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jueves, 20 de agosto de 2015

MARINO




Aquél pájaro que vuela por primera vez
Se aleja del nido mirando hacia atrás

Con el dedo en los labios
os he llamado.

Yo inventé juegos de agua
En la cima de los árboles.

Te hice la más bella de las mujeres
Tan bella que enrojecías en las tardes.

La luna se aleja de nosotros
Y arroja una corona sobre el polo

Hice correr ríos
que nunca han existido

De un grito elevé una montaña
Y en torno bailamos una nueva danza.

Corté todas las rosas
De las nubes del este

Y enseñé a cantar a un pájaro de nieve

Marchemos sobre los meses desatados

Soy el viejo marino
que cose los horizontes cortados


miércoles, 19 de agosto de 2015

EL ESPEJO DE AGUA



Mi espejo, corriente por las noches,
Se hace arroyo y se aleja de mi cuarto.

Mi espejo, más profundo que el orbe
Donde todos los cisnes se ahogaron.

Es un estanque verde en la muralla
Y en medio duerme tu desnudez anclada.

Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,
Mis ensueños se alejan como barcos.

De pie en la popa siempre me veréis cantando.
Una rosa secreta se hincha en mi pecho
Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.



lunes, 17 de agosto de 2015

NOCHE





Sobre la nieve se oye resbalar la noche

La canción caía de los árboles
Y tras la niebla daban voces

De una mirada encendí mi cigarro

Cada vez que abro los labios
Inundo de nubes el vacío

En el puerto
Los mástiles están llenos de nidos

Y el viento
gime entre las alas de los pájaros

LAS OLAS MECEN EL NAVÍO MUERTO

Yo en la orilla silbando
Miro la estrella que humea entre mis dedos


jueves, 13 de agosto de 2015

BOSQUE DE MÚSICA



Mi ser fluye en tu música,
bosque dormido en el tiempo,
rendido a la nostalgia de los lagos del cielo.
¿cómo olvidar que soy oculta melodía
y tu adusta penumbra voz de los misterios?
He interrogado los aires que besan la sombra,
he oído en el silencio tristes fuentes perdidas,
y todo eleva mis sueños a músicas celestes.
Voy con las primaveras que te visitan de noche,
que dan vida a las flores en tus sombras azules
y me revelan el vago sufrir de tus secretos.
Tu sopor de luciérnagas es lenta astronomía
que gira en mi susurro de follaje en el viento
y alas da a los suspiros de las almas que escondes.
¿Murió aquí el cazador, al pie de las orquídeas,
el cazador nostálgico por tu magia embriagado?
Oh, bosque: tú que sabes vivir de soledades
¿adonde va en la noche el hondo suspirar?

