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martes, 11 de febrero de 2014

20 Poemas de amor ( Poema 10 )



Hemos perdido aun este crepúsculo. 
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas 
mientras la noche azul caía sobre el mundo. 

He visto desde mi ventana 
la fiesta del poniente en los cerros lejanos. 

A veces como una moneda 
se encendía un pedazo de sol entre mis manos. 

Yo te recordaba con el alma apretada 
de esa tristeza que tú me conoces. 

Entonces, dónde estabas? 
Entre qué gentes? 
Diciendo qué palabras? 
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe 
cuando me siento triste, y te siento lejana? 

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo, 
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa. 

Siempre, siempre te alejas en las tardes 
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.


Pablo Neruda

20 Poemas de amor ( Poema 9 )


Ebrio de trementina y largos besos, 
estival, el velero de las rosas dirijo, 
torcido hacia la muerte del delgado día, 
cimentado en el sólido frenesí marino. 

Pálido y amarrado a mi agua devorante 
cruzo en el agrio olor del clima descubierto, 
aún vestido de gris y sonidos amargos, 
y una cimera triste de abandonada espuma. 

Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única, 
lunar, solar, ardiente y frío, repentino, 
dormido en la garganta de las afortunadas 
islas blancas y dulces como caderas frescas. 

Tiembla en la noche húmeda mi vestido de besos 
locamente cargado de eléctricas gestiones, 
de modo heroico dividido en sueños 
y embriagadoras rosas practicándose en mí. 

Aguas arriba, en medio de las olas externas, 
tu paralelo cuerpo se sujeta en mis brazos 
como un pez infinitamente pegado a mi alma 
rápido y lento en la energía subceleste.


Pablo Neruda

20 Poemas de amor ( Poema 8 )



Abeja blanca zumbas -ebria de miel- en mi alma 
y te tuerces en lentas espirales de humo. 

Soy el desesperado, la palabra sin ecos, 
el que lo perdió todo, y el que todo lo tuvo. 

Última amarra, cruje en ti mi ansiedad última. 
En mi tierra desierta eres la última rosa. 

Ah silenciosa! 

Cierra tus ojos profundos. Allí aletea la noche. 
Ah desnuda tu cuerpo de estatua temerosa. 

Tienes ojos profundos donde la noche alea. 
Frescos brazos de flor y regazo de rosa. 

Se parecen tus senos a los caracoles blancos. 
Ha venido a dormirse en tu vientre una mariposa de sombra. 

Ah silenciosa! 

He aquí la soledad de donde estás ausente. 
Llueve. El viento del mar caza errantes gaviotas. 

El agua anda descalza por las calles mojadas. 
De aquel árbol se quejan, como enfermos, las hojas. 

Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma. 
Revives en el tiempo, delgada y silenciosa. 

Ah silenciosa!


Pablo Neruda

20 Poemas de amor ( Poema 7 )




Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes 
a tus ojos oceánicos. 

Allí se estira y arde en la más alta hoguera 
mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago. 

Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes 
que olean como el mar a la orilla de un faro. 

Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía, 
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto. 

Inclinado en las tardes echo mis tristes redes 
a ese mar que sacude tus ojos oceánicos. 

Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas 
que centellean como mi alma cuando te amo. 

Galopa la noche en su yegua sombría 
desparramando espigas azules sobre el campo.


Pablo Neruda

lunes, 10 de febrero de 2014

20 Poemas de amor ( Poema 6 )



Te recuerdo como eras en el último otoño. 
Eras la boina gris y el corazón en calma. 
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo. 
Y las hojas caían en el agua de tu alma. 

Apegada a mis brazos como una enredadera, 
las hojas recogían tu voz lenta y en calma. 
Hoguera de estupor en que mi sed ardía. 
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma. 

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño: 
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa 
hacia donde emigraban mis profundos anhelos 
y caían mis besos alegres como brasas. 

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros. 
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma! 
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos. 
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.


Pablo Neruda

20 Poemas de amor ( Poema 5




Para que tú me oigas 
mis palabras 
se adelgazan a veces 
como las huellas de las gaviotas en las playas. 

Collar, cascabel ebrio 
para tus manos suaves como las uvas. 

Y las miro lejanas mis palabras. 
Más que mías son tuyas. 
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras. 

Ellas trepan así por las paredes húmedas. 
Eres tú la culpable de este juego sangriento. 

Ellas están huyendo de mi guarida oscura. 
Todo lo llenas tú, todo lo llenas. 

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, 
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza. 

