En el silencio de la noche profunda,
donde las estrellas titilan con esmero,
mi alma despierta y en sueños se hunde,
navegando en el misterio sincero.
La luna derrama su luz plateada,
sobre los sueños que yacen en reposo,
cual secretos guardados en la alborada,
en el lienzo del cielo quedan expuestos.
Susurros nocturnos acarician el viento,
melodías de silencio en la oscuridad,
mis pensamientos encuentran su asiento,
y el mundo real se desvanece en verdad.
En este instante de quietud y calma,
el corazón late al compás del universo,
mis anhelos y deseos forman una trama,
tejiendo en el alma un sentimiento intenso.
Oh, noche callada, eres mi confidente,
escuchas los suspiros que en mí residen,
en tu abrazo encuentro mi ser latente,
y en tus sombras mis anhelos deciden.
Así, en el silencio, encuentro mi refugio,
donde los sueños y la realidad se entrelazan,
tejiendo el lienzo de un mundo sin castigo,
donde el alma encuentra paz y esperanza.
En el silencio de la noche, soy libre,
navegando en los confines de mi mente,
descubriendo lo que el día no descifre,
soñando despierto, eternamente.
Que en cada noche en que reine el silencio,
pueda hallar la luz que mi camino alumbre,
y que este poema perdure como un credo,
del ser que en la noche encuentra su cumbre.