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Mostrando entradas con la etiqueta Amor.. Mostrar todas las entradas
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miércoles, 7 de junio de 2023

Escucha tu corazón


Escucha a tu corazón, en su susurro encontrarás,
la verdad que en el mundo a veces se oculta detrás.
Es un eco de sabiduría que no debes ignorar,
una guía interna que te enseña a navegar.

En la quietud de tu ser, hallarás su voz,
un palpitar constante que te conecta con tu yo.
A través de sus latidos, descubrirás el camino,
que te llevará a la plenitud y al destino.

Escucha a tu corazón, aunque a veces tenga miedo,
porque es ahí donde reside tu verdadero credo.
Te habla en lenguaje puro, sin palabras ni engaños,
solo tienes que sintonizar sus dulces arpegios.

Cuando la confusión invada tu mente,
y las decisiones te parezcan insolventes,
no olvides que en tu pecho hay una brújula interna,
que te dirige hacia la senda más eterna.

A veces, el ruido del mundo puede ser ensordecedor,
pero en el susurro de tu corazón, hallarás el valor.
Te mostrará el amor en todas sus formas,
y te recordará que eres un ser lleno de formas.

Escucha a tu corazón en los momentos de desaliento,
te susurrará palabras de aliento y alivio en tu tormento.
Encontrarás respuestas a preguntas sin respuesta,
y descubrirás que en tu interior está la fortaleza.

No temas adentrarte en la esencia de tu ser,
y seguir el ritmo de tu corazón sin perecer.
En cada latido hay una melodía que te impulsa,
a vivir la vida con pasión y sin disculpa.

Escucha a tu corazón, ese faro de luz,
que te guía en la oscuridad y te da la virtud.
No lo ignores, pues en él reside tu verdadera esencia,
y te conducirá hacia la más hermosa existencia.

Así que escucha a tu corazón, con atención y sin temor,
encontrarás la paz y el amor en su canto interior.
Deja que te guíe hacia tus sueños más profundos,
y serás testigo de cómo tu vida se transforma en un mundo.



 

lunes, 5 de junio de 2023

Luna Roja


Bajo el manto estrellado del cielo nocturno,
se alza majestuosa la Luna en su esplendor,
vestida de carmesí, encendida de pasión,
la Luna Roja, fuente de misterio y emoción.

Sus rayos se derraman sobre la tierra,
pintando de fuego el paisaje que yerra,
en cada rincón susurra un cuento ancestral,
mientras ilumina con su luz celestial.

Oh, Luna Roja, guardiana de secretos antiguos,
testigo silente de amores y sus desvaríos,
en tus ojos de fuego brillan historias sin fin,
de amantes prohibidos, de pasiones en confín.

Tu fulgor enigmático acalla las sombras,
y despierta en el alma deseos y sobras,
bajo tu hechizo, los corazones se encienden,
y los sueños más oscuros, al fin se comprenden.

En las noches de luna roja, el mundo se transforma,
las almas se encuentran y el amor se reforma,
un halo de magia envuelve cada rincón,
mientras la Luna Roja pinta el firmamento de ilusión.

Oh, hermosa Luna Roja, en tu resplandor,
danzo en tus rayos, sin temor al dolor,
me llevas a lugares donde el tiempo se detiene,
donde el amor florece y el espíritu se fortalece.

En cada noche de Luna Roja, mi corazón late,
al ritmo de tus destellos, de tu danza elocuente,
soy testigo privilegiado de tu celestial poder,
y en tu luminoso abrazo encuentro mi ser.

Luna Roja, musa de poetas y amantes,
tu radiante presencia despierta mis cantos vibrantes,
bendigo tu misterio, tu encanto y tu seducción,
y me entrego, rendido, a tu eterna fascinación.

Que en cada luna roja, en cada noche especial,
tu fulgor me ilumine y me lleve al final,
donde los sueños se cumplen y el amor es eterno,
bajo el hechizo de la Luna Roja, mi destino eterno.


martes, 30 de mayo de 2023

Amor adolescente


En el susurro del viento y la brisa,
nació nuestro amor en esta travesía.
Dos almas jóvenes, en fuego encendidas,
tejiendo sueños, en nuestras vidas.