miércoles, 12 de agosto de 2015

Amanecer




Siento llegar el día como un rumor de animales,
a la orilla del pantano, de la fiebre, del junco,
más allá, entre las colinas de viento oscuro,
donde la luz se levanta con desgarradas banderas,
como resplandor lejano de una montaña de cuarzo.
He aquí la sombra en torno a mi existencia, el búho,
el río que arrastra oro, la serpiente de coral,
el esqueleto del explorador, el fango de mis pies.
La noche ha quemado el maíz, ha apagado los metales,
ha dado reposo a la adormidera, ha refrescado la sangre,
ha libertado los reflejos azules de la selva, de la hoja.
Una resonancia, una resonancia oscura es mi corazón:
eco en el abismo, piedra que rueda por el monte,
brillo en la puerta de la cueva, fosforescencia del hueso.
En la infancia, al pie del arco iris o del relámpago,
junto al cabrito que saltaba en torno a la madre,
jugaba con un pequeño tigre de cálida voz ronca,
de suave pelambre estrellada, como un signo del zodíaco,
de rabia lenta y tensa, como el despertar de la furia.
Ahora siento en el aire límpido del bambú y el helecho,
surgir las formas de las doncellas, bajo la fronda,
en la selva de árboles aromáticos, coronadas de orquídeas
descendiendo al río, a la cascada de transparente curva,
que resuena en sus diamantes como una leyenda.
Formas de la gracia, sus perfiles abandonan sus melenas
a la brisa; formas de la vida y de la muerte,
sus senos tiemblan en las penumbras de los juncos;
formas del oscuro delirio, sus muslos se suavizan
como una fruta partida; formas del tiempo humano,
sus pies hacen temblar las flores silvestres.
Como el venado tras de su compañera en la colina,
persigo a una joven diosa desnuda, bajo el sol.
Viene el olor agrio de los árboles destrozados
por la ira de la noche; viene el olor de la sangre,
del animal devorado, el olor de los minerales,
el olor del río entre las raíces y las flexibles lianas.
El día derrama su transparente maravilla, como un vuelo,
como el color innumerable, como la crisálida
de herméticos destellos, como el insecto plateado,
como el hechizo en las formas relucientes,
como el vuelo de mariposas que salen de una gruta incendiada
y comienzan a temblar en el ardiente cristal.
Acerco mis labios al claro manantial de íntima música,
junto a la sardina y a la piedra limpia y pulida como una joya;
mientras la nube pasa y el ave sale de su nido,
y la serpiente muestra su lengua maldita, y se enrosca,
y espera o avanza por la espalda sudorosa del día.
Me hundo en las palpitaciones reverberantes, en las ondas,
en el temblor divino, donde se abre la rosa de montaña,
en los brillos fugaces, en la imagen insondable de Dios,
que ha creado los cielos y la tierra, con esta geografía de fuego,
y ha dado a mi corazón la forma del día y de la noche,
mientras oigo correr los animales, persiguiéndose, amándose,
devorándose, ensangrentando las yerbas, las flores y las peñas.
Soy el día, y el viento levanta sus ramajes en mi alma.

viernes, 24 de julio de 2015

Quiero escribir los versos más alegres




Quiero escribir los versos más alegres.
Quiero escribir que ella está conmigo
Y relucen los astros a lo lejos.

Quiero escribir los versos más alegres.
Quiero escribir palabras de esperanza.
Nada de versos tristes esta noche.

Sé del dolor que azota el tercer mundo
Y también el segundo, y el primero.
Sé que ha pasado cerca de mi casa

Y que la noche llega y es preciso
Recuperar el ánimo. Por eso
Quiero escribir los versos más alegres.


jueves, 23 de julio de 2015

La última canción de Martín Fierro




Lo más duro de esta vida
Todavía no ha llegado.
Que lo peor ha pasado
Jamás lo podrás decir,
Jamás lo podrás sentir
Aunque te duela lo andado.

Que sólo viniste aquí
Al arte de caminar,
Al juego de deambular
Sin ruta, y sin más destino
Que las piedras del camino.
Cuánto queda por andar.

No pienses que es solución
Lo de quitarse de en medio.
Frente al dolor, frente al tedio,
Procura quedarte en pie,
Que al menos quede la fe
Cuando termine el asedio.

Que aunque a veces a la vida
Con razón la llaman perra
Y aunque todo es una guerra
Sin vencedor ni vencido,
Por algo habremos venido
A recorrer esta tierra.

Y no digas que es venir
Al torturado con cuentos.
A veces, los sufrimientos
Los quita cambiarlo todo.
Vivir, pero de otro modo,
Sin arrancar los cimientos.

Estar con gente distinta
En otro tiempo y lugar,
Y sentir que, al despertar,
Alguien quiere estar contigo
Y que el mundo es un amigo
Con quien vas a conversar.




miércoles, 22 de julio de 2015

La partida




Como los años pasan y el recuerdo
A veces no perdona, te preguntas
Si el viaje que emprendiste
Merecerá la pena, si al final del camino
Habrás de arrepentirte al mirar hacia atrás.

Para entonces, acuérdate,
Más que del resultado,
De ese entusiasmo tuyo que le daba
Mayor fuerza a la vida
Cuando ibas descubriendo los trucos del oficio,
Los caprichos del arte y sus fantasmas.