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lunes, 30 de enero de 2017

Final de un poema





Dejaré las notas en su sitio,
miraré más allá de los objetos,
cantaré hacia adentro, como siempre,
lloraré hacia fuera,
tomaré el peso acostumbrado de mi cuerpo,
giraré los pasos:
el futuro es un enigma...
Sentiré no sé qué cosas
y en las cálidas noches de estas tierras
dormiré como muchos,
con los ojos abiertos,
con el alma despierta
y mis pies sólo cubriendo la cama, en silencio.
Yo no sé conjugar los infinitos verbos
del idioma eterno...
No te conozco, compañero.
Mi vida es agradable comparándola con otras,
pero es escasa frente a mis expectativas.
Por eso te cuento
que cruzaré la vereda
y callaré
como siempre,
para que nadie se ría,
para que nadie cuestione,
para que nadie sepa lo sola que me siento.

jueves, 26 de enero de 2017

Voy a apagar la luz




Voy a apagar la luz 
para quedarme a oscuras con tu rostro, 
para inventar de nuevo aquel instante: 
Intimidad etérea y fulminante, 
piel en la voz, 
voz en el canto, 
en la mirada... 
Voy a apagar la luz 
porque la oscuridad me obliga a dibujarte, 
me da la dulce libertad de juntar las ternuras, 
de calcar las ansias y borrar las soledades... 
Voy a apagar la luz 
para pensar en ti.




lunes, 23 de enero de 2017

Confieso




Siento no tener el equipaje
que exigen todas las absurdas circunstancias.
Me excuso por las cien torpezas diarias,
por los errores grandes y chiquitos,
por la bella tontería,
por la cuerda voluntad de mi vergüenza.
Soy aldea pequeña, de diminutos espacios,
selvas y llanuras adornadas
con flores que tiemblan silenciosas.
Soy la dulce respuesta de la pregunta que no nace.





viernes, 20 de enero de 2017

Nostalgia




¡Mamá! ¡Borinquen me llama!
¡Este país no es el mío!
Borinquen es pura flama,
¡y aquí me muero de frío'! 

Tras un futuro mejor
el lar nativo dejé,
y mi tienda levanté
en medio de Nueva York.
Lo que miro en derredor
es un triste panorama,
y mi espíritu reclama
por honda nostalgia herido
el retorno al patrio nido.
¡Mamá! ¡Borinquen me llama!

¿En donde aquí encontraré
como en mi suelo criollo
el plato de arroz con pollo,
la taza de buen café?
¿En donde, en donde veré,
radiantes en su atavío,
las mozas, ricas en brío,
cuyas miradas deslumbran?
¡Aquí los ojos no alumbran
¡Este país no es el mío!

Si escucho aquí una canción
de las que aprendí en mis lares,
o una danza de Tavárez,
Campos, o Dueño Colón,
mi sensible corazón
de amor patrio más se inflama,
y heraldo que fiel proclama
este sentimiento santo,
viene a mis ojos el llanto...
¡Borinquen es pura flama!

En mi tierra, ¡qué primor!,
en el invierno más crudo
ni un árbol se ve desnudo,
ni una vega sin verdor.
Priva en el jardín la flor,
camina parlero el río,
el ave en el bosque umbrío
canta su canto arbitrario,
y aquí...¡La nieve es sudario!
¡Aquí me muero de frío!