Pobre poeta que siente
sus pensamientos perdidos,
solo encontrados a veces
en las sombras del olvido.
Pobre poeta que siente
su corazón malherido,
por la fuerza de encontrar
los mil sueños aún sentidos.
Pobre poeta que siente
el alma envuelta en suspiros,
recuerdos de juventud
que ha mantenido dormidos.
Pobre poeta que siente
salir de su soledad,
recorriendo los lugares
en su triste caminar.
Pobre poeta que siente
llenar con su propia sangre,
el contenido de un libro
que no ha interesado a nadie.
Pobre poeta que siente
la noche, el día, la aurora,
iluminando su mente
de sueños que ahora añora.
Pobre poeta que siente
la luna, el anochecer,
mientras quiere recordar
el amor que vio nacer.
Pobre poeta que siente
la amargura que se fué,
dejándole sus vivencias
para que jueguen con él.
Pobre poeta que siente
la pluma sobre el papel,
trazar con ríos de tinta,
para empezar otra vez.
sentir la diosa fortuna
de no poder comprender,
las sensaciones escritas,
al plasmar su desnudez.
Piensa ... ¡que solo es poema!
reflejar su insensatez,
a través de la escritura
sentida en todo su ser.
Piensa... ¡ que si ya no siente!
nunca podrá comprender
el deseo del poeta...
¡ el sentir a través de él!.
Fernando Vidiella Castro
Fernando Vidiella Castro
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