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miércoles, 11 de septiembre de 2024

Te añoro


 

Te añoro sin haberte conocido,

como un anhelo susurrado al viento,

como un sueño que se pierde en el olvido,

como un eco que se apaga en el tiempo.


Eres el rostro que nunca he visto,

la voz que aún no ha vibrado en mis oídos,

la caricia suave que no ha rozado mi piel,

y sin embargo, en mi alma ya estás vivo.


Te añoro en cada suspiro perdido,

en cada estrella que se apaga en la noche,

en cada sombra que el sol desvanece,

y en cada silencio que grita tu nombre.


Eres el poema que aún no se ha escrito,

la canción que espera una melodía,

el aroma de un jardín imaginario,

y el susurro de una brisa tibia.


Te añoro sin haberte conocido,

como se añora la luz en la penumbra,

como un navegante añora su puerto,

como un ciego sueña con la luna.


Eres la ausencia que llena mis días,

la esperanza que no ha tenido comienzo,

el latido de un corazón sin dueño,

y el misterio que me envuelve en silencio.


Te añoro sin haberte conocido,

y en este sentir que no tiene final,

eres la promesa de un amor eterno,

que aún sin ser, ya me hace vibrar.







lunes, 9 de septiembre de 2024

Tren de los Sueños


 

En la estación de la medianoche,

donde los relojes se duermen,

espera un tren sin destino fijo,

sin rutas, sin horarios, ni órdenes.


Sus vagones están hechos de niebla,

de recuerdos y susurros perdidos,

y en sus asientos de terciopelo,

se sientan anhelos y olvidos.


Con un silbido suave despega,

entre estrellas que alumbran el cielo,

sus ruedas giran sobre rieles

de deseos que nunca se fueron.


Cada ventana, un portal abierto

a paisajes de sueños sin fin,

a playas doradas, a bosques ocultos,

a mundos que viven solo en ti.


Viajeros de todas las edades,

que cargan en sus bolsillos rotos,

un puñado de sueños quebrados

y otros tantos que son solo esbozos.


Niños que sueñan con volar,

ancianos que añoran su pasado,

amantes que buscan reencontrarse

en un abrazo largamente añorado.


El tren se desliza en silencio,

en un viaje que nunca termina,

pues en cada estación y en cada parada,

se nutre de nuevas fantasías.


Y así, mientras todos dormimos,

el Tren de los Sueños avanza,

llevando en su humo los ecos

de una vida llena de esperanza.