En el alba de promesas nuevas,
despierta la tierra en un canto,
bajo el sol que aún se asoma,
comienza el día del encanto.
Las calles se visten de esperanza,
con pasos firmes, voces que claman,
cada voto es una danza,
un futuro que se proclama.
En la fila, rostros diversos,
historias de lucha y sueños,
miradas de fe y anhelos,
unidos en un mismo empeño.
El papel, un susurro de cambio,
el lápiz, la llave del destino,
cada elección, un paso largo,
hacia el mañana que es divino.
Manos que temblorosas entregan,
la esencia de su voluntad,
corazones que sueñan y ruegan,
por justicia y por igualdad.
El día avanza, la luz se enciende,
en urnas de cristal y esperanza,
una nación que resurge y entiende,
el poder que en su voz se alcanza.
Y al caer la noche, el cielo escucha,
las plegarias y los gritos,
la elección es más que una lucha,
es el eco de nuestros ritos.
Día de elecciones, jornada sagrada,
donde el pueblo se vuelve voz,
en la unión de esta gran jornada,
se teje el mañana, juntos, los dos.