La calle que tú me das
-calle ausente todavía-,
no será tuya ni mía.
Calle de todos será.
Por el momento no es más
que una canción encendida,
una estrella fugitiva
que soñamos alcanzar.
Por de pronto se nos va
de los ojos, como el día;
volando, como la vida,
sobre la tierra y el mar.
La calle que tú me das,
no será tuya ni mía.
Habrá de ser compartida.
Calle de todos será.