.
sábado, 2 de junio de 2012
Inmortalidad
Te amé tanto que, un día, abandonó mi alma
la cárcel de su cuerpo. Errátil, y no hallándote,
regresó a la morada que yo daba por mía.
Mas no estaba mi cuerpo donde allí lo dejara,
sino el tuyo, vastísimo, como un templo de oro.
Y no le diste asilo. Y ya no tendré muerte.
viernes, 1 de junio de 2012
Himno
¿Cómo he dilapidado tanto afán, amor mío?
¿Por qué tejí poemas en días ya lejanos
pudriendo de silencio mi voz? La insomne palia
de Penélope astuta cada vez me alejaba
más y más de lo único que importaba a mi vida.
Y cuando al fin llegaste arrasándolo todo,
verso de carne mío más hondo que el ensueño,
un himno de hermosura nos fundió para siempre
en la doble y perfecta mudez de la armonía.
Entradas más recientes
Entradas antiguas
Inicio
Suscribirse a:
Entradas (Atom)