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lunes, 2 de mayo de 2016

Tríptico de la noche (II)



Cuantos vienen a mirarte te miran desde un solio de egoísmo 
bajo el cual una cisterna brota que embrida a los astros.

No pueden suponer que el día nace de tus sombras, 
el día que concede su luz a cualquier hombre 
y que también nos sirve para odiarnos.

En ti yo encuentro los semblantes más amados, 
el de una ciudad que invierte sus tejados en el agua 
y el de un puente de salud sobre dolencias pálidas. 
(Recuerdo como aludes de agua fresca, 
viejos recuerdos donde las diarias preocupaciones crean fútiles regatas.)

Por eso a ti recurro, ¡oh noche!, para impetrar tu sombra, 
tu mano enguantada de negro, tu dominó de olvido, 
porque ellos, los paseantes que ahora llegan de la mano,
puedan quedar prendidos como jíbaros de espuma 
al primitivo silencio de tus astros extasiados. 
¡Oh emblema nupcial! ¡Oh dulce acorde transpirado! 
La noche tiene ahora escudo de armas como reina, 
dos miradas, dos alientos, dos palabras que el silencio crispa
en un augurio de cemento eternizado.



viernes, 29 de abril de 2016

Tríptico de la noche (I)




Oh noche! ¡Oh noche! Detén a los paseantes 
con el rumor de aurora de tus astros extasiados.

El amor es la razón de tus árboles dormidos, 
del silencio que corre por tus venas aurorales 
porque en ti las bocas son nidos 
y las palabras aves que pronuncian tu mensaje.

¡Oh noche! Detén a los paseantes 
que surgieron como una onda física, 
como un axioma en flor. 
Deténlos en la aurora de sus besos, 
perfílalos de umbral contra el silencio,
que sea eterno el ángulo que dibujan sus deseos. 
¡Oh noche! Tú que tienes el valor del día 
y que escondes en tu índole un sol nuevo.

Tú puedes contra el tiempo revivir en verdes pinos, 
azular el espacio detenido en una huella, 
hacer que el lecho vibre con un ópalo... 
¡Oh noche! Tú que puedes detener a los amantes, 
detén a estos viajeros que han llegado sin aliento. 
Son ellos los viajeros que ayer partieron desde un beso 
y que ahora se pasean por un nimbo sin designios. 
Ahora sus pupilas centellean, cruzan sus espadas 
para quedar impresas en panoplia eternizada. 
Ellos tienen un secreto que compartir contigo, 
un secreto que un pensil de instinto ha levantado. 
¡Oh noche! Detén a los amantes 
con el rumor de aurora de tus astros extasiados.




¡

lunes, 21 de marzo de 2016

EL TÉ Y LA SALVIA




El té, viniendo del imperio chino,
se encontró con la salvia en el camino.
Ella le dijo: «Adónde vas, compadre?»
«A Europa voy, comadre,
donde sé que me compran a buen precio.»
«Yo», respondió la salvia, «voy a China,
que allá con sumo aprecio
me reciben por gusto y medicina.
En Europa me tratan de salvaje,
y jamás he podido hacer fortuna.
Anda con Dios. No perderás el viaje,
pues no hay nación alguna
que a todo lo extranjero
no dé con gusto aplausos y dinero».
La salvia me perdone,
que al comercio su máxima se opone.
Si hablase del comercio literario,
yo no defendería lo contrario,
porque en él para algunos es un vicio
lo que es en general un beneficio;
y español que tal vez recitaría
quinientos versos de Boileau y el Tasso,
puede ser que no sepa todavía
en qué lenguas los hizo Garcilaso.



martes, 8 de marzo de 2016

EL OSO, LA MONA Y EL CERDO




Un oso, con que la vida
se ganaba un piamontés,
la no muy bien aprendida
danza ensayaba en dos pies.

Queriendo hacer de persona,
dijo a una mona: «¿Qué tal?»
Era perita la mona,
y respondióle: «Muy mal».