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte 
para que tú las oigas como quiero que me oigas. 

El viento de la angustia aún las suele arrastrar. 
Huracanes de sueños aún a veces las tumban. 

Escuchas otras voces en mi voz dolorida. 
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. 
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme. 
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia. 

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras. 
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas. 

Voy haciendo de todas un collar infinito 
para tus blancas manos, suaves como las uvas.


Pablo Neruda

20 Poemas de amor ( Poema 4 )



Es la mañana llena de tempestad 
en el corazón del verano. 

Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, 
el viento las sacude con sus viajeras manos. 

Innumerable corazón del viento 
latiendo sobre nuestro silencio enamorado. 

Zumbando entre los árboles, orquestal y divino, 
como una lengua llena de guerras y de cantos. 

Viento que lleva en rápido robo la hojarasca 
y desvía las flechas latientes de los pájaros. 

Viento que la derriba en ola sin espuma 
y sustancia sin peso, y fuegos inclinados. 

Se rompe y se sumerge su volumen de besos 
combatido en la puerta del viento del verano.


Pablo Neruda

20 Poemas de amor ( Poema 3 )


Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose, 
lento juego de luces, campana solitaria, 
crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca, 
caracola terrestre, en ti la tierra canta! 

En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye 
como tú lo desees y hacia donde tú quieras. 
Márcame mi camino en tu arco de esperanza 
y soltaré en delirio mi bandada de flechas. 

En torno a mí estoy viendo tu cintura de niebla 
y tu silencio acosa mis horas perseguidas, 
y eres tú con tus brazos de piedra transparente 
donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida. 

Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla 
en el atardecer resonante y muriendo! 
Así en horas profundas sobre los campos he visto 
doblarse las espigas en la boca del viento.


Pablo Neruda



20 Poemas de amor (Poema 2)



En su llama mortal la luz te envuelve. 
Absorta, pálida doliente, así situada 
contra las viejas hélices del crepúsculo 
que en torno a ti da vueltas. 

Muda, mi amiga, 
sola en lo solitario de esta hora de muertes 
y llena de las vidas del fuego, 
pura heredera del día destruido. 

Del sol cae un racimo en tu vestido oscuro. 
De la noche las grandes raíces 
crecen de súbito desde tu alma, 
y a lo exterior regresan las cosas en ti ocultas, 
de modo que un pueblo pálido y azul 
de ti recién nacido se alimenta. 

Oh grandiosa y fecunda y magnética esclava 
del círculo que en negro y dorado sucede: 
erguida, trata y logra una creación tan viva 
que sucumben sus flores, y llena es de tristeza.


Pablo Neruda

20 Poemas de amor ( Poema1 )



Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, 
te pareces al mundo en tu actitud de entrega. 
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava 
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. 

Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros 
y en mí la noche entraba su invasión poderosa. 
Para sobrevivirme te forjé como un arma, 
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. 

Pero cae la hora de la venganza, y te amo. 
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme. 
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! 
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste! 

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia. 
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso! 
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue, 
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.


Pablo Neruda





domingo, 9 de febrero de 2014

Conjugaciones




5 (después)

El futuro no es
una página en blanco
es una fé
de erratas.



8 (previsión)

De vez en cuando es bueno
ser consciente
de que hoy
de que ahora
estamos fabricando
las nostalgias
que descongelarán
algún futuro.



9 (plurales)

Hay
ayeres
y mañanas
pero no hay
hoyes.

Mario Benedetti

Mamá

Quiero agradecerte 
que estés en mi vida. 
Sé que puedo contar contigo 
en momentos difíciles, 
sé que contigo puedo 
compartir mis alegrías, 
y sé que nuestra amistad 
se sustenta en mutuo amor. 
Que seas mi MAMA y mi AMIGA 
es el más preciado tesoro, 
que agradeceré a DIOS eternamente. 
Gracias por llenar mi vida 
con tanta felicidad. 
Te Amo Mamá!

sábado, 11 de enero de 2014

Creo en tí amigo


Creo en tí amigo: 
Si tu sonrisa es como un rayo de luz 
que alegra mi existencia. 

Creo en ti amigo: 
Si tus ojos brillan de alegría al encontrarnos. 

Creo en ti amigo: 
Si compartes mis lágrimas y 
sabes llorar con los que lloran. 

Creo en ti amigo: 
Si tu mano está abierta para dar y 
tu voluntad es generosa para ayudar. 

