¿Cómo pude vivir sin recordaros,
ríos de sol, jardines, fuentes mías;
en qué telar amor teje mis días
que no soñé con vuestros vientos claros?
Caminos de niñez, parques avaros
de vuestras rosas y canelas frías,
¿qué me decis ahora, en las vacías
horas que vuelvo mi palabra a daros?
Decidme el verso de la arena fina,
el gozo de los aros corredores
o la melancolía de estos bancos.
Una estatua de pieda en cada esquina
me va volviendo viejos los amores;
¿por qué, jardín de ruiseñores blancos?
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