«Yo creo», replicó el oso,
«que me haces poco favor.
Pues ¿qué?, ¿mi aire no es garboso?
¿no hago el paso con primor?».

Estaba el cerdo presente,
y dijo: «¡Bravo! ¡Bien va!
Bailarín más excelente
no se ha visto, ni verá!».

Echó el oso, al oír esto,
sus cuentas allá entre sí,
y con ademán modesto
hubo de exclamar así:

«Cuando me desaprobaba
la mona, llegué a dudar;
mas ya que el cerdo me alaba,
muy mal debo de bailar».

Guarde para su regalo
esta sentencia el autor:
si el sabio no aprueba, ¡malo!
si el necio aplaude, ¡peor!






lunes, 7 de marzo de 2016

LA PRIMAVERA



(Tonadilla pastoril)

Ya alegra la campiña
la fresca primavera;
el bosque y la pradera
renuevan su verdor.
Con silbo de las ramas
los árboles vecinos
acompañan los trinos
del dulce ruiseñor.
Este es el tiempo, Silvio,
el tiempo del amor.

Escucha cual susurra
el arroyuelo manso;
al sueño y al descanso
convida su rumor.
¡Qué amena está la orilla!
¡Qué clara la corriente!
¿Cuándo exhaló el ambiente
más delicioso olor?
Este es el tiempo, Silvio,
el tiempo del amor.

Más bulla y más temprana
alumbra ya la aurora;
el sol los campos dora
con otro resplandor.
Desnúdanse los montes
del duro y triste hielo,
y vístese ya el cielo
de más vario color.
Este es el tiempo, Silvio,
el tiempo del amor.

Las aves se enamoran,
los peces, los ganados,
y aun se aman enlazados
el árbol y la flor.
Naturaleza toda,
cobrando nueva vida,
aplaude la venida
de mayo bienhechor.
Este es el tiempo, Silvio,
el tiempo del amor.






sábado, 5 de marzo de 2016

EL BURRO FLAUTISTA


Esta fabulilla,
salga bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.
Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidada
por casualidad.
Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.
En la flauta el aire
se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.
«¡Oh!», dijo el borrico,
«¡qué bien sé tocar!
¡y dirán que es mala
la música asnal!».
Sin reglas del arte,
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.





viernes, 4 de marzo de 2016

Utopía



Si pudiera de golpe
arrinconar olvidos y semanas
junto a los nidos de agua
de mi secreta cáscara.

Si lograra arrojar
en las islas neutrales
las cenizas que muerden el árbol y las lágrimas,
y pudiera dejar que una ecuación rotunda
insertase su atmósfera de pétalo
en cada pabellón desamparado;
empapada de estrenos sobre un licor tardío
bebería las notas
de un festival de espigas y de vuelos.

Pero apenas soy sangre
que retumba en los muros
de la piel cotidiana,
y en mis hombros fatales
amamanto a una araña de sal
que desvaría.



jueves, 3 de marzo de 2016

La mentira



A veces vivo un poco,
y ostento la evidencia
como un coleccionista.

Algún trofeo
rutila en las escarchas de mi nombre
y emerge la que era
en el engaño del verbo flagelado.

Mi intemperie
descansa un instante
en el pedestal de hierba de sus ojos,
hasta volver,
crucificada,
a la oración unitaria de la casa.





miércoles, 2 de marzo de 2016

Aquí, la puerta abierta...





Aquí, la puerta abierta,
unos gatos que muerden basuras y esperanzas
—esta marejadilla sin plata que arrasar—
y aquí suelo dejarme,
sentada hacia la lluvia
sin apenas decirte lo mucho,
sin tu forma de hablarme socavada en el gesto.
Ni voy reconociendo
desmantelados signos de la tarde tan larga.

Pero es que sin tu risa
soy capaz de extenderme satisfecha en la noche
y soy capaz de tanta soledad.