Creo en ti amigo: 
Si tus palabras son sinceras y 
expresan lo que siente tu corazón. 

Creo en ti amigo: 
Si sabes comprender bondadosamente mis debilidades y 
me defiendes cuando me calumnian. 

Creo en ti amigo: 
Si tienes valor para corregirme amablemente. 

Creo en ti amigo: 
Si sabes orar por mí, 
y brindarme buen ejemplo. 

Creo en ti amigo: 
Si tu amistad me lleva a amar más a Dios 
y a tratar mejor a los demás. 

Creo en tí amigo: 
Si no te avergüenzas de ser mi amigo 
en las horas tristes y amargas.



lunes, 30 de diciembre de 2013

A mi Madre


Te fuiste de mi lado. 
En silencio fue tu partida. 
Mi corazón se ha desangrado 
por tan súbita despedida. 

Tu espíritu luchador 
a la vida se aferraba. 
Más Dios, desesperado, 
a su lado te llamaba. 

En ángel te has convertido. 
Velando por nosotros estás. 
Aguardando que se cumpla la cita 
de reunirnos en la eternidad. 

Sin embargo, me parece tan lejos... 
Quisiera ahora poderte abrazar. 
Te busco, te llamo. No te encuentro. 
Dime... ¿Cómo me he de consolar? 

Tu amor incalculable 
mis faltas por alto pasó. 
Porque el querer de una madre, 
ese, no tiene comparación. 

Sé que en el cielo habitas. 
Al lado de Dios has de estar. 
Aguardaré paciente el día 
en que nos volvamos a encontrar. 

Entonces será para siempre. 
Nada ni nadie nos podrá separar. 
No temeré cuando llegue mi momento 
pues tu presencia me confortará. 

Me esforzaré por ganar el cielo 
para no perderte nunca más. 
Mientras tanto, guía mis pasos. 
Ilumina mi senda, enséñame el camino. 

Que tu presencia me rodee siempre 
hasta que se cumpla mi destino.





sábado, 28 de diciembre de 2013

ABRAZOS



Un simple abrazo nos enternece el corazón; 
nos da la bienvenida y nos hace más llevadera la vida. 

Un abrazo es una forma de compartir alegrías 
así como también los momentos tristes que se nos presentan. 

Es tan solo una manera de decir a nuestros amigos 
que los queremos y que nos preocupamos uno por el otro 
porque los abrazos fueron hechos para darlos a quienes queremos. 

El abrazo es algo grandioso. 
Es la manera perfecta para demostrar el amor que sentimos 
cuando no conseguimos la palabra justa. 

Es maravilloso porque tan sólo un abrazo dado con mucho cariño, 
hace sentir bien a quien se lo damos, sin importar el lugar ni el idioma 
porque siempre es entendido. 

Por estas razones y por muchas más... 
hoy te envío mi más cálido abrazo.

Abrazame corazon

jueves, 26 de diciembre de 2013

En un trozo de papel

Luna griega

En un trozo de papel 
con un simple lapicero 
yo tracé una escalerita, 
tachonada de luceros. 

Hermosas estrellas de oro. 
De plata no había ninguna. 
Yo quería una escalera 
para subir a la Luna. 

Para a subir a la Luna 
y secarle sus ojitos, 
no me valen los luceros, 
como humildes peldañitos. 

¿Será porque son dorados 
en un cielo azul añil? 
Sólo sé que no me sirven 
para llegar hasta allí. 

Estrellitas y luceros, 
pintados con mucho amor, 
¡quiero subir a la Luna 
y llenarla de color!



miércoles, 25 de diciembre de 2013

Noche de paz y Amor


Un hombre y una mujer llegan a Belén de Judá... 
Sus rostros lucen cansados, en sus ojos se puede ver 
el esfuerzo realizado por llegar. 

Son ellos María y José... 
Han venido desde Nazaret cumpliendo en humildad 
con un edicto que ha sido promulgado, 
y firmado por Augusto César, el emperador romano. 
El ha decidido los tributos aumentar, 
y los judíos viajan cansados -hasta su ciudad natal- 
para ser empadronados. 

María, que está embarazada, de momento es percatada 
que el Hijo de sus entrañas está pidiendo nacer, 
¡Y aún no tienen posada! 
¡No hay lugar en el mesón! 
Mas ella no siente temor -ella está confiada 
en su Señor y su Dios.- 
En ese Dios Onminpotente que le hizo sombra a su 
vientre y en ella un Hijo engendró, 
mediante su Espíritu Santo y no por obra de varón; 
ese Dios Todopoderoso en esta noche Suprema 
también hará provisión. 