Entre miradas tímidas y sonrisas sinceras,
descubrimos un amor que no espera.
Manos entrelazadas, corazones latiendo,
en el sendero de nuestro amor creciendo.

Tu risa dulce como el rocío de la mañana,
me envuelve en un mundo de esperanza.
Tus ojos, estrellas que iluminan mi ser,
me pierdo en ellos, sin saber qué hacer.

Caminamos juntos por calles sinuosas,
conversaciones eternas, risas hermosas.
Descubriendo secretos, compartiendo sueños,
entre risas y suspiros, nuestros corazones dueños.

Bajo la luna, nuestros labios se encuentran,
un beso robado, un momento que no se aleja.
El tiempo se detiene en nuestras caricias,
un amor adolescente, lleno de delicias.

Aunque el mundo nos mire con desconfianza,
nuestro amor florece en esta danza.
Juntos enfrentamos cualquier adversidad,
nuestro amor adolescente, en eternidad.

Eres mi cómplice, mi refugio y mi guía,
el dueño de mi corazón, cada día.
En esta poesía de amor juvenil,
se entrelazan nuestros sueños con mil.

Que nuestro amor adolescente, siempre florezca,
que nuestras almas se abracen sin tristeza.
Juntos enfrentaremos los desafíos del destino,
enamorados, adolescentes en camino.

En el susurro del viento y la brisa,
nuestro amor se funde en melodía precisa.
Dos corazones adolescentes, unidos por siempre,
en esta poesía de amor, eternamente.


 

lunes, 29 de mayo de 2023

En un rincón de mi alma


En un rincón de mi alma,
donde habita la melancolía,
se alza una sinfonía de palabras,
dibujando versos con poesía.

Es un lugar de silencios profundos,
donde suspiros se vuelven canciones,
donde los sentimientos más rotundos
se entrelazan en sutiles emociones.

Allí encuentro versos añejos,
que guardan secretos del ayer,
poemas escritos con tinta de reflejos,
que me invitan a soñar y a creer.

Hay versos que susurran al viento,
poemas que danzan con la luna,
versos que hablan del sentimiento,
poesía que en el alma se acuna.

Es un rincón lleno de suspiros,
donde el amor se entrelaza con dolor,
donde las lágrimas son ríos,
y la esperanza florece con esplendor.

En ese rincón de mi ser,
la poesía se vuelve un abrazo,
un refugio donde puedo renacer,
y encontrar alivio en cada trazo.

Así, en la intimidad de mi ser,
la poesía encuentra su morada,
 cada palabra que escribo al querer,
 en cada verso mi alma desbocada.

En un rincón de mi alma,
la poesía vive eternamente,
como un fuego que nunca se calma,
y me envuelve en su magia ferviente.


 

martes, 16 de mayo de 2023

Homenaje a mi padre



En silencio yace mi voz quebrada,
Mientras mi corazón se llena de añoranza,
A ti, querido padre, que ya no está en vida,
Te escribo este poema con el alma entristecida.

La vida nos arrebató tu presencia física,
Pero tu espíritu sigue aquí, en mi mente y en mi vida,
Tu partida dejó un vacío imposible de llenar,
Pero tus recuerdos en mí siempre perdurarán.

Fuiste mi guía, mi héroe, mi ejemplo a seguir,
En cada paso que di, tú estabas allí,
Tus palabras sabias aún resuenan en mi oído,
Tu amor incondicional siempre ha sido mi abrigo.


Recuerdo tus risas, tus abrazos cálidos,
Tus manos firmes, tus consejos sabios,
Me enseñaste a ser fuerte y valiente,
Y afrontar la vida con fe y convicción ferviente.

Aunque el tiempo se empeñe en borrar las huellas,
En mi corazón, tu memoria es eterna y bella,
Guardo cada momento compartido con devoción,
Y agradezco a la vida por ser tu bendición.

Hoy, en este poema lleno de añoranza,
Expreso mi amor y gratitud en bonanza,
Aunque no estés físicamente a mi lado,
En mi alma y en mi ser, siempre estás grabado.


