Y volver a soñar
con un cielo de caramelo,
con la luna de queso
y los días sin fin.
Y correr y enredarme
con los colores del tiempo
abrazando fantasías
de un mundo que inventé.
Y volver a tener
esa inocencia bendita
donde las tristezas
no tienen lugar.
Donde las rabietas
se calman con un dulce,
donde desconoces
el odio y el rencor.
Y volver a sentirme
libre de temores
viviendo los días
de principio a fin.
Inventando sueños,
bailando con el viento
y gritandole al silencio
que eterna quiero ser.
Maravillosa niñez ,
nostalgia del ayer…