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lunes, 20 de noviembre de 2023

Mañana de lluvia


 

Bajo el manto gris del cielo,
la lluvia danza en su regalo,
susurra secretos al suelo,
un poema líquido, un halo.

Gotas danzan, melodía fina,
en el cristal, un río breve,
la mañana, una tela divina,
tejiendo versos que el alma eleva.

El aroma fresco del petricor,
acaricia mis sentidos despiertos,
cada gota, un verso de amor,
en el lienzo del día, soy experto.

Las calles, espejos de charcos,
reflejan el cielo en sus aguas,
pintura efímera, trazos exactos,
en la danza efervescente que embalsama.

El susurro de la lluvia es canto,
una sinfonía que acaricia la tierra,
cada gota, un verso encanto,
una poesía que en el corazón encierra.

Bajo el paraguas de nubes grises,
se abraza la naturaleza en ternura,
la mañana de lluvia, entre matices,
es un poema que en el alma perdura.





domingo, 19 de noviembre de 2023

Caminando entre tumbas


Entre lápidas que guardan silencios,
bajo el manto sombrío de la noche,
caminamos entre susurros de las hojas
que relatan historias selladas en piedra.

El cementerio, un mar de memoria,
donde las lágrimas son el rocío
que acaricia las flores marchitas,
testigos mudos de un adiós eterno.

Pasos resonando en la calma sepulcral,
cada huella, un eco de la existencia
que se desvaneció en el tiempo,
como sombras que danzan en la penumbra.

Bajo el resplandor pálido de la luna,
las tumbas parecen susurrar secretos,
misterios que yacen en la tierra fría,
guardianes de almas que reposan en paz.

Entre cruces que se alzan con solemnidad,
se entreteje la trama de vidas pasadas,
un tapiz de amores perdidos y sueños rotos,
pintado con la tinta de la melancolía.

Cautivos en este camposanto de recuerdos,
nos sumergimos en la contemplación,
entre las estatuas que lloran en piedra,
testigos de la fragilidad de la existencia.

Bajo la bóveda estrellada del destino,
donde las constelaciones son testigos mudos,
recorremos el cementerio, templo de quietud,
donde la vida y la muerte entrelazan su danza.

En cada lápida, una semblanza grabada,
un epitafio que cuenta un capítulo,
y en el susurro del viento nocturno,
se revela la poesía de los que ya no están.

Así, entre sombras y suspiros,
deambulamos por este camposanto,
donde el tiempo se detiene en la eternidad,
y el eco de la existencia perdura en la oscuridad.