Padre querido, desde el más allá te envío,
Mi cariño, mis lágrimas y mi abrigo,
Descansa en paz, en ese lugar celestial,
Siempre serás mi padre, inmortal.

Tu legado perdura en cada latido,
En cada sonrisa, en cada suspiro,
Gracias por todo lo que me has dado,
Por ser mi padre, por amarme a tu lado.

En el cielo brillas como una estrella guía,
Mi amado padre, mi luz en la oscuridad sombría,
Te extraño cada día, sin medida ni consuelo,
Pero sé que en mi corazón, nunca estarás lejos.

Este poema es un tributo a tu memoria,
A tu amor inmenso, que trasciende la historia,
Descansa en paz, mi padre amado y venerado,
Siempre serás mi héroe, en cada paso caminado.


 

lunes, 15 de mayo de 2023

A mi Madre



 


Madre querida, sublime y eterna,
eres el faro que ilumina mi vida tierna.
Tus brazos cálidos me envolvieron al nacer,
y desde entonces, no dejas de florecer.

Eres mi guía, mi cómplice y mi amiga,
siempre dispuesta a escuchar mi fatiga.
Con paciencia infinita me enseñaste a andar,
y en cada paso, tu amor supe encontrar.

Tu ternura me envuelve como un suave abrigo,
y en tus ojos veo un amor sin castigo.
Eres la fuerza que me impulsa a volar,
y en tus manos encuentro paz al descansar.

Tus palabras son dulces melodías al oído,
y en cada consejo, encuentro un sentido.
Eres el refugio en las tormentas de la vida,
y en tus palabras, encuentro calma y salida.

Madre amada, mi corazón te pertenece,
tu amor incondicional nunca desvanece.
Eres el sol que ilumina mis días grises,
y en tus brazos encuentro consuelo en mil matices.

Hoy elevo mi voz en este humilde poema,
para expresar lo que mi alma siempre quema.
Gracias, madre, por ser mi eterna compañera,
tu amor y sacrificio son mi mayor bandera.

En cada latido, en cada paso que doy,
sé que contigo siempre encontraré apoyo.
Eres la razón de mi existencia en este mundo,
y por siempre, serás mi amor más profundo.

Madre querida, mi gratitud no tiene fin,
eres mi inspiración, mi todo sin fin.
En cada verso, te dedico mi amor eterno,
¡Feliz día de las madres, tesoro tierno!


Siempre te llevo conmigo.

viernes, 29 de abril de 2016

Tríptico de la noche (I)




Oh noche! ¡Oh noche! Detén a los paseantes 
con el rumor de aurora de tus astros extasiados.

El amor es la razón de tus árboles dormidos, 
del silencio que corre por tus venas aurorales 
porque en ti las bocas son nidos 
y las palabras aves que pronuncian tu mensaje.

¡Oh noche! Detén a los paseantes 
que surgieron como una onda física, 
como un axioma en flor. 
Deténlos en la aurora de sus besos, 
perfílalos de umbral contra el silencio,
que sea eterno el ángulo que dibujan sus deseos. 
¡Oh noche! Tú que tienes el valor del día 
y que escondes en tu índole un sol nuevo.

Tú puedes contra el tiempo revivir en verdes pinos, 
azular el espacio detenido en una huella, 
hacer que el lecho vibre con un ópalo... 
¡Oh noche! Tú que puedes detener a los amantes, 
detén a estos viajeros que han llegado sin aliento. 
Son ellos los viajeros que ayer partieron desde un beso 
y que ahora se pasean por un nimbo sin designios. 
Ahora sus pupilas centellean, cruzan sus espadas 
para quedar impresas en panoplia eternizada. 
Ellos tienen un secreto que compartir contigo, 
un secreto que un pensil de instinto ha levantado. 
¡Oh noche! Detén a los amantes 
con el rumor de aurora de tus astros extasiados.