Y prosiguen su camino en espera de ese albergue 
que los ha de cobijar. 
Sus pasos van silenciosos... sus mentes en oración, 
suplicándole a su Dios que El haga fuerte lo endeble. 
Y caminando sin rumbo... y cansados de caminar, 
pero con fe y esperanza ardiendo en su corazón, 
de pronto se han detenido ante un humilde pesebre... 
¡Dios ha hecho provisión! 

Y en aquel humilde pesebre, comedero de ganado, 
oliente a naturaleza y pobremente alumbrado; 
en aquella noche fría... 
entre el ruido de animales y unos dolores de parto 
que le causan agonía... 
a las doce de la noche nace el Hijo de María. 

Nace el Hijo de María que nueve meses atrás 
fue anunciado por Gabriel... 
¡Es su Hijo primogénito! 
¡Es Hijo del Dios Altísimo! 
¡El esperado Mesías y Salvador de Israel! 
Y María sonriente, olvidado ya el dolor, 
lo toma entre tus brazos y lo arrulla tiernamente 
con ternura y con amor... 
Los ángeles del cielo han inundado el pesebre 
de alabanzas y loor... 
¡Es una noche de Hosanna, noche de Salvación! 

Lo que el ángel Gabriel a María no le dijo, 
es que perversos jinetes han salido tras su Hijo. 
Cabalgan en pos de El, y no hay nada en este mundo 
que los pueda detener. 
Cabalga un Getsemaní, cabalga un Calvario, 
cabalga una espada, un Judas y una Cruz; 
y en su cabalgar constante, 
en un futuro no distante alcanzarán a Jesús. 

Pero esta noche de Hosanna, en esta noche de Paz, 
el corazón de María no lo pueden perturbar 
ni plañideras, ni endechas, ni jinetes que cabalgan, 
ni espada o lamentación... 
¡No! ¡Todo eso puede esperar! 
En el humilde pesebre el tiempo se ha detenido 
en un éxtasis profundo... 
María contempla a su Niño embelesada de amor. 
Ella lo envuelve en pañales, lo arrulla contra su pecho, 
y sus brazos maternales lo protegen de la Cruz... 
¡Es su Hijo primogénito! 
¡Es Hijo de Dios Altísimo! 
¡Es el Salvador del mundo! 
Y su nombre, su nombre es Jesús...


jueves, 4 de julio de 2013

CUBA DENTRO DE UN PIANO


Cuando mi madre llevaba un sorbete de fresa por sombrero
y el humo de los barcos aun era humo de habanero.
Mulata vuelta bajera.
Cádiz se adormecía entre fandangos y habaneras
y un lorito al piano quería hacer de tenor.
Dime dónde está la flor que el hombre tanto venera.
Mi tío Antonio volvía con su aire de insurrecto.
La Cabaña y el Príncipe sonaban por los patios del Puerto.
(Ya no brilla la Perla azul del mar de las Antillas.
Ya se apagó, se nos ha muerto).
Me encontré con la bella Trinidad.
Cuba se había perdido y ahora era verdad.
Era verdad, no era mentira.
Un cañonero huido llegó cantándolo en guajiras.
La Habana ya se perdió. Tuvo la culpa el
dinero...
Calló, cayó el cañonero.
Pero después, pero ¡ah! después...
fue cuando al SÍ lo hicieron YES.





miércoles, 3 de julio de 2013

CORRIDA DE TOROS



De sombra, sol y muerte, volandera
grana zumbando, el ruedo gira herido
por un clarín de sangre azul torera.

Abanicos de aplausos, en bandadas,
descienden, giradores, del tendido,
la ronda a coronar de los espadas.

Se hace añicos el aire, y violento,
un mar por media luna gris mandado
prende fuego a un farol que apaga el viento.

¡Buen caballito de los toros, vuela,
sin más jinete de oro y plata, al prado
de tu gloria de azúcar y canela!

Cinco picas al monte, y cinco olas
sus lomos empinados convirtiendo
en verbena de sangre y banderolas.

Carrusel de claveles y mantillas
de luna macarena y sol, bebiendo,
de naranja y limón, las banderillas.

Blonda negra, partida por dos bandas,
de amor injerto en oro la cintura,
presidenta del cielo y las barandas,

rosa en el palco de la muerte aún viva,
libre y por fuera sanguinaria y dura,
pero de corza el corazón, cautiva.

