.

Así el viento, en su danza eterna,
nos recuerda la vida, breve y tierna.
Un hilo invisible que todo ata,
una canción del mundo que nunca se aparta.