¡

lunes, 17 de agosto de 2015

NOCHE





Sobre la nieve se oye resbalar la noche

La canción caía de los árboles
Y tras la niebla daban voces

De una mirada encendí mi cigarro

Cada vez que abro los labios
Inundo de nubes el vacío

En el puerto
Los mástiles están llenos de nidos

Y el viento
gime entre las alas de los pájaros

LAS OLAS MECEN EL NAVÍO MUERTO

Yo en la orilla silbando
Miro la estrella que humea entre mis dedos


lunes, 4 de mayo de 2015

Cuadro de mujer en otoño




La distancia hacia la isla
se diluye un poco en los grises 
de la noche iluminada:
es reflejo de ciudad extrema,
lleva el nombre
de un indígena amable, Seattle
le otorga cuerpo a las nubes.

La marea sube.
Pequeño es el ruido de las olas,
el lamento
de algún ganso o gaviota.

Nada más ocurre en esta playa
donde llueve lenta,
apaciblemente.
Dormidos los niños,
los pinos retienen
la mesura
de una costa otoñal
en tu mirada
hermana
mujer.


viernes, 14 de marzo de 2014

Adam



Árbol de Sangre riega la mañana 
por donde gime la recién parida. 
Su voz deja cristales en la herida 
y un gráfico de hueso en la ventana. 

Mientras la luz que viene fija y gana 
blancas metas de fábula que olvida 
el tumulto de venas en la huida 
hacia el turbio frescor de la manzana, 

Adam sueña en la fiebre de la arcilla 
un niño que se acerca galopando 
por el doble latir de su mejilla. 

Pero otro Adán oscuro está soñando 
neutra luna de piedra sin semilla 
donde el niño de luz se irá quemando.


Federico García Lorca

domingo, 2 de marzo de 2014

"Romance del Conde Olinos"



Madrugaba el Conde Olinos, 
mañanita de San Juan, 
a dar agua a su caballo 
a las orillas del mar. 
Mientras el caballo bebe 
canta un hermoso cantar: 
las aves que iban volando 
se paraban a escuchar;
caminante que camina 
detiene su caminar; 
navegante que navega 
la nave vuelve hacia allá. 
Desde la torre más alta 
la reina le oyó cantar: 
-Mira, hija, cómo canta 
la sirenita del mar. 
-No es la sirenita, madre, 
que esa no tiene cantar; 
es la voz del conde Olinos, 
que por mí penando está. 
-Si por tus amores pena 
yo le mandaré matar, 
que para casar contigo 
le falta sangre real.
-¡No le mande matar, madre;
no le mande usted matar,
que si mata al conde Olinos
juntos nos han de enterrar!
-¡Que lo maten a lanzadas
y su cuerpo echen al mar!
Él murió a la media noche;
ella, a los gallos cantar.
A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar,
y a él, como hijo de condes,
unos pasos más atrás.
De ella nace un rosal blanco;
de él, un espinar albar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza;
de él, un fuerte gavilán
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan par a par.

viernes, 28 de febrero de 2014

Rima III



Sacudimiento extraño 
que agita las ideas, 
como huracán que empuja 
las olas en tropel. 

Murmullo que en el alma 
se eleva y va creciendo 
como volcán que sordo 
anuncia que va a arder. 

Deformes siluetas 
de seres imposibles; 
paisajes que aparecen 
como al través de un tul. 

Colores que fundiéndose 
remedan en el aire 
los átomos del iris 
que nadan en la luz. 

Ideas sin palabras, 
palabras sin sentido; 
cadencias que no tienen 
ni ritmo ni compás. 

Memorias y deseos 
de cosas que no existen; 
accesos de alegría, 
impulsos de llorar. 

Actividad nerviosa 
que no halla en qué emplearse; 
sin riendas que le guíen, 
caballo volador. 

Locura que el espíritu 
exalta y desfallece, 
embriaguez divina 
del genio creador... 
Tal es la inspiración. 

Gigante voz que el caos 
ordena en el cerebro 
y entre las sombras hace 
la luz aparecer. 

Brillante rienda de oro 
que poderosa enfrena 
de la exaltada mente 
el volador corcel. 

Hilo de luz que en haces 
los pensamientos ata; 
sol que las nubes rompe 
y toca en el zenít. 

Inteligente mano 
que en un collar de perlas 
consigue las indóciles 
palabras reunir. 

Armonioso ritmo 
que con cadencia y número 
las fugitivas notas 
encierra en el compás. 

