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jueves, 23 de julio de 2015

La última canción de Martín Fierro




Lo más duro de esta vida
Todavía no ha llegado.
Que lo peor ha pasado
Jamás lo podrás decir,
Jamás lo podrás sentir
Aunque te duela lo andado.

Que sólo viniste aquí
Al arte de caminar,
Al juego de deambular
Sin ruta, y sin más destino
Que las piedras del camino.
Cuánto queda por andar.

No pienses que es solución
Lo de quitarse de en medio.
Frente al dolor, frente al tedio,
Procura quedarte en pie,
Que al menos quede la fe
Cuando termine el asedio.

Que aunque a veces a la vida
Con razón la llaman perra
Y aunque todo es una guerra
Sin vencedor ni vencido,
Por algo habremos venido
A recorrer esta tierra.

Y no digas que es venir
Al torturado con cuentos.
A veces, los sufrimientos
Los quita cambiarlo todo.
Vivir, pero de otro modo,
Sin arrancar los cimientos.

Estar con gente distinta
En otro tiempo y lugar,
Y sentir que, al despertar,
Alguien quiere estar contigo
Y que el mundo es un amigo
Con quien vas a conversar.




miércoles, 22 de julio de 2015

La partida




Como los años pasan y el recuerdo
A veces no perdona, te preguntas
Si el viaje que emprendiste
Merecerá la pena, si al final del camino
Habrás de arrepentirte al mirar hacia atrás.

Para entonces, acuérdate,
Más que del resultado,
De ese entusiasmo tuyo que le daba
Mayor fuerza a la vida
Cuando ibas descubriendo los trucos del oficio,
Los caprichos del arte y sus fantasmas.


martes, 21 de julio de 2015

La lluvia






Es esta misma lluvia.
La lluvia de las calles de Calcuta.
La lluvia de Gijón en la distancia.
La lluvia que salpica el Capitolio, la Plaza de San Pedro y los tejados del
Kremlin
Es esta misma lluvia interminable.
La lluvia de después de tantos años.
La lluvia que acompaña a tu recuerdo.
La lluvia que caerá sobre nosotros cuando el mundo no exista.
La lluvia de detrás de los cristales más tristes del otoño.
La lluvia por sorpresa.
La lluvia que he soñado tantas noches.
La lluvia sobre un árbol muy lejano.
La lluvia sobre el mar.
Es esta misma lluvia.



lunes, 20 de julio de 2015

In memoriam




A mi padre,
Porque la muerte no interrumpe nada

Gente que tú querías y que pierdes,
Gente que tú querías y se pierde
En medio de la noche.

Otros ocuparán su lugar en el mundo.
Otras hojas tendrán que brotar en la rama.

Pero no te consuela.

Cuántas cosas pudiste
Haber hecho por ellos.
Sabes que no podrás hacerlas nunca.

Sombras que vienen, sombras que se van,
mientras buscas la luz en medio de la noche.




martes, 14 de julio de 2015

En medio del camino




Ahora
Comienzas a vivir de otra manera.

Días que terminaron para siempre,
Caminos que se pierden en la noche...

Y es justamente ahora
El antes y el después en la vida de un hombre.

Un cambio, sólo un cambio.
Ni ganancia, ni pérdida.
No temas al futuro que se acerca.

Sombras que vienen, sombras que se van,
Cómo se pierde un mundo cuando pierdes a alguien.
Y vas entrando en otro territorio.

II

Que se acaben los sueños.
La juventud con ellos se termina.
Buenos tiempos, aquéllos,
Con gente que te quiso y que querías...
Ha llegado la hora de cruzar la frontera.

De atravesar un puente.

Si los demás llegaron, nosotros llegaremos.
Es cuestión de paciencia.

No tienes vuelta atrás.
Has quemado las naves.
Has perdido el camino de regreso.

III

...porque su vida fueron las palabras.
G. Suárez

Para qué las palabras
Si no consiguen darte la alegría
ni llenan el vacío.

Imagínate
un mundo sin palabras.

Días que han terminado para siempre,
Caminos que se pierden en la noche...

Con la verdad te encuentras,
Después de tantos años de ceguera
Detrás de unas palabras.

IV

Caminamos a solas por el mundo.
Caminamos a solas.

