Francisco Villaespesa, compañero
a mar, a viento y luz, osado un día...
En la flota gentil de la Poesía,
conmigo capitán y marinero.
Fija la vista en el polar lucero,
de mar y viento y luz en la armonía
tu nave surca aún, mientras la mía
volvió cansada del afán primero.
¿Qué oro a tus piedras? ¿Qué a tus lienzos marco
tallaré dignos, Villaespesa, a hora
de sombras tibias y de paz discreta?...
Oriflama será para tu barco
este dictado, en la invencible prora,
grato a la luz, al viento, al mar: « ¡Poeta! »
Manuel Machado
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