Cincel que el bloque muerde 
la estatua modelando, 
y la belleza plástica 
añade a la ideal. 

Atmósfera en que giran 
con orden las ideas, 
cual átomos que agrupa 
recóndita atracción. 

Raudal en cuyas ondas 
su sed la fiebre apaga, 
oasis que al espíritu 
devuelve su vigor... 
Tal es nuestra razón. 

Con ambas siempre en lucha 
y de ambas vencedor, 
tan sólo al genio es dado 
a un yugo atar las dos.

Gustavo Adolfo Bécquer

martes, 25 de febrero de 2014

A orillas del Duero



Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día. 
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía, 
buscando los recodos de sombra, lentamente. 
A trechos me paraba para enjugar mi frente 
y dar algún respiro al pecho jadeante; 
o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante 
y hacia la mano diestra vencido y apoyado 
en un bastón, a guisa de pastoril cayado, 
trepaba por los cerros que habitan las rapaces 
aves de altura, hollando las hierbas montaraces 
de fuerte olor ?romero, tomillo, salvia, espliego?. 
Sobre los agrios campos caía un sol de fuego. 
Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo 
cruzaba solitario el puro azul del cielo. 
Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo, 
y una redonda loma cual recamado escudo, 
y cárdenos alcores sobre la parda tierra 
?harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra?, 
las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero 
para formar la corva ballesta de un arquero 
en torno a Soria. ?Soria es una barbacana, 
hacia Aragón, que tiene la torre castellana?. 
Veía el horizonte cerrado por colinas 
oscuras, coronadas de robles y de encinas; 
desnudos peñascales, algún humilde prado 
donde el merino pace y el toro, arrodillado 
sobre la hierba, rumia; las márgenes de río 
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío, 
y, silenciosamente, lejanos pasajeros, 
¡tan diminutos! ?carros, jinetes y arrieros?, 
cruzar el largo puente, y bajo las arcadas 
de piedra ensombrecerse las aguas plateadas 
del Duero. 
El Duero cruza el corazón de roble 
de Iberia y de Castilla. 
¡Oh, tierra triste y noble, 
la de los altos llanos y yermos y roquedas, 
de campos sin arados, regatos ni arboledas; 
decrépitas ciudades, caminos sin mesones, 
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones 
que aún van, abandonando el mortecino hogar, 
como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar! 
Castilla miserable, ayer dominadora, 
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora. 
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada 
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada? 
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira; 
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira. 
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerta 
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra. 
La madre en otro tiempo fecunda en capitanes, 
madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes. 
Castilla no es aquella tan generosa un día, 
cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvía, 
ufano de su nueva fortuna, y su opulencia, 
a regalar a Alfonso los huertos de Valencia; 
o que, tras la aventura que acreditó sus bríos, 
pedía la conquista de los inmensos ríos 
indianos a la corte, la madre de soldados, 
guerreros y adalides que han de tornar, cargados 
de plata y oro, a España, en regios galeones, 
para la presa cuervos, para la lid leones. 
Filósofos nutridos de sopa de convento 
contemplan impasibles el amplio firmamento; 
y si les llega en sueños, como un rumor distante, 
clamor de mercaderes de muelles de Levante, 
no acudirán siquiera a preguntar ¿qué pasa? 
Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa. 
Castilla miserable, ayer dominadora, 
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora. 
El sol va declinando. De la ciudad lejana 
me llega un armonioso tañido de campana 
?ya irán a su rosario las enlutadas viejas?. 
De entre las peñas salen dos lindas comadrejas; 
me miran y se alejan, huyendo, y aparecen 
de nuevo, ¡tan curiosas!... Los campos se obscurecen. 
Hacia el camino blanco está el mesón abierto 
al campo ensombrecido y al pedregal desierto.


Antonio Machado

lunes, 24 de febrero de 2014

Deidad


Como duerme la chispa en el guijarro 
y la estatua en el barro, 
en ti duerme la divinidad. 
Tan sólo en un dolor constante y fuerte 
al choque, brota de la piedra inerte 
el relámpago de la deidad. 

