En la tierna luz de la aurora naciente,
Un niño emerge, alma pura y sonriente.
En sus ojos curiosos, destellos de estrellas,
Un universo nuevo en sus manos destellas.
Pequeño explorador del mundo desconocido,
Tus pasos inseguros, valientes han sido.
Cada risa es un verso, cada lágrima un mar,
En tu corazón inocente, un poema a crear.
Tus risas son melodías que alegran el día,
Tu imaginación vuela en sueños que guía.
Tus manos, pinceles que pintan en el aire,
Historias y castillos en un mundo sin compare.
Crecerás en un suspiro, como el viento en la brisa,
Dejarás atrás la infancia, abrazarás la prisa.
Pero lleva contigo siempre el niño que fuiste,
Su mirada asombrada, su pasión inaudita.
No olvides que en cada instante de tu ser,
Reside el niño que supo amar y aprender.
En tus pasos futuros, en cada logro y caída,
Ese niño será la luz que te guía.
Así que avanza, querido niño, con coraje y anhelo,
Descubre el mundo grande, sé valiente y fiel.
Pero no pierdas nunca la esencia que llevas,
Ese niño interior que en cada verso se revela.