Quisimos encontrar el porqué de las cosas.

Si somos algo, somos
Una generación cuyo destino
Es recorrer las calles en silencio.

Mil calles que no van a parte alguna.



lunes, 6 de julio de 2015

En la encrucijada





Ves que apenas te quedan
Algunas esperanzas por cumplir.
Has quemado los años de la vida
Mejores para ti.

Hablemos del presente, lo que importa
En este día gris
En que todo parece haberle dado
La espalda al porvenir.

Dentro de algunos años, será tarde
Para empezar a hablar.
Si de poco nos sirven las palabras,
De poco servirán.

No pierdas la esperanza, acepta siempre
La vida como va.
Porque quizá cambiemos de destino,
Como puede cambiarse
De nombre y de ciudad.





martes, 30 de junio de 2015

El desconocido





Soy el desconocido que se aparta.
El que se queda solo y en silencio, más allá del aplauso.
El que busca en la noche
Unas pocas palabras, ajenas casi siempre.
El que quemó las naves en silencio
Y aguarda todavía.
El que también soñaba.
El que también creía en tantas cosas.

lunes, 29 de junio de 2015

Despues de tantos años




Después de tantos años,
La lluvia te ha calado hasta los huesos
Y tú sigues en pie bajo la lluvia.

Con la esperanza, al menos
De hallar en las palabras
No tan sólo hermosura, sino ánimo,
Aunque a veces encuentres el desánimo,
Aunque a veces encuentres la tristeza.



lunes, 22 de junio de 2015

Como el primer poema




Como el primer poema
Quebrando
El blanco de la página y la vida
Tantos años atrás,

Como el primer amor
Que por completo
Fue pasto del olvido y se mantiene
Tan sólo en un rincón de la memoria,

Como el primer amigo,
Como el primer regalo,
Como el primer encuentro
Con el rumor del mar,
Así quisiera
Volver a hallar momentos
De goce inesperado, de esa mágica luz
Que llega al corazón
Y sin remedio,
Cuando menos lo esperas, te deslumbra.


domingo, 21 de junio de 2015

Canción de otoño en primavera



La vida
No volverá a ser sombra o paraíso,
Sino tan sólo un orden
En el que no serás feliz ni desdichado,
Acorde con los años que te quedan.

Como una biblioteca arrinconada
Cuyos últimos libros
Verás casi por alto,
Sin esperar ningún deslumbramiento.

Aunque tal vez en eso
Esté lo que tú buscas, en la paz
De la rutina y de la certidumbre
Ajena a la aventura.
Serán días monótonos
Que vayan preparando
La sorpresa final que los disuelva.



jueves, 14 de mayo de 2015

Dialéctica




No hay voluntad de persistir sobre este asunto 
No quiero hablar 
sobre posibles razones respecto 
de mi comportamiento: te acaricié 
como si estuviera repasando con el dorso de una mano 
las miguitas de la mesa 
hasta la palma de la mano contraria y no tengo 
más que amor para darte


sábado, 9 de mayo de 2015

As de oro


Soplo, tiro los cuadraditos sobre el paño de la mesa y soy
feliz. Generala. Mujer déspota y sumisa
de la arbitrariedad.
Observo los tres ases. Son míos. Poderosa canto
aplasto sombreros con mi pierna corta, sonrío a la nuca
de los demás concursantes. Apuesto al doce
pago por el rojo y colorado! ¡Colorado el doce! Cobro.
Sí, cobro, recibo, aguanto la mortaja del papel
comprador. Camino sola, seria.
Entro a un negocio y pregunto -¿podría darme
la hora?- El vendedor me la envuelve
llena de moños, la llevo.
Si bien en el juego, mal en el amor -dijo
un borracho sobre la vereda y yo pensé
que el amor solo era juego, justamente
el azar defendió sus tierras
y castigó a quienes intentaron
construir ciudades verdaderas.
Voy al casino. Necesito luz blanca,
ahogarme en brillos. Si no, caigo.
Casi no veo de noche. El día es negro. Y otra
otra vez casi no, casi
suculenta me rozo algún labio.