No te quejes, por tanto, del destino, 
pues lo que en tu interior hay de divino 
sólo surge merced a él. 
Soporta, si es posible, sonriendo, 
la vida que el artista va esculpiendo, 
el duro choque del cincel. 

¿Qué importan para ti las horas malas, 
si cada hora en tus nacientes alas 
pone una pluma bella más? 
Ya verás al cóndor en plena altura, 
ya verás concluida la escultura, 
ya verás, alma, ya verás...


Amado Nervo

sábado, 22 de febrero de 2014

Canción de otoño en primavera



Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 

Plural ha sido la celeste 
historia de mi corazón. 
Era una dulce niña, en este 
mundo de duelo y de aflicción. 

Miraba como el alba pura; 
sonreía como una flor. 
Era su cabellera obscura 
hecha de noche y de dolor. 

Yo era tímido como un niño. 
Ella, naturalmente, fue, 
para mi amor hecho de armiño, 
Herodías y Salomé... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 

Y más consoladora y más 
halagadora y expresiva, 
la otra fue más sensitiva 
cual no pensé encontrar jamás. 

Pues a su continua ternura 
una pasión violenta unía. 
En un peplo de gasa pura 
una bacante se envolvía... 

En sus brazos tomó mi ensueño 
y lo arrulló como a un bebé... 
Y te mató, triste y pequeño, 
falto de luz, falto de fe... 

Juventud, divino tesoro, 
¡te fuiste para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 

Otra juzgó que era mi boca 
el estuche de su pasión; 
y que me roería, loca, 
con sus dientes el corazón. 

Poniendo en un amor de exceso 
la mira de su voluntad, 
mientras eran abrazo y beso 
síntesis de la eternidad; 

y de nuestra carne ligera 
imaginar siempre un Edén, 
sin pensar que la Primavera 
y la carne acaban también... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer. 

¡Y las demás! En tantos climas, 
en tantas tierras siempre son, 
si no pretextos de mis rimas 
fantasmas de mi corazón. 

En vano busqué a la princesa 
que estaba triste de esperar. 
La vida es dura. Amarga y pesa. 
¡Ya no hay princesa que cantar! 

Mas a pesar del tiempo terco, 
mi sed de amor no tiene fin; 
con el cabello gris, me acerco 
a los rosales del jardín... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer... 
¡Mas es mía el Alba de oro!

Rubén Darío

DE UNA REFLEXIÓN CUERDA


Con el dolor de la mortal herida,
de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.

Toda en el mal el alma divertida,
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertes a una vida.

Y cuando, al golpe de uno y otro tiro
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro,

no sé con qué destino prodigioso
volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro?
¿Quién en amor ha sido más dichoso?


Sor Juana Inés de la Cruz

viernes, 21 de febrero de 2014

Con tal que te duermas




La rosa colorada 
cogida ayer; 
el fuego y la canela 
que llaman clavel; 

el pan horneado 
de anís con miel, 
y el pez de la redoma 
que la hace arder: 

todito tuyo 
hijito de mujer, 
con tal que quieras 
dormirte de una vez. 

La rosa, digo: 
digo el clavel. 
La fruta, digo, 
y digo que la miel; 

y el pez de luces 
y más y más también, 
¡con tal que duermas 
hasta el amanecer!


Gabriela Mistral

jueves, 20 de febrero de 2014

Canción de carnaval


Musa, la máscara apresta, 
ensaya un aire jovial 
y goza y ríe en la fiesta 
del Carnaval. 

Ríe en la danza que gira, 
muestra la pierna rosada, 
y suene, como una lira, 
tu carcajada. 

Para volar más ligera 
ponte dos hojas de rosa, 
como hace tu compañera 
la mariposa. 

Y que en tu boca risueña, 
que se une al alegre coro, 
deje la abeja porteña 
su miel de oro. 

Únete a la mascarada, 
y mientras muequea un clown 
con la faz pintarrajeada 
como Frank Brown; 

mientras Arlequín revela 
que al prisma sus tintes roba 
y aparece Pulchinela 
con su joroba, 

di a Colombina la bella 
lo que de ella pienso yo, 
y descorcha una botella 
para Pierrot. 

Que él te cuente cómo rima 
sus amores con la Luna 
y te haga un poema en una 
pantomima. 

