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lunes, 19 de junio de 2023

Zambullida en la ciudad


 

Zambullirme en la ciudad, entre sus calles y ruidos,
donde se entrelazan sueños y anhelos perdidos.
Sus edificios altos, como gigantes de acero,
testigos silenciosos del trajín del mundo entero.

El eco de los pasos resuena en el pavimento,
mientras las luces destellan en este laberinto.
La multitud se agita, un constante vaivén,
cada uno con su historia, su destino también.

En el bullicio encuentro la magia y el misterio,
la diversidad que en sus rincones me encuentro.
Hay risas y lamentos, encuentros y despedidas,
vidas entrelazadas en esta urbe encendida.

Zambullirme en la ciudad es dejarme llevar,
por sus calles serpenteantes sin cesar.
Descubrir nuevos rincones, sorpresas en cada esquina,
encontrar la belleza donde otros solo ven rutina.

Observo las fachadas, los colores que deslumbran,
las historias que susurran las calles que me abruman.
La ciudad es un poema en movimiento constante,
una sinfonía de almas que nunca se desvanecen.

Me sumerjo en sus cafés, en su aroma y su sabor,
en cada conversación que flota en el aire con fervor.
La ciudad me abraza, me envuelve en su abanico,
y me invita a explorarla, a conocer su mágico encanto.

Zambullirme en la ciudad es adentrarme en un mar,
donde las olas son los sueños que quiero alcanzar.
Donde cada callejón esconde una nueva aventura,
y cada paso que doy es un verso en mi partitura.

Así me pierdo en la urbe, me sumerjo en su danza,
y en cada esquina descubro una nueva esperanza.
Zambullirme en la ciudad es dejar que mi espíritu vuele,
encontrando mi lugar en este mundo que siempre revele.


domingo, 18 de junio de 2023

A través de la ventana


 

Mirando a través de la ventana,
donde el mundo se despliega,
la poesía encuentra su morada,
y mi alma se llena de riqueza.

Las hojas bailan con el viento,
susurran historias al oído,
los colores pintan el firmamento,
en un lienzo celestial tejido.

Veinte pares de ojos curiosos,
caminan por la calle con anhelo,
sus sueños, sueños luminosos,
se entrelazan en un solo vuelo.

El sol acaricia mi rostro,
me regala un beso cálido,
mientras las nubes dan su alboroto,
creando formas en el cielo líquido.

Los pájaros cantan en coro,
su melodía embriaga el aire,
la naturaleza es un tesoro,
un regalo para quienes saben mirar.

Pero mi mirada se posa en lo humano,
en cada historia que se despliega,
cada gesto, cada paso, cada mano,
es un poema que el corazón entrega.

Poesía en el ajetreo de la ciudad,
en las miradas que se encuentran,
en el amor que se hace eternidad,
y en los sueños que no se detienen.

Así, mirando a través de la ventana,
la poesía encuentra su voz,
y en cada palabra que se entrama,
el mundo se convierte en un jardín veloz.

Porque la vida es poesía en movimiento,
un verso eterno que se renueva,
y al contemplarla con ojos atentos,
la ventana se vuelve mi pluma y mi cueva.