viernes, 8 de mayo de 2015

Arveja negra



Tengo un problema:
arranqué los ojos de mi muñeca
y ya no ve. Desde el noveno piso
lancé con ímpetu al patio interno
de mi vecina un ojito, el izquierdo.
En una alcantarilla, único
ojo abierto que permite
entrar a la imagen hecha cuerpo;
es de saliva poderosa
seduce agresiva cualquier intento
de entrega externa, la convierte
en interna destrucción. Allí
abandoné el otro ojo que rodó
como una arveja negra.
Mi muñeca: muñón del alma mía
no está ciega, es simple
no tiene en la cara ojos 
y su cabeza recuerda 
pequeño el patio que se agiganta
a gran velocidad, un agujero.
Yo le muestro
determinada cantidad de dedos, ¿cuántos
hay? le saco la lengua, me burlo
lloro en silencio y no lo nota, la amenazo
y nunca tiembla: Ojos que no ven
corazón que no siente. Necesito
dos ojos, o un corazón
autosuficiente. Mi lágrima no sabe
parir otros, mi problema es
operar en el hueco
de la mirada. No,
caer en él.


miércoles, 6 de mayo de 2015

Un corazón de primera



Tú pasas por la vida sin rozarla,
que no te toque el hierro del esclavo
que con cualquier limosna se alimenta.
Tu vida es un convite para nadie,
tu corazón un bote salvavidas
sólo para pasajes de primera.
Tu cuerpo amante vive hipotecado
sobre cualquier prebenda medieval,
sin embargo de sesgo me contemplas
siento latir tu sangre precintada
ese alazán que va a romper la cincha
que se horroriza de los mausoleos
y que quiere vivir, a tu pesar.




martes, 5 de mayo de 2015

Temerarios


Hay que encerrarse en la caligrafía
atribuirle al nombre un número,
soportar con paciencia la etiqueta
y no inventar el mundo cada tarde.

Hay que aceptar al general en jefe,
hay que encogerse si la cama es corta.
Dormir de lado si la ves estrecha,
estrujarse los pies en los zapatos.

Aunque conozco gente temeraria
que ante la duda, caminó descalza,
asimiló las deudas, perdonó los errores,
le dijo adiós al general en jefe,
dentro de la mejor caligrafía,
y se atrevió a vivir a su manera.


lunes, 4 de mayo de 2015

Cuadro de mujer en otoño




La distancia hacia la isla
se diluye un poco en los grises 
de la noche iluminada:
es reflejo de ciudad extrema,
lleva el nombre
de un indígena amable, Seattle
le otorga cuerpo a las nubes.

La marea sube.
Pequeño es el ruido de las olas,
el lamento
de algún ganso o gaviota.

Nada más ocurre en esta playa
donde llueve lenta,
apaciblemente.
Dormidos los niños,
los pinos retienen
la mesura
de una costa otoñal
en tu mirada
hermana
mujer.


domingo, 3 de mayo de 2015

Yaiza


La vida me hizo un regalo
Que insistente la pedí
Y cuando no lo esperaba, por sorpresa llego a mi
Mi corazon exultante te abrió los brazos a tí
Y desde entonces ya vive tan solo pensando en tí
Con tu piel como la nieve
Con tus labios carmesí
Con tus ojos como estrellas 
Que iluminan mi vivir
vuela alto,vuela fuerte
Nunca te dejes caer
Pues aunque el viento sople fuerte
Yo siempre te arroparé
Pues no hay mas orgullo en mi vida
Que haberte visto nacer


        Carol: A mi yaiza


sábado, 2 de mayo de 2015

La Esperanza



Escrita por mi hija Carol

Arrasas mi alma cual manto de lava
Derrites mi ser,aceleras mi paso
Y ya no hay freno que pare
Este tremendo arrebato
Furia que surge,empuje y asalto
Domina mi cuerpo y mente
Posee todo el encanto
Del fuego y y la explosión
Del oleaje,del viento,del sol
Del coraje,del deseo,
Es aquello la pasión
Que arrastra las almas al fondo
Que las eleva en su honor
Y que si desaparece
No habra motivo 
No habra razon
De la entrega ni el delirio
De buscar una razón
Para morir poco a poco
Para encontrar el amor
para ver cada mañana
Como nace una ilusión.