Brindis, cristiana mora, a ti, volando,
cuervo mudo y sin ojos, la montera
del áureo espada que en el sol lidiando

y en la sombra, vendido, de puntillas,
da su junco a la media luna fiera,
y a la muerte su gracia, de rodillas.

Veloz, rayo de plata en campo de oro
nacido de la arena y suspendido,
por un estambre, de la gloria, al toro,

mar sangriento de picas coronado,
en Dolorosa grana convertido,
centrar el ruedo manda, traspasado.

Feria de cascabel y percalina,
muerta la media luna gladiadora,
de limón y naranja, remolina

de la muerte, girando, y los toreros,
bajo una alegoría voladora
de palmas, abanicos y sombreros.





miércoles, 3 de abril de 2013

Anhelo




Seguid la carretera que tendida
entre prados está
como inmenso reptil de fina escama
parado a descansar,
y una plaza, antesala de una aldea,
por fin encontraréis
donde la vieja iglesia está orgullosa
de su misma vejez.
Y allí donde agrupadas las acacias
al declinar el sol
parecen los guardianes que se estrechan
para velar mejor;
allí donde las brumas misteriosas
flotan entre la luz;
donde corta el escueto campanario
el horizonte azul;
allí donde las negras cordilleras
parecen a mi afán
negras perlas formando de los valles
el sombrío collar,
está la pobre aldea que idolatro
porque en ella nací,
cuando el otoño descolora impío
de la selva el matiz.
Mi hogar perdido en la olvidada aldea
contemplad con amor
y en su iglesia rezad, que allí he rezado
mi primera oración.
¡Mi aldea! Quiero verla, quiero sola
sus playas recorrer
y aspirar en sus auras nueva vida,
la vida de la fe.
¡Llevádme, por favor! Busco armonías
que sólo encuentro allí,
secreto de sus noches y sus olas
que cantan al gemir.
Quiero, Galicia, en tu adorado seno
mi tristeza cantar,
tú, que vives, cual yo, desventurada,
tú me comprenderás.
Quiero en tus soledades dar al mundo
mi postrimer adiós…
y en tu iglesia rezar entre mis lágrimas
mi postrera oración.


Lee todo en: Anhelo - Poemas de Sofía Pérez Casanova http://www.poemas-del-alma.com/sofia-perez-casanova-anhelo.htm#ixzz2PQs1C618

martes, 19 de marzo de 2013

Insomnio





Vive las noches
estrujando entre las manos
el silencio umbroso de los solos.

Altera su vigilia la incógnita lejana
del rugir de la calle.

¿Son los mismos pobladores del día
los que tremolan?
¿O son los lémures crepitantes
de la noche?

Con los ojos cerrados
imagina cuerpos sin rostro,
venganzas sin sentido,
incongruencias,
en medio de una ordalía
de misterios.

Cuerpos sin rostro imagina
espíritus sin concierto tal vez,
sin armonías.

El solitario insomne
desespera por sueños, que liberen
esa extraña compañía
de lentos pájaros oscuros,
en su ir y venir,
desde el estrépito,
allá lejos.



miércoles, 13 de marzo de 2013

El botín




Soy una ladrona.
Robo
una chispa de tus ojos,
un roce apenas
o algún gesto de tu duende.

Huyo después.
El botín ruboriza
mis manos.


lunes, 4 de marzo de 2013

Insomnio

No puedo dormir



Vive las noches
estrujando entre las manos
el silencio umbroso de los solos.

Altera su vigilia la incógnita lejana
del rugir de la calle.

¿Son los mismos pobladores del día
los que tremolan?
¿O son los lémures crepitantes
de la noche?

Con los ojos cerrados
imagina cuerpos sin rostro,
venganzas sin sentido,
incongruencias,
en medio de una ordalía
de misterios.

Cuerpos sin rostro imagina
espíritus sin concierto tal vez,
sin armonías.

El solitario insomne
desespera por sueños, que liberen
esa extraña compañía
de lentos pájaros oscuros,
en su ir y venir,
desde el estrépito,
allá lejos.



martes, 19 de febrero de 2013

El chucho




Por el camino polvoso,
al mediodía,
al medio del camino,
con la cola escondida
y la oreja tímida.

Por el camino desolado,
enclenque, descolorido,
con dos ojos pintados sobre los ojos...
Atemorizado,
enjiotado,
ahuesado de hambre, pasa...

No lo llames;
huirá despavorido.
Creerá que es pieda
el pan en tu mano.
Está escaldado,
apedreado,
molido a puntapiés
por los truhanes y borrachos
de los pueblos;
apaleado
por la placera
y las puyas largas
de los carreteros bribones.

