En el eco del silencio, un grito resuena,
en el corazón de la noche, la esperanza se envenena.
Día internacional contra la violencia de género,
un llamado a la unidad, a romper el yugo postrero.
En el lienzo de la vida, mujeres pintan su historia,
con pinceladas de fuerza, de valentía y memoria.
No más lágrimas ocultas, no más susurros mudos,
hoy alzamos la voz, que retumbe en todos los rumbos.
La violencia, un monstruo que se alimenta de miedo,
en la penumbra acecha, en el dolor se queda anclado.
Pero somos la luz que disipa la oscuridad,
la resistencia que florece, la libertad que se va a alzar.
Cada palabra callada, cada golpe sufrido,
es una herida profunda, un eco dolorido.
Pero hoy, en este día de solidaridad y fortaleza,
tejemos un manto de amor, que cubra con firmeza.
Que las lágrimas caídas se conviertan en rocío,
nutriendo el jardín de la igualdad con su rocío.
Que cada herida cicatrice con el bálsamo del apoyo,
y que el amor venza al odio, como un río que fluye rojo.
Hermanas, compañeras, en este día de lucha,
nos unimos con fuerza, rompiendo cada trampa burda.
No más violencia, no más sombras que nos asolen,
somos la voz que clama, la luz que siempre se despliega.
En este día internacional contra la violencia de género,
sembramos semillas de cambio, cosechamos un mundo entero.
Que el respeto sea el canto que todos entonemos,
en este día y siempre, por un futuro que merecemos.