Carol G.


domingo, 5 de abril de 2015

El geólogo


Aquí hubo un mar hace un millón de años.
El hombre no lo sabe, más la piedra se acuerda.
Pártela: hay un cangrejo en sus entrañas,
Todo de piedra ya, forma magnífica
Que se negó a ser polvo.
Ante el peñasco y el guijarro, piensa
Que acaso fueron seres dolorosos,
Sangre y pulmones palpitantes.
Entre la ciega roca
Y el trémolo extasiado de la salamandra
Tan sólo hay tiempo.


martes, 17 de marzo de 2015

Trenzas de humo




   Porque los exaltados nubarrones
descienden en la soledad del amanecer,
y los altos tejados inyectan su veneno de hastío,
y sobrepujan
a la onda exterior y superficial del día.

          ¿De dónde han venido aquellas mariposas
tan amarillas,
a deshojar un collar de ébano
alrededor de mi garganta,
que es un lirio entre dos abismos?

          Allá los corderos mudos,
sacrificados en el marco de la mañana;
allá los volcanes libres y los pensamientos,
los caracoles rubios besando las bocas
de las campanillas jugosas.

          La danza inmediata de aquel viento que huele a muerte,
encuclillándose a mis pies, ahora,
palpándome las sienes con una gasa desprendida.

          La claridad en los ojos risueños
como el advenimiento de Pentecostés.


     Mi corazón se precipita
a la orilla de los horizontes sin medida,
deteniendo hélices,
con un puñado de ópalos en acción,
y, como si todo, absolutamente todo
ocurriera,
estoy en las fronteras del sentido habitual,
mirando cómo las piedras,
(sin que nadie las escuche pensar),
lavan su cara
con la inmovilidad del tiempo.

          Pareciendo mi ser una hoja de platino.


miércoles, 18 de febrero de 2015

La luna del dragón



Hablábamos de los dones de la tiniebla.
De los amores muertos.
Cuando se perfiló sobre el Oeste
El oro espeso de la media luna.
'Mira: es la Luna del Dragón' —me dijiste.
Y los dos la miramos
Como si algo terrible pesara sobre el mundo.
El hemisferio gris parecía lleno
De hondos presentimientos.
No había una estrella sobre el mar en calma
De humaredas y torres.

Nadie dijo: 'Es la luz que hace al Dragón visible'. 
Nadie dijo: 'Es la casa donde el Dragón habita'.

Nadie dijo: 'Es la luna que ampara a los dragones'.
Miramos simplemente el cuerno rojo.
La sobrehumana forma que doblegaba al cielo.
Y pensamos acaso en los terrores
De la culpa y la fiebre.

'Sólo es la Luna del Dragón' —me dijiste. 
Pero algo negro ascendió de mi infancia
Y di gracias a Dios de no estar solo.

Seguimos en silencio
Mientras las nubes negras cercaban en la hondura
Aquel objeto de alta magia y belleza.
—'Tal vez el nombre viene de las baladas celtas'.
—'Yo no sé por qué pesa y aflige como un sueño'.

Era la Luna del Dragón, y nadie
Parecía comprenderlo.
Iban las multitudes, bulliciosas, urgentes,
Atentas sólo a su pequeño misterio,
Mientras sobre las hondas avenidas
Un oro atroz vertía su intemporal influjo,
Y algo terrible y bello batía sus alas rojas
Como un polvo impalpable sobre las tristes tierras.



jueves, 15 de enero de 2015

GERINELDOS, EL PAJE



Del color del lirio tiene Gerineldos 
dos grandes ojeras; 
del color del lirio, que dicen locuras 
de amor de la reina.

        Al llegar la tarde, 
        pobre pajecillo, 
        con labios de  rosa, 
        con ojos de idilio; 
        al llegar la noche, 
        junto a los macizos 
        de arrayanes, vaga, 
        cerca del castillo.

        Cerca del castillo, 
        vagar vagamente 
        la reina le ha visto. 
        De sedas cubierto, 
        sin armas al cinto, 
        con alma de nardo, 
        con talle de lirio.



miércoles, 14 de enero de 2015

ENTIERRO DE UN MONJE



Dejando la quietud de los sitiales,
en procesión de lívida gordura,
surgen del claustro, en la humedad oscura,
las blancas estameñas monacales.