Chuchito bueno,
chuchito triste,
afligido,
chuchito mío sin dueño:
ésta es la montaña,
no temas,
la isla en el mar del cielo,
no temas,
la tierra de arboledas y de trinos,
de místicas cigarras
encendidas en llama sonora,
votiva,
ante el altar del infinito...

Éste es el mundo -nomasito...;
tierra de desiertos caminos
y niños cantureros
que juegan con piedritas
y semillas, por los matorrales;
tierra de las lluvias lejanas
y los ranchos tranquilos.
No temas
'Amarillo',
'Canijo', 'Cujinicuil'
como te llames,...si te llamas...
Quédate en algún rincón
de cocina,
oyendo moler,
oliento el humo del horno,
masticando la tortilla tiesa,
Chuchito peregrino
del miedo supino;
ánges de la suprema desdicha
que todo has aguantado y sufrido:
quédate un rato, al menos,
a la sombra del tamarindo,
royendo el hueso del mediodía...
Deja ya de temer,
deja ya de huir,
ten valor
de resistir
la mano de amor
que quiere peinarte dulcemente
la cabeza afiebrada.
Aprende a cerrar los ojos
adormeciéndote,
confiado al fin...

Como se te da el agua del charco
quiero darte mi cariño.





martes, 12 de febrero de 2013

Retrato de niño



En este retrato
hay un niño mirándome con ojos grandes;
este niño soy yo
y hay una fecha: 1906.

Es la primera vez que me miré atentamente.
Por supuesto que yo hubiera querido
que ese niño hubiera sido más serio,
con esa mano más serena,
con esa sonrisa más fotográfica.

Esta retrospección no remedia, empero,
lo que el fotógrafo, el cumpleaños,
mi mamá, yo y hasta tal vez la fisiología
dimos por resultado en 1906.


lunes, 11 de febrero de 2013

Ojos verdes



Ojos que nunca me veis,
por recelo o por decoro,
ojos de esmeralda y oro,
fuerza es que me contempléis;
quiero que me consoléis
hermosos ojos que adoro;
¡estoy triste y os imploro
puesta en tierra la rodilla!
¡Piedad para el que se humilla,
ojos de esmeralda y oro!

Ojos en que reverbera
la estrella crepuscular,
ojos verdes como el mar,
como el mar por la ribera,
ojos de lumbre hechicera
que ignoráis lo que es llorar,
¡glorificad mi penar!
¡No me desoléis así!
¡Tened compasión de mí!
¡Ojos verdes como el mar!

Ojos cuyo amor anhelo
porque alegra cuanto alcanza,
ojos color de esperanza,
con lejanías de cielo:
ojos que a través del velo
radian bienaventuranza,
mi alma a vosotros se lanza
en alas de la embriaguez,
miradme una sola vez,
ojos color de esperanza.

Cese ya vuestro desvío,
ojos que me dais congojas;
ojos con aspecto de hojas
empapadas de rocío.
Húmedo esplendor de río
que por esquivo me enojas.
Luz que la del sol sonrojas
y cuyos toques son besos,
derrámate en mí por esos
ojos con aspecto de hojas.




miércoles, 6 de febrero de 2013

Novia de la tierra




Mirarte solo en mi ansiedad espero,
solo a mirarte en mi ansiedad aspiro,
y más me muero cuanto más te miro,
y más te miro cuanto más me muero.

El tiempo, pasa por demás ligero,
lloro su raudo, turbulento giro,
y más te quiero cuanto más suspiro,
y más suspiro cuanto más te quiero.

Deja a tu talle encadenar mi brazo,
y, al blando son con que nos brinda el remo,
la mar surquemos en estrecho lazo.

Ni temo al viento ni a las ondas temo,
que más me quemo cuanto más te abrazo,
y más te abrazo cuanto más me quemo


lunes, 7 de enero de 2013

Manos



Manos que son seráficos señuelos
para ceñir las almas con cadenas;
manos finas, y suaves, y morenas,
que provocan fantásticos anhelos.

Manos que son retazos de los cielos,
por el azul procero de las venas,
como alas de arcángel, siempre llenas
de la gracia de Dios en los hoyuelos.

Manos donde el milagro se presiente
de verlas transformadas en estrellas
cuando se abren sus dedos blandamente;

Manos encantadoras y tan bellas
como para pasarse eternamente
acariciando el corazón con ellas.