Da al aire la serenata, 
toca el auro bandolín, 
lleva un látigo de plata 
para el spleen. 

Sé lírica y sé bizarra; 
con la cítara sé griega; 
o gaucha, con la guitarra 
de Santos Vega. 

Mueve tu espléndido torso 
por las calles pintorescas, 
y juega y adorna el Corso 
con rosas frescas. 

De perlas riega un tesoro 
de Andrade en el regio nido, 
y en la hopalanda de Guido, 
polvo de oro. 

Penas y duelos olvida, 
canta deleites y amores; 
busca la flor de las flores 
por Florida: 

Con la armonía te encantas 
de las rimas de cristal, 
y deshojas a sus plantas, 
un madrigal. 

Piruetea, baila, inspira 
versos locos y joviales; 
celebre la alegre lira 
los carnavales. 

Sus gritos y sus canciones, 
sus comparsas y sus trajes, 
sus perlas, tintes y encajes 
y pompones. 

Y lleve la rauda brisa, 
sonora, argentina, fresca, 
¡la victoria de tu risa 
funambulesca!


Rubén Darío

Bon soir...



"¡Donc bon soir, mon mignon et a demain!" 

( Palabras que Ana me dejó escritas una noche 
en que tuvimos que separarnos. ) 

¡Buenas noches, mi amor, y hasta mañana! 
Hasta mañana, sí, cuando amanezca, 
y yo, después de cuarenta años 
de incoherente soñar, abra y estriegue 
los ojos del espíritu, 
como quien ha dormido mucho, mucho, 
y vaya lentamente despertando, 
y, en una progresiva lucidez, 
ate los cabos del ayer de mi alma 
( antes de que la carne la ligara ) 
y del hoy prodigioso 
en que habré de encontrarme, en este plano 
en que ya nada es ilusión y todo 
es verdad... 
¡Buenas noches, amor mío, 
buenas noches! Yo quedo en las tinieblas 
y tú volaste hacia el amanecer... 
¡Hasta mañana, amor, hasta mañana! 
Porque, aun cuando el destino 
acumulara lustro sobre lustro 
de mi prisión por vida, son fugaces 
esos lustros; sucédense los días 
como rosarios, cuyas cuentas magnas 
son los domingos... 
Son los domingos, en que, con mis flores 
voy invariablemente al cementerio 
donde yacen tus formas adoradas. 
¿Cuántos ramos de flores 
he llevado a la tumba? No lo sé. 
¿Cuántos he de llevar? Tal vez ya pocos. 
¡Tal vez ya pocos! ¡Oh, que perspectiva 
deliciosa! 
¡Quizás el carcelero 
se acerca con sus llaves resonantes 
a abrir mi calabozo para siempre! 
¿Es por ventura el eco de sus pasos 
el que se oye, a través de la ventana, 
avanzar por los quietos corredores? 
¡Buenas noches, amor de mis amores! 
Hasta luego, tal vez..., o hasta mañana.


Amado Nervo

miércoles, 19 de febrero de 2014

Alaba los ojos negros de Julia



¿Eva era rubia? No. Con negros ojos 
vio la manzana del jardín: con labios 
rojos probó su miel; con labios rojos 
que saben hoy más ciencia que los sabios. 

Venus tuvo el azur en sus pupilas, 
pero su hijo no. Negros y fieros, 
encienden a las tórtolas tranquilas 
los dos ojos de Eros. 

Los ojos de las reinas fabulosas, 
de las reinas magníficas y fuertes, 
tenían las pupilas tenebrosas 
que daban los amores y las muertes. 

Pentesilea, reina de amazonas; 
Judith, espada y fuerza de Betulia; 
Cleopatra, encantadora de coronas, 
la luz tuvieron de tus ojos, Julia. 

La negra, que es más luz que la luz blanca 
del sol, y las azules de los cielos. 
Luz que el más rojo resplandor arranca 
al diamante terrible de los celos. 

Luz negra, luz divina, luz que alegra 
la luz meridional, luz de las niñas, 
de las grandes ojeras, ¡oh luz negra 
que hace cantar a Pan bajo las viñas!


Rubén Darío