Poema para una hija que va a ser madre
Cuando llegue el milagro
en que tu carne cante y te sonría
un nuevo corazón,
en que tu alma
la eternidad escriba,
entonces,
como si te doliera la alegría
de ser, como si dieras
a luz el mar,
entonces,
hija mía,
entenderás el paraíso,
el júbilo
de ser más que tú misma.
Será como si el tiempo
te inaugurara nuevamente viva
y tú,
madre estrenada
búcaro de caricias,
aumentarás la Creación, sumando
un verso más de amor al gran poema
de la vida.
Cuando llegue el milagro
y con el oro de tu sangre escribas
un nuevo ser sobre la nada
y nadie
sepa explicarse cómo
y te bendiga
Dios porque has contestado a su llamada,
entonces,
hija mía,
cuando llegue
ese momento en el que tu sonrisa
se cuaje en carne tuya,
en beso tuyo
y el mundo arda en tu gozo,
madre niña,
y todo el orbe
gire a tu alrededor como una noria
de rosas,
entonces
comprenderás la eternidad que estaba
en tu entraña dormida,
te sentirás pequeña como un beso,
llena como una espiga.
Y sólo entonces
entenderás que en una gota minima
puede caber el mar.
¡Y la alegría
de Dios que está esperando ese momento
para añadir tu gozo a su sonrisa...!