Campanudos acentos funerales
estremecen la vieja arquitectura,
y el blanco vaho del alba se aventura
por las altas ventanas ojivales.

Despojos son no más, miseria inerte,
polvo que torna, en brazos de la muerte,
a devolver sus átomos al suelo:

que el blanco monje, de virtudes muestra,
rodeado de Santos, a la diestra
de Dios Nuestro Señor, está en el Cielo.

                Manuel Machado

martes, 13 de enero de 2015

CANTARES



Vino, sentimiento, guitarra y poesía, 
hacen los cantares de la patria mía... 
Cantares... 
Quien dice cantares, dice Andalucía.

A la sombra fresca de la vieja parra, 
un mozo moreno rasguea la guitarra... 
Cantares... 
Algo que acaricia y algo que desgarra.

La prima que canta y el bordón que llora... 
Y el tiempo callado se va hora tras hora. 
Cantares... 
Son dejos fatales de la raza mora.

No importa la vida, que ya está perdida. 
Y, después de todo, ¿qué es eso, la vida?...

Cantares... 
Cantando la pena, la pena se olvida.

Madre, pena, suerte; pena, madre, muerte; 
ojos negros, negros, y negra la suerte. 
Cantares... 
En ellos, el alma del alma se vierte.

Cantares.  Cantares de la patria mía... 
Cantares son sólo los de Andalucía. 
Cantares... 
No tiene más notas la guitarra mía.
           
                         Manuel Machado

lunes, 12 de enero de 2015

ÉGLOGA VESPERTINA


De un sol que brilla y no arde
la última lumbre serena...
Una campana que suena
en el palor de la tarde...
De una ovejuela cobarde
el anheloso balar...
Y una moza del lugar
que oye charlar a la fuente,
con el pensamiento ausente
y el cántaro sin llenar.

La noche viene pausada
las mismas sendas borrando
por donde va dilatando
su fresca sombra callada...
La campiña y la enramada
los marjales y el vergel
cubre ya el negro mantel
que solo el alba les quita...
¡La noche viene, mocita!
¡La noche viene... y no él!

Torna la niña al aldea...
La fuente sigue charlando
y la muchacha escuchando
su corazón que golpea...
En la plaza cuchichea
al verla pasar, la gente.
Y ella cruza indiferente,
sonámbula muda y grave...
Pero ahora la moza sabe
lo que decía la fuente.

             Manuel Machado


viernes, 9 de enero de 2015

LA INFANTA MARGARITA



Como una flor clorótica el semblante,
que hábil pincel tiñó de leche y fresa,
emerge del pomposo guardainfante,
entre sus galas cortesanas presa.

La mano —ámbar de ensueño—, entre los tules
de la falda desmáyase y sostiene
el pañuelo riquísimo, que viene
de los ojos atónitos y azules.

Italia, Flandes, Portugal..., Poniente
sol de la gloria el último destello
en sus mejillas infantiles posa...

Y corona no más su augusta frente
la dorada ceniza del cabello,
que apenas prende el leve lazo rosa.

                            Manuel Machado


jueves, 8 de enero de 2015

CASTILLA



El ciego sol se estrella 
en las duras aristas de las armas, 
llaga de luz los petos y espaldares 
y flamea en las puntas de las lanzas.

El ciego sol, la sed y la fatiga. 
Por la terrible estepa castellana, 
al destierro, con doce de los suyos, 
—polvo, sudor y hierro— el Cid cabalga.

Cerrado está el mesón a piedra y lodo... 
Nadie responde.  Al pomo de la espada 
y al cuento de las picas, el postigo 
va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa!

A los terribles golpes, 
de eco ronco, una voz pura, de plata 
y de cristal, responde... Hay una niña 
muy débil y muy blanca, 
en el umbral.  Es toda 
ojos azules; y en los ojos, lágrimas. 
Oro pálido nimba 
su carita curiosa y asustada.

«¡Buen Cid!  Pasad... El rey nos dará muerte, 
arruinará la casa 
y sembrará de sal el pobre campo 
que mi padre trabaja... 
Idos.  El Cielo os colme de venturas... 
En nuestro mal, ioh Cid!, no ganáis nada».