Ya sé que somos dos.
Podríamos herirle los ojos a los puentes
aunque duele este número,
—herirlos gravemente,
definitivamente—
y luego avanzaríamos hasta donde los cisnes,
hacia aquella ventana que sugieren las olas,
hasta donde los cisnes poseyeron a Leda,
allí te besaría un vez más
donde se descomponen tu pasado y el mío.

Es tan roja,
tan roja,
la forma de morir de algunas tardes.





martes, 1 de marzo de 2016

Sostiene en una mano...




SOSTIENE en una mano 
las miradas 
y en la otra 
hambre de insomnios 
en jauría

Extiende el giro
si el tacto la reclama
duerme con las serpientes 
para incendiar su escorzo
y demostrar que existe

De puntas sobre el miedo
busca un nombre
que los contenga a todos
para que al detenerse
ilumine su pelvis y disuelva
sus torvos precursores

Y cuando sus muñecas
arrojan sus arpones al nadir
del escenario
se enjuga las facciones 
y agradece
en requiebre 
los aplausos

En tanto alguien que guarda
acaso la mitad 
de una sonrisa
se aleja lentamente
como Judas contando sus monedas

lunes, 29 de febrero de 2016

Una mujer en la ventana...




Una mujer en la ventana,
incierta como luna navegando por el mar,
princesas destronadas que inventan historias
de reyes rojos, y mujeres sueño con labios
muertos, donde crecen las manos de los árboles.
Una niña del miedo llorando en el acantilado
mientras contempla a una ahogada.

Sólo esto vi en una noche múltiple y
dolorosa, donde un arlequín sin manos,
sin pies, volvía a colocarse entre mi sombra y el día.
Sueños desde el acantilado donde vive la iguana,
del que ya te he hablado,
y en el que he decidido insistir.


domingo, 28 de febrero de 2016

Me visto para la luna...




Me visto para la luna
que influye sobre mi único enamorado.
Me visto y salgo a su encuentro
deslizándome por entre las ruinas
que el sol ha hecho visibles durante el día,
escalo para lograr un encuentro
y canto mi miedo a los ríos salvajes
que crecen bulliciosos mientras fluye la noche.
Es el triunfo de lo invisible sobre lo visible,
es el grito el que subyace:
yo, siempre yo
y la desconocida yo.

Me visto para la luna
que influye sobre mi único enamorado.
Como Endimión, yo también la espero.









sábado, 27 de febrero de 2016

De golpe...




De golpe
me estremezco como si siete grados
bajo cero
sacudiesen el tedio sin contar para nada
con mi visión del mundo
y de la explotación.

Pero los lapiceros, las sandalias,
lo que me habría gustado ser piloto...

y ahora llegas tú
con veinticinco mil maneras de acariciar mis dedos
aunque no estés de acuerdo con lo que yo
pensé
del precio de la pina y la última decisión
que ha tomado el gobierno.

Si es demasiado tarde
para conmemorar un día
cualquiera
de la vida
o lamentar los dos algún suceso
tú propones cantar —en francés, por ejemplo
«je ne suis jamáis seul»
y yo te voy queriendo
aunque luego no es
nada
tan sencillo.


lunes, 18 de enero de 2016

Abrazo




Un simple abrazo nos enternece el corazón; 
nos da la bienvenida y nos hace más llevadera la vida. 

Un abrazo es una forma de compartir alegrías 
así como también los momentos tristes que se nos presentan. 

Es tan solo una manera de decir a nuestros amigos 
que los queremos y que nos preocupamos uno por el otro 
porque los abrazos fueron hechos para darlos a quienes queremos. 

El abrazo es algo grandioso. 
Es la manera perfecta para demostrar el amor que sentimos 
cuando no conseguimos la palabra justa. 

Es maravilloso porque tan sólo un abrazo dado con mucho cariño, 
hace sentir bien a quien se lo damos, sin importar el lugar ni el idioma 
porque siempre es entendido. 

Por estas razones y por muchas más... 
hoy te envío mi más cálido abrazo.