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miércoles, 21 de agosto de 2024

Lobo Indomable


 

Corre la noche entre sombras y gritos,

se alza la luna, testigo de un mito.

En la espesura se escucha un latido,

es el lobo indomable, espíritu encendido.


Sus ojos de fuego, destellos de guerra,

caminan las sendas de la fría sierra.

Su aullido retumba, eco en la niebla,

un canto salvaje que el miedo desvela.


No hay jaula ni cadena que su fuerza detenga,

su alma es libre, su instinto no mengua.

Cazador y guardián de los bosques sin fin,

en su sangre corre el viento, su rugido es un fin.


Vive entre las sombras, pero teme la luz,

es un lobo indomable, su libertad es su cruz.

Devorador de sueños, guerrero incansable,

su espíritu es fuego, su furia implacable.


Lobo que corre, lobo que huye,

no hay hombre ni bestia que su senda destruya.

Indomable es su nombre, su destino errante,

en la eternidad de la noche, su voz es constante.


Así sigue su paso, es la luna su guía,

lobo indomable, el rey de la agonía.

Un alma que nunca podrá ser domada,

porque en su corazón, la libertad es sagrada.







martes, 20 de agosto de 2024

El Canto del Río


 

En la quietud del alba, se oye un rumor,

un susurro que danza, sin prisa, sin temor.

Es el río que canta, con voz de cristal,

despertando la vida en su lecho ancestral.


Entre piedras y sueños, su corriente se desliza,

abrazando la tierra, con ternura precisa.

Cada gota que cae, es un verso sin fin,

es un eco lejano de un origen sutil.


Los sauces le saludan, inclinando su faz,

mientras el viento juega en su espejo fugaz.

El río les cuenta historias de antaño,

de montañas y cielos, de soles de verano.


A veces en sus aguas, la luna se posa,

dibujando en su cauce una senda de rosas.

Y en su canto sereno, se enreda la luz,

como un lazo de plata que a la noche seduce.


Río que canta, río que llora,

lleva en su caudal la memoria de auroras.

Es testigo silente de amores y guerras,

de secretos que guarda en su viaje por tierras.


Mas su canto no cesa, es un himno sin par,

que resuena en el alma, profundo, sin igual.

Es el río que vive, que sueña y que canta,

un poema de vida, que en su curso se encanta.