Calla la niña y llora sin gemido... 
Un sollozo infantil cruza la escuadra 
de feroces guerreros, 
y una voz inflexible grita: «¡En marcha!»

El ciego sol, la sed y la fatiga. 
Por la terrible estepa castellana, 
al destierro, con doce de los suyos 
—polvo, sudor y hierro—, el Cid cabalga.

                                                                               Manuel Machado


miércoles, 7 de enero de 2015

LIRIO


Casi todo alma, 
vaga Gerineldos 
por esos jardines 
del rey, a lo lejos, 
junto a los macizos 
de arrayanes...

                                Besos 
de la reina dicen 
los morados cercos 
de sus ojos mustios, 
dos idilios muertos. 
Casi todo alma, 
se pierde en silencio, 
por el laberinto 
de arrayanes... ¡Besos! 
Solo, solo, solo, 
lejos, lejos, lejos... 
Como una humareda, 
como un pensamiento... 
Como esa persona 
extraña que vemos 
cruzar por las calles 
oscuras de un sueño.

                           Manuel Machado

viernes, 2 de enero de 2015

ARS MORIENDI


                 I

Morir es... Una flor hay, en el sueño 
—que, al despertar, no está ya en nuestras manos—, 
de aromas y colores imposibles... 
Y un día sin aurora la cortamos.

                        II

      Dichoso es el que olvida 
      el porqué del viaje 
      y, en la estrella, en la flor, en el celaje, 
      deja su alma prendida.

                        III

        Y yo había dicho: «¡Vive!» 
        Es decir: ama y besa, 
        escucha, mira, toca, 
        embriágate y sueña...

        Y ahora suspiro: «¡Muérete!» 
        Es decir: calla, ciega, 
        abstente, para, olvida, 
        resígnate... y espera.

                        IV

        Era un agua que se secó, 
        un aroma que se esfumó, 
        una lumbre que se apagó...

        Y ya es sólo la aridez, 
        la insipidez, 
        la hez...

                        V

La Vida se aparece como un sueño 
en nuestra infancia... Luego despertamos 
a verla, y caminamos 
el encanto buscándole risueño 
que primero soñamos; 
... y, como no lo hallamos, 
buscándolo seguimos, 
hasta que para siempre nos dormimos.

                        VI

¡Y Ella viene siempre!  Desde que nacemos, 
su paso, lejano o próximo, huella 
el mismo sendero por donde corremos 
hasta dar con Ella.

                        VII

Lleno estoy de sospechas de verdades 
que no me sirven ya para la vida, 
pero que me preparan dulcemente 
a bien morir...

                        VIII

Mi pensamiento, como un sol ardiente, 
ha cegado mi espíritu y secado 
mi corazón ...

                        IX

El cuerpo joven, pero el alma helada, 
sé que voy a morir, porque no amo 
ya nada.


jueves, 1 de enero de 2015

SOLEDADES


 Árboles, plantas —¡mi campo!—,
con vuestro secreto inmenso,
de magníficas latencias
y de implicaciones lleno,
acudidme, habladme.  Dadme,
aguas, vuestro limpio espejo
para que yo al fin me vea,
que he vivido siempre huyendo
de mí mismo, y ya no sé
lo que soy ni lo que quiero!...

  Ayudad a que me encuentre,
que me he perdido, disperso
en la vida de los otros,
sin vivir... Dadme mi cuerpo,
que gasté en brazos de tantas
que no amé.  Mis pobres nervios,
al placer y los dolores
de los demás siempre tensos...

  Mis manos, que acariciaron
con afán todo lo bello,
sin hacer jamás su presa...

  Mis pies, que al azar corrieron
por travesías sin rumbo
y callejas de un momento...

  Pero dadme antes mi alma,
que hasta aquí fue sólo un eco
de otras almas, ebria siempre
de músicas y de besos.

  Decidme quién soy, estrellas,
y a cuál de vosotras puedo
llamar mía... Descifrad
vuestra eterna queja, vientos
y tú, luna, a cuya luz
prestada endeché mis versos.

  Decidme, en fin, la verdad;
decidme. Pero ¿qué espero?

  ¡Si por no estar nunca solo
vuestras soledades pueblo,
e, insaciable de palabras,
que habléis aún vosotros sueño!