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lunes, 30 de diciembre de 2013

A mi Madre


Te fuiste de mi lado. 
En silencio fue tu partida. 
Mi corazón se ha desangrado 
por tan súbita despedida. 

Tu espíritu luchador 
a la vida se aferraba. 
Más Dios, desesperado, 
a su lado te llamaba. 

En ángel te has convertido. 
Velando por nosotros estás. 
Aguardando que se cumpla la cita 
de reunirnos en la eternidad. 

Sin embargo, me parece tan lejos... 
Quisiera ahora poderte abrazar. 
Te busco, te llamo. No te encuentro. 
Dime... ¿Cómo me he de consolar? 

Tu amor incalculable 
mis faltas por alto pasó. 
Porque el querer de una madre, 
ese, no tiene comparación. 

Sé que en el cielo habitas. 
Al lado de Dios has de estar. 
Aguardaré paciente el día 
en que nos volvamos a encontrar. 

Entonces será para siempre. 
Nada ni nadie nos podrá separar. 
No temeré cuando llegue mi momento 
pues tu presencia me confortará. 

Me esforzaré por ganar el cielo 
para no perderte nunca más. 
Mientras tanto, guía mis pasos. 
Ilumina mi senda, enséñame el camino. 

Que tu presencia me rodee siempre 
hasta que se cumpla mi destino.





sábado, 28 de diciembre de 2013

ABRAZOS



Un simple abrazo nos enternece el corazón; 
nos da la bienvenida y nos hace más llevadera la vida. 

Un abrazo es una forma de compartir alegrías 
así como también los momentos tristes que se nos presentan. 

Es tan solo una manera de decir a nuestros amigos 
que los queremos y que nos preocupamos uno por el otro 
porque los abrazos fueron hechos para darlos a quienes queremos. 

El abrazo es algo grandioso. 
Es la manera perfecta para demostrar el amor que sentimos 
cuando no conseguimos la palabra justa. 

Es maravilloso porque tan sólo un abrazo dado con mucho cariño, 
hace sentir bien a quien se lo damos, sin importar el lugar ni el idioma 
porque siempre es entendido. 

Por estas razones y por muchas más... 
hoy te envío mi más cálido abrazo.

Abrazame corazon

jueves, 26 de diciembre de 2013

En un trozo de papel

Luna griega

En un trozo de papel 
con un simple lapicero 
yo tracé una escalerita, 
tachonada de luceros. 

Hermosas estrellas de oro. 
De plata no había ninguna. 
Yo quería una escalera 
para subir a la Luna. 

Para a subir a la Luna 
y secarle sus ojitos, 
no me valen los luceros, 
como humildes peldañitos. 

¿Será porque son dorados 
en un cielo azul añil? 
Sólo sé que no me sirven 
para llegar hasta allí. 

Estrellitas y luceros, 
pintados con mucho amor, 
¡quiero subir a la Luna 
y llenarla de color!



miércoles, 25 de diciembre de 2013

Noche de paz y Amor


Un hombre y una mujer llegan a Belén de Judá... 
Sus rostros lucen cansados, en sus ojos se puede ver 
el esfuerzo realizado por llegar. 

Son ellos María y José... 
Han venido desde Nazaret cumpliendo en humildad 
con un edicto que ha sido promulgado, 
y firmado por Augusto César, el emperador romano. 
El ha decidido los tributos aumentar, 
y los judíos viajan cansados -hasta su ciudad natal- 
para ser empadronados. 

María, que está embarazada, de momento es percatada 
que el Hijo de sus entrañas está pidiendo nacer, 
¡Y aún no tienen posada! 
¡No hay lugar en el mesón! 
Mas ella no siente temor -ella está confiada 
en su Señor y su Dios.- 
En ese Dios Onminpotente que le hizo sombra a su 
vientre y en ella un Hijo engendró, 
mediante su Espíritu Santo y no por obra de varón; 
ese Dios Todopoderoso en esta noche Suprema 
también hará provisión. 

Y prosiguen su camino en espera de ese albergue 
que los ha de cobijar. 
Sus pasos van silenciosos... sus mentes en oración, 
suplicándole a su Dios que El haga fuerte lo endeble. 
Y caminando sin rumbo... y cansados de caminar, 
pero con fe y esperanza ardiendo en su corazón, 
de pronto se han detenido ante un humilde pesebre... 
¡Dios ha hecho provisión! 

Y en aquel humilde pesebre, comedero de ganado, 
oliente a naturaleza y pobremente alumbrado; 
en aquella noche fría... 
entre el ruido de animales y unos dolores de parto 
que le causan agonía... 
a las doce de la noche nace el Hijo de María. 

Nace el Hijo de María que nueve meses atrás 
fue anunciado por Gabriel... 
¡Es su Hijo primogénito! 
¡Es Hijo del Dios Altísimo! 
¡El esperado Mesías y Salvador de Israel! 
Y María sonriente, olvidado ya el dolor, 
lo toma entre tus brazos y lo arrulla tiernamente 
con ternura y con amor... 
Los ángeles del cielo han inundado el pesebre 
de alabanzas y loor... 
¡Es una noche de Hosanna, noche de Salvación! 

Lo que el ángel Gabriel a María no le dijo, 
es que perversos jinetes han salido tras su Hijo. 
Cabalgan en pos de El, y no hay nada en este mundo 
que los pueda detener. 
Cabalga un Getsemaní, cabalga un Calvario, 
cabalga una espada, un Judas y una Cruz; 
y en su cabalgar constante, 
en un futuro no distante alcanzarán a Jesús. 

Pero esta noche de Hosanna, en esta noche de Paz, 
el corazón de María no lo pueden perturbar 
ni plañideras, ni endechas, ni jinetes que cabalgan, 
ni espada o lamentación... 
¡No! ¡Todo eso puede esperar! 
En el humilde pesebre el tiempo se ha detenido 
en un éxtasis profundo... 
María contempla a su Niño embelesada de amor. 
Ella lo envuelve en pañales, lo arrulla contra su pecho, 
y sus brazos maternales lo protegen de la Cruz... 
¡Es su Hijo primogénito! 
¡Es Hijo de Dios Altísimo! 
¡Es el Salvador del mundo! 
Y su nombre, su nombre es Jesús...