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martes, 20 de junio de 2023

Corazón Errante





En los confines de la noche, mi corazón errante,
busca refugio en la brisa y en el eco distante.
Navega por mares inciertos, sin puerto ni destino,
anhelando hallar la paz en cada paso clandestino.

Sus latidos resuenan en el silencio abrumador,
como el canto de un ave en busca del amor.
Se pierde entre las sombras, en laberintos de dolor,
persiguiendo quimeras, soñando con su esplendor.

Un corcel sin riendas, galopa sin cesar,
saltando obstáculos que la vida le hace encontrar.
Tropezando con recuerdos, heridas sin cerrar,
buscando la liberación que le permita sanar.

Y así, mi corazón errante, camina sin cesar,
encontrando destellos de luz en cada lugar.
Puede que se equivoque, puede que se pierda,
pero siempre buscará el amor que lo recuerda.

Errante pero valiente, mi corazón persiste,
con la esperanza intacta, nunca  desiste.
Y aunque el camino sea duro y el destino incierto,
seguirá su travesía, en busca del anhelo más cierto.

Porque un corazón errante, en su búsqueda eterna,
es un poema en sí mismo, una historia que se entrelaza.
Y aunque se extravíe en las noches más oscuras,
siempre encontrará el camino hacia la luz más pura.

lunes, 19 de junio de 2023

Zambullida en la ciudad


 

Zambullirme en la ciudad, entre sus calles y ruidos,
donde se entrelazan sueños y anhelos perdidos.
Sus edificios altos, como gigantes de acero,
testigos silenciosos del trajín del mundo entero.

El eco de los pasos resuena en el pavimento,
mientras las luces destellan en este laberinto.
La multitud se agita, un constante vaivén,
cada uno con su historia, su destino también.

En el bullicio encuentro la magia y el misterio,
la diversidad que en sus rincones me encuentro.
Hay risas y lamentos, encuentros y despedidas,
vidas entrelazadas en esta urbe encendida.

Zambullirme en la ciudad es dejarme llevar,
por sus calles serpenteantes sin cesar.
Descubrir nuevos rincones, sorpresas en cada esquina,
encontrar la belleza donde otros solo ven rutina.

Observo las fachadas, los colores que deslumbran,
las historias que susurran las calles que me abruman.
La ciudad es un poema en movimiento constante,
una sinfonía de almas que nunca se desvanecen.

Me sumerjo en sus cafés, en su aroma y su sabor,
en cada conversación que flota en el aire con fervor.
La ciudad me abraza, me envuelve en su abanico,
y me invita a explorarla, a conocer su mágico encanto.

Zambullirme en la ciudad es adentrarme en un mar,
donde las olas son los sueños que quiero alcanzar.
Donde cada callejón esconde una nueva aventura,
y cada paso que doy es un verso en mi partitura.

Así me pierdo en la urbe, me sumerjo en su danza,
y en cada esquina descubro una nueva esperanza.
Zambullirme en la ciudad es dejar que mi espíritu vuele,
encontrando mi lugar en este mundo que siempre revele.