A esa planta que crece en mi salón,
testigo silente de mi evolución,
sus hojas verdes con gran pasión,
reflejan mi vida en su canción.
Desde que la sembré con amor,
ha sido compañera en mi soledad,
cada día la veo crecer con fervor,
mientras yo también busco mi verdad.
Sus raíces se entrelazan en el suelo,
como mis sueños que anhelan volar,
sus tallos se alzan con esfuerzo y anhelo,
así busco en mi vida la forma de brillar.
A veces la veo marchitarse un poco,
así también flaqueo en el camino,
pero siempre recobra su color loco,
y yo me levanto con nuevo destino.
Le hablo en susurros a esa planta amiga,
mis secretos, sueños y desvelos,
ella escucha paciente mi vida antigua,
y me regala su aroma en destellos.
Es mi pequeño oasis en la ciudad,
mi escape, mi refugio y mi inspiración,
en sus hojas escribo mi identidad,
y cultivo esperanza en mi corazón.
En el paso del tiempo, sé que un día,
esa planta crecerá sin parar,
como yo, buscará su propia vía,
y juntos el ciclo de vida abrazar.
Oh, planta querida en mi salón,
agradezco tu presencia sin igual,
contigo he encontrado conexión,
y en mi crecimiento, eres mi igual.
Que tu belleza nunca se desvanezca,
y que en mi hogar siempre tengas lugar,
que sigamos juntos en esta senda,
floreciendo en la vida, sin cesar.
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