Ven a mí que vas herido
que en este lecho de sueños
podrás descansar conmigo.
Ven, que ya es la media noche
y no hay reloj del olvido
que sus campanadas vierta
en mi pecho dolorido.
Tu retorno lo esperaba.
De un ángulo de mi vida
voz sin voz me lo anunciaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario