En la danza del reloj, al compás de las campanas,
brindemos por el año nuevo que en silencio se asoma.
Que la esperanza florezca como rosas tempranas,
que cada sueño encuentre su ruta y se entrelace en la trama.
En la noche estrellada, levantemos nuestras copas,
reflejando en el cristal los destellos de la esperanza.
Que el tiempo que se va deje lecciones y sopas,
y el futuro que llega traiga consigo la bonanza.
Que la risa sea la melodía que guíe nuestros pasos,
que los abrazos sean puentes de afecto y de calor.
Que los errores del pasado se conviertan en abrazos,
y que el perdón sea la llave que abra cualquier candado.
Brindemos por amores que laten como tambores,
por días de sol radiante y noches de estrellas danzarinas.
Que la vida sea un poema lleno de colores,
y que cada página escrita nos acerque a nuevas esquinas.
Que en este nuevo año encontremos la fortaleza,
para enfrentar desafíos con valentía y nobleza.
Que la paz sea un faro que ilumine nuestra pieza,
y que la felicidad nos envuelva con su dulce certeza.
En el brindis por el año nuevo, dejemos que la gratitud florezca,
agradezcamos los momentos buenos y los retos que nos enseñan.
Que la luz de la esperanza siempre en nuestro ser resplandezca,
que la alegría sea la compañera que en el corazón se aloje .
Brindemos, pues, por el año que viene con sus misterios,
por los días que dibujarán historias en nuestro diario.
Que la vida, como un poema, nos regale versos sinceros,
y que cada paso nos acerque al anhelado santuario.
¡Feliz año nuevo, lleno de sueños y logros,
de amor, salud y momentos dichosos!
Que el futuro nos encuentre fuertes y enteros,
brindemos, pues, por nuevos comienzos hermosos.
