Brilla el cielo en un susurro,
de estrellas hechas cristal,
la nieve pinta de blanco
los días de Navidad.
Se escuchan viejos villancicos,
resuena un coro angelical,
las risas cruzan las puertas
en un abrazo inmortal.
El fuego danza en la hoguera,
aroma a pino y hogar,
manos que envuelven regalos,
corazones por abrazar.
Niños con ojos de sueño,
esperan magia al despertar,
un trineo cruza los cielos,
y el mundo vuelve a soñar.
La mesa llena de historias,
de amor, de fe y de paz,
un brindis por los recuerdos
y lo que vendrá detrás.
Oh, días de luz dorada,
de amor que sabe sanar,
que nunca muera la llama
de la